Es noticia
Infiltran dos 'topos' en la cárcel de Soto del Real para espiar a Correa
  1. España

Infiltran dos 'topos' en la cárcel de Soto del Real para espiar a Correa

El Ministerio del Interior ha infiltrado dos topos en la prisión madrileña de Soto del Real para espiar a Francisco Correa, según han asegurado a El Confidencial

Foto: Infiltran dos 'topos' en la cárcel de Soto del Real para espiar a Correa
Infiltran dos 'topos' en la cárcel de Soto del Real para espiar a Correa

El Ministerio del Interior ha infiltrado dos topos en la prisión madrileña de Soto del Real para espiar a Francisco Correa, según han asegurado a El Confidencial fuentes penitenciarias y personas muy cercanas a la defensa del presunto cabecilla de la trama Gürtel, que la semana pasada vio desestimada, por segunda vez, su petición de libertad provisional. 

Pese a tratarse de una cárcel tan masificada, en la que la tasa de ocupación roza el 200%, la llegada de un nuevo preso casi nunca pasa inadvertida, por muy discreta que sea su actitud. Y entre los recién incorporados al módulo 9, donde Correa permanece recluido desde el pasado 12 de febrero, hay dos internos que apenas han llamado la atención y que supuestamente son presos preventivos, pero cuya verdadera identidad muy pocos conocen.

Se trata de dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía infiltrados desde el pasado mes de junio, y que se hacen pasar por reclusos con el presunto objetivo de trabar amistad con Correa para obtener información relacionada con el caso Gürtel, según han coincidido en señalar las diversas fuentes, penitenciarias y jurídicas, consultadas por este periódico.

El abogado de Correa, José Antonio Choclán, magistrado en excedencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, no quiso confirmar ni desmentir este extremo. Sin embargo, fuentes muy próximas a Choclán aseguran que éste ya ha avisado a su cliente de la presencia de los topos policiales en el módulo 9, y le ha recomendado que sea "extremadamente prudente" con sus comentarios y desconfíe de quien se interese por las circunstancias que le han llevado a prisión.

Esa advertencia, según las mismas fuentes, también le ha sido trasladada a Pablo Crespo, que comparte celda con Correa en Soto del Real. Crespo, ex secretario de Organización del PP gallego y hombre de la máxima confianza de Correa, era la persona que, según el juez Baltasar Garzón, dirigía y controlaba el entramado de empresas de aquél y daba instrucciones para librar fondos de la tesorería del grupo en España.

Introvertido y deprimido

Pero lo cierto es que tanto Correa como Crespo apenas comparten el escaso tiempo que pasan fuera de su celda con los cerca de 150 internos del módulo 9 de Soto del Real. Ambos se relacionan muy poco con los demás presos, y no han mostrado hasta ahora el menor interés en participar en los talleres y actividades que diariamente se desarrollan entre rejas.

Correa sigue afectado por una fuerte depresión, y su abogado defensor, según las fuentes consultadas, teme que pueda venirse abajo y ceder a la tentación de cantar ante el juez Antonio Pedreira, instructor del caso Gürtel en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). La ventaja de colaborar con el juez es que Correa tendría al alcance de la mano la ansiada libertad provisional que Pedreira le denegó el pasado viernes con el argumento de que existe riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.

Pero los inconvenientes de esa estrategia son aún mayores, según las mismas fuentes. Porque si Correa, finalmente, se decide a tirar de la manta e incrimina a más dirigentes del PP en el supuesto cobro de comisiones, no sólo tendrá que probar esas acusaciones en el posterior juicio, sino que, por encima de todo, estaría admitiendo que ha cometido un delito y reconociendo su propia culpabilidad.   

El Ministerio del Interior ha infiltrado dos topos en la prisión madrileña de Soto del Real para espiar a Francisco Correa, según han asegurado a El Confidencial fuentes penitenciarias y personas muy cercanas a la defensa del presunto cabecilla de la trama Gürtel, que la semana pasada vio desestimada, por segunda vez, su petición de libertad provisional.