¿Dónde está Gallardón?

No estuvo en el balcón del triunfo de la calle Génova el pasado 7-J. No se prodigó junto a Jaime Mayor Oreja. No ocupó los titulares de los medios de comunicación. Alberto Ruiz-Gallardón mantuvo un perfil bajo durante la pasada campaña y se marchó a México a pasar  la jornada electoral. Una conducta que ha disparado las especulaciones sobre cuál es la nueva estrategia del alcalde de Madrid para continuar su escalada política.

“Si quieres hacer sonreír a Dios, cuéntale tus planes”, ironizó Gallardón al ser preguntado por cuál será su futuro después del próximo 2 de octubre. Ese día se conocerá de qué lado cae la moneda de Madrid 2016, la gran apuesta del alcalde de la capital, que servirá para maquillar o desvelar la realidad de su gestión en los últimos 6 años. El hecho de que los Juegos Olímpicos recaigan o no en Madrid influirá también de forma decisiva en el destino de Gallardón, que podría cambiar su despacho en la Plaza de Cibeles por uno en la calle Génova, cerca de Mariano Rajoy.

Y es que, una vez cruzada la meta olímpica, es previsible que el alcalde recupere su ambición por dar el salto a la política nacional.  Un salto que Rajoy quiso retrasar ayer en El Mundo, señalando que espera que Gallardón sea de nuevo candidato a la alcaldía en 2011. De momento, el primer edil de la capital tiene uno de esos compromisos que cincelan su prestigio de cara al público. Presentará la última entrega de la trilogía del sueco Stieg Larsson, titulada La reina en el palacio de las corrientes de aire. Para el alcalde, la novela hace una “profunda y fascinante defensa del Estado de Derecho”.

Gallardón compareció ante los medios de comunicación el pasado miércoles, tras la Junta de Gobierno municipal, el único momento de la semana en que se le puede ver contestando a los periodistas. Una estrategia con la que trata de cuidar su imagen al máximo. Y, aunque reconoció haberse reunido con Rajoy la noche anterior, no desveló si su futuro fue uno de los temas que estuvieron sobre la mesa. Eso sí, el alcalde aprovechó la ocasión para  volver a elogiar a su presidente, asegurando que se encuentra “ratificado desde el día que fue elegido en el Congreso de Valencia”, así como “consolidado” al frente del PP.  

Acerca de las razones que le han llevado a limitar su actividad en campaña, el alcalde sostuvo que su presencia había sido “intensa”, y bromeó sobre los buenos resultados del PP en aquellos lugares que él había visitado. “Ha ido allí donde le han llamado y ha estado a disposición del partido”, explican fuentes cercanas a Gallardón, que recuerdan sus actos en Madrid, Canarias, Andalucía y Galicia. “También tenía previsto acudir a Cataluña, pero no pudo por su compromiso en México”, precisan en su entorno, y añaden que el alcalde nunca ha estado vetado en una campaña. Una insinuación que remite a la escasa participación de Esperanza Aguirre en las autonómicas de Galicia y País Vasco.

Viaje a México

Gallardón no ha estado vetado, pero según el contenido de su agenda, o le han llamado menos o él no ha cogido el teléfono. Desde el PP se limitan a recordar que todas las figuras del partido han participado de una u otra forma, bajo la dirección de Ana Mato, consiguiendo movilizar a la militancia y obteniendo una calara victoria en las urnas.

No obstante, llama la atención que Gallardón convocara una reunión de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) en México D.F. para el mismo día de los comicios europeos. Un viaje de cuatro días a América con la excusa de mostrar su confianza en la gestión de la gripe A que han llevado a cabo las autoridades mexicanas. El alcalde tuvo que votar por correo y se perdió la fiesta en Génova, donde sí estuvo, incluso en el balcón, la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Lo cierto es que, a diferencia de la campaña de las elecciones gallegas y vascas, que se constituyó en torno al nuevo estilo de Rajoy, política pop incluida, la táctica de las Europeas ha recuperado algunas señas de identidad previas al Congreso de Valencia de 2008. Frente a dos candidatos adscritos al ala moderada como Alberto Núñez Feijóo y Antonio Basagoiti, el cabeza de cartel fue Mayor Oreja. Si en Galicia y País Vasco se vio principalmente a Rajoy, Gallardón o María Dolores de Cospedal, en la última campaña han vuelto José María Aznar, Rodrigo Rato, Aguirre e, incluso, María San Gil. Un ambiente poco propicio para Gallardón, que sí aprovechó un almuerzo en Madrid con Feijóo para, reclamando un paréntesis en plena campaña, marcar distancia con el ala más dura. “La victoria sólo se logra desde el centro”, aseguró el alcalde. Todo un aviso dirigido a Rajoy.