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Los socialistas catalanes se reservan a Chacón como la salvadora tras el 20-N
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UNA CANDIDATA EN 'NEVERA' A LA QUE APOYA FELIPE GONZÁLEZ

Los socialistas catalanes se reservan a Chacón como la salvadora tras el 20-N

Los socialistas tienen un dilema en Cataluña. Se juegan mucho en las próximas elecciones generales del 20-N. Pero más se juegan en el congreso que va

Foto: Los socialistas catalanes se reservan a Chacón como la salvadora tras el 20-N
Los socialistas catalanes se reservan a Chacón como la salvadora tras el 20-N

Los socialistas tienen un dilema en Cataluña. Se juegan mucho en las próximas elecciones generales del 20-N. Pero más se juegan en el congreso que va a tener lugar en el mes de diciembre. En este cónclave, decidirán una nueva cúpula directiva y una nueva estrategia. El partido romperá con la línea que ha llevado los últimos años y decidirá su futuro. Y, como en toda ruptura, habrá tensiones, habrá batalla y habrá vencedores y vencidos.

El nombre clave de esta batalla es Carmen Chacón. La actual ministra de Defensa se perfila como la solución a la segunda fuerza política catalana, después de la federación de Convergència i Unió (CiU). José Montilla deja la primera línea política, es decir, dejará de liderar el PSC, y ahora se postulan tres nombres para sucederle: el alcalde de Vilanova i la Geltrú, Joan Ignasi Elena, representante del ala crítica; el alcalde de Lérida, àngel Ros; y el alcalde de Terrassa, Pere Navarro.

En la recámara, está el portavoz parlamentario, Miquel Iceta, un veterano dirigente que goza de respeto en todos los sectores del PSC. El propio Iceta reconoce a El Confidencial que no piensa desvelar si optará a ser el primer secretario (cargo equivalente a secretario general) en el crucial congreso de diciembre hasta después de las elecciones del 20-N. “Nuestra prioridad es ganar los comicios, trabajar por la campaña. Después, ya decidiré”, subraya.

Diferentes fuentes del PSC consultadas por este diario coinciden en señalar que Iceta sería un buen líder del PSC, pero tiene el hándicap de que proviene de la anterior etapa. “Con él, parecería que no habría cambio, que seguirían los mismos de siempre”, enfatiza una fuente crítica.

Por eso, se barajan dos soluciones. La primera, consistiría en deslindar lo que sería el partido de lo que sería el aparato de la  Administración. Es decir, podría haber un líder del partido pero el candidato en las elecciones autonómicas sería otro. En otras palabras: una bicefalía estilo PNV. Esta opción tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por ejemplo, en Cataluña, el presidente del partido podría postularse públicamente en temas identitarios por una opción mientras el representante institucional (sea Presidente de la Generalitat o jefe de la oposición) podría optar por otra.

La segunda opción sería buscar una persona de consenso que aglutine todos los sectores del PSC. En este sentido, la actual ministra de Defensa es el nombre que más suena. Ella no quiere decir nada hasta después de las elecciones del 20-N. “Es normal -dice a este diario una fuente interna de la formación socialista-. Si Rubalcaba se la pega, siempre puede salir airosa con el resultado obtenido en Cataluña. En ese caso, sus aspiraciones pasan por lograr más poder en Madrid, ya que el candidato habrá quedado muy debilitado. Por el contrario, si Rubalcaba tiene un gran éxito, puede quedarse en Madrid, cosa difícil, pero también convertirse en la figura clave del socialismo en Cataluña y ser la candidata socialista a la Generalitat. Y eso pasa por hacerse también con el control del aparato del partido. Seguiría habiendo una dirección única”.

El gran dilema

El hecho de que Chacón opte a conseguir más peso en Madrid no implica que vaya a plantar cara a Alfredo Pérez Rubalcaba para hacerse con las riendas del poder del PSOE, en el caso de que los socialistas saquen unos malos resultados electorales. Al contrario, su estrategia consiste en esperar el momento para "dedicarse en cuerpo y alma a la política estatal o para replegarse a sus cuarteles de invierno". Habrá de estudiar todas las variables y decidir en vista de los resultados de las elecciones y de las posibilidades que tenga. Eso es cuestión de tiempo, dicen.

La estrategia tiene su lógica: si se decide por Madrid, tiene los cables echados para posicionarse dentro de la organización, con amplios apoyos territoriales y contando incluso con el apoyo de Felipe González, según se encargan de subrayar sus incondicionales. De lo contrario, en la candidatura a las generales, figura José Zaragoza, actual secretario de Organización del PSC, el hombre que más conoce los intríngulis del partido en Cataluña y amigo personal suyo. Con su ayuda, la asunción del control del PSC por parte de Chacón sería coser y cantar. Tendrá una alfombra roja tendida para retornar a la tierra que políticamente la vio nacer. En otras palabras, si van mal dadas, Chacón podría volver a concentrarse en la política autonómica, donde cuenta con amplios apoyos en todos los sectores del partido, con el apoyo de la estructura que ha regido la organización durante los últimos tres lustros. “Chacón es la única opción que, en estos momentos, apoyarían todos los candidatos en liza”, admite una fuente interna socialista a este diario. Así pues, el PSC podría seguir con una estructura similar a la actual: el líder del partido sería, al mimso tiempo, el líder institucional. Otra cosa será si tras las elecciones del 20-N este apoyo será tan unánime.

Los socialistas, sin embargo, tienen muchos condicionantes. En primer lugar, saben que no van a repetir los resultados de las últimas elecciones generales, donde cosecharon unas cifras históricas que les reportaron 25 diputados. Si logran mantener de 18 a 20 diputados, Chacón habrá logrado un gran éxito. De lo contrario, habrá que ver si el culpable es ella o Pérez Rubalcaba. Y de ahí, se deducirá si la ministra de Defensa prefiere Madrid o Barcelona.

Los socialistas tienen un dilema en Cataluña. Se juegan mucho en las próximas elecciones generales del 20-N. Pero más se juegan en el congreso que va a tener lugar en el mes de diciembre. En este cónclave, decidirán una nueva cúpula directiva y una nueva estrategia. El partido romperá con la línea que ha llevado los últimos años y decidirá su futuro. Y, como en toda ruptura, habrá tensiones, habrá batalla y habrá vencedores y vencidos.

Carme Chacón