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Rambla, ‘delfín de Camps’, cae en desgracia por la mala gestión de la crisis de los trajes
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Rambla, ‘delfín de Camps’, cae en desgracia por la mala gestión de la crisis de los trajes

Lejos de la apariencia de inquebrantable unidad y respaldo al presidente del Gobierno Valenciano, Francisco Camps, lo cierto es que la ‘crisis de los trajes’ está

Foto: Rambla, ‘delfín de Camps’, cae en desgracia por la mala gestión de la crisis de los trajes
Rambla, ‘delfín de Camps’, cae en desgracia por la mala gestión de la crisis de los trajes

Lejos de la apariencia de inquebrantable unidad y respaldo al presidente del Gobierno Valenciano, Francisco Camps, lo cierto es que la ‘crisis de los trajes’ está levantando ampollas entre los miembros del Consell Valenciano, dividido prácticamente en dos bandos: por un lado, los incondicionales del vicepresidente primero y hasta ahora supuesto ‘delfín’ de Camps, Vicente Rambla y, por otro, los críticos con la gestión de éste último. Y lo cierto es que, a pocas fechas de que el futuro judicial de Camps se despeje, Rambla ha perdido el favor de este último.

 

Fuentes del Gobierno valenciano consultadas por este diario señalan que si bien hasta ahora Camps mantenía una “confianza ciega” en la gestión de Rambla, desde hace varias semanas, y a la vista de que ya nadie duda de la “nefasta gestión” de la ‘crisis de los trajes’, el presidente valenciano se ha alejado manifiestamente de su segundo. La mayoría de los miembros del Consell responsabilizan a Rambla de esta mala gestión.

Empezando porque fue Rambla quien aconsejó a Camps que negara, en un principio, su amistad con Álvaro Pérez, "El Bigotes", cosa que, en efecto, hizo el presidente valenciano. “Era evidente que, por culpa de ese consejo, el presidente iba a quedar como un mentiroso porque una amistad es imposible de ocultar, sobre todo cuando ha asistido a reuniones privadas organizadas por Pérez”. La ya famosa conversación filtrada al diario El País y el tono de la misma dejó en evidencia a Camps.

Bodas, bautizos y comuniones

No fue la única “metedura de pata”. Según estas fuentes, Rambla también aconsejó a los servicios de prensa de Presidencia de la Generalitat que dijeran que Camps asiste a todos los actos a los que le invitan, sean públicos o privados, lo que supuso una avalancha de invitaciones de bodas, bautizos y comuniones que pudo haber puesto en un serio aprieto al presidente valenciano. “Todo ha sido absurdo, porque desde el primer momento Camps tenía que haber reconocido que no podía demostrar que hubiera pagado los trajes”.

Ese es, con todo, el reproche más serio que se hace a la gestión de Rambla. Si, como señalan estas fuentes, fue Rambla, de acuerdo con los abogados de Camps, el que recomendó que su ‘jefe’ defendiera hasta el final el haber pagado los trajes, “esa estrategia se ha demostrado como un inmenso error que le está haciendo pasar un verdadero calvario al presidente”. En este sentido, estas fuentes señalan que “hubiese sido más lógico decir que se habían pagado pero que, al no guardar las facturas, no se podía demostrar y o bien devolver los trajes o pagarlos de nuevo”.

Una acción que habría evitado la actual travesía judicial a la que se enfrenta el presidente de la Comunidad Valenciana ya que, sin trajes o habiéndolos abonado, el auto del juez Flors “carecería de sentido alguno puesto que eso es lo único que reprocha desde el punto de vista penal a Camps”, añaden estas fuentes. Una tesis compartida por la mayoría de los miembros del Consell, especialmente por los consejeros de Inmigración, Rafael Blasco, que de nuevo vuelve a ocupar un lugar de relieve en el entorno cercano a Camps, y el de Bienestar Social, Juan Cotino.

Blasco entra en escena

El primer síntoma de pérdida de favor de Rambla fue, precisamente, la campaña de las últimas elecciones europeas. Oficialmente era Rambla quien se ocupaba de la campaña, pero la realidad es que el artífice de la misma fue Rafael Blasco por encargo expreso de Camps. Y salió bien ya que el PP aumentaba su ventaja sobre el PSOE a pesar de la crisis. También es achacable a Blasco la campaña de ‘victimismo’ valencianista en esta crisis que le ha dado buen resultado a Camps, al menos de cara a la galería.

De hecho, desde que Blasco y Cotino han tomado las riendas de la estrategia de Camps en este asunto, parece que en términos de opinión pública han conseguido cambiar las tornas y Camps ha pasado de ser un presunto culpable a convertirse en una presunta víctima. Según estas fuentes, a medida que pasa el tiempo el presidente valenciano es cada vez más consciente de que el ‘trance’ que ha pasado podía haberse evitado con una mejor estrategia de defensa y de comunicación de esta crisis, y de que Rambla tiene que dar más de una explicación.

En principio, nadie habla todavía en Valencia de una remodelación del Consell, pero fuentes consultadas por este diario creen que una vez que Camps supere el trámite judicial es más que probable que lleve a cabo una remodelación de su Gobierno para afrontar con mayor energía la segunda parte de a legislatura que acaba en 2011, y que en ese cambio de caras y carteras Rambla puede ser uno de los ‘defenestrados’, y aunque no deje de formar parte del Consell, sí abandone su actual cargo de vicepresidente, lo que le alejaría de cualquier opción sucesoria.

Lejos de la apariencia de inquebrantable unidad y respaldo al presidente del Gobierno Valenciano, Francisco Camps, lo cierto es que la ‘crisis de los trajes’ está levantando ampollas entre los miembros del Consell Valenciano, dividido prácticamente en dos bandos: por un lado, los incondicionales del vicepresidente primero y hasta ahora supuesto ‘delfín’ de Camps, Vicente Rambla y, por otro, los críticos con la gestión de éste último. Y lo cierto es que, a pocas fechas de que el futuro judicial de Camps se despeje, Rambla ha perdido el favor de este último.