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¿Salgado, Chaves o De la Vega? Las comunidades no saben quién manda en la financiación
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CONFUSIÓN SOBRE LAS COMPETENCIAS DE LOS TRES VICEPRESIDENTES

¿Salgado, Chaves o De la Vega? Las comunidades no saben quién manda en la financiación

Más que el "cambio de ritmo" anunciado por José Luis Rodríguez Zapatero para justificar la última remodelación del Gobierno, lo que sus tres vicepresidentes parecen protagonizar estos días es una

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¿Salgado, Chaves o De la Vega? Las comunidades no saben quién manda en la financiación

Más que el "cambio de ritmo" anunciado por José Luis Rodríguez Zapatero para justificar la última remodelación del Gobierno, lo que sus tres vicepresidentes parecen protagonizar estos días es una alocada carrera en busca de competencias con las que acotar sus respectivas parcelas de poder. Y el escenario de esa pugna es la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, supuestamente a cargo de Manuel Chaves, pero en la que también participan, de forma decisiva, tanto Elena Salgado como María Teresa Fernández de la Vega.

¿Quién está, realmente, al mando de esa negociación? ¿La vicepresidenta política, la vicepresidenta económica o el vicepresidente territorial? La confusión entre los presidentes autonómicos sobre la identidad de su interlocutor en la búsqueda de un acuerdo es total, ya que De la Vega, Salgado y Chaves han ofrecido estos días mensajes contradictorios acerca de quién asumirá, finalmente, esa responsabilidad, o si ésta será compartida.

El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha exigido que su único interlocutor sea Salgado, con la que ya tuvo una primera toma de contacto el pasado lunes. Pero no será con ella, sino con Chaves, con quien se reunirá el próximo martes en Barcelona para abordar el asunto, porque así lo ha decidido Zapatero. si Montilla prefiere negociar con Salgado, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), su socio de Gobierno en la Generalitat, se decanta por Chaves. Su presidente, Joan Puigcercós, definió ayer al ex presidente andaluz como "el amo del cortijo y quien decide en el PSOE", por lo que, a su juicio, es mejor pactar con él para evitar "intermediarios".  

Para aumentar el desbarajuste, De la Vega viajará mañana a Palma de Mallorca con la intención de desatascar la negociación con el presidente balear, Francesc Antich. Y seis días más tarde será Chaves quien se reunirá con el propio Antich, también en Palma, en una de las etapas de su anunciada tourné por todas las comunidades autónomas. El objetivo declarado del vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial es que el nuevo modelo de financiación esté listo en mayo, pero parece poco probable que eso ocurra si Zapatero no pone antes orden en el caótico reparto de atribuciones de sus tres vicepresidentes.

'Espantada' de Chaves

Chaves desembarcó en Madrid con el encargo de Zapatero de encabezar las negociaciones para cerrar definitivamente el modelo de financiación autonómica, que ya ha sufrido cinco aplazamientos desde el verano de 2008, la fecha inicialmente comprometida por el jefe del Ejecutivo. Pero en la primera oportunidad que tuvo para exponer cómo abordará tan espinoso asunto, el veterano dirigente socialista dio la espantada.

Fue el pasado martes en el Senado, durante la sesión de control al Gobierno. El senador del PP Javier Arenas, su eterno rival en Andalucía, dirigió una pregunta a Chaves para saber cuándo estará cerrado el pacto de financiación, pero el vicepresidente tercero ni siquiera acudió a la Cámara Alta. En su lugar, Salgado respondió por él, con el consiguiente enfado de Arenas. Y la vicepresidenta segunda y ministra de Economía aseguró que la responsabilidad es suya, no de Chaves, porque es ella quien preside el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), el órgano que debe cerrar el acuerdo.

¿Por qué, entonces, dijo Chaves al día siguiente que en mayo convocará una reunión del CPFF para impulsar ese acuerdo? ¿Y por qué De la Vega aseguró ese mismo día, en presencia de Salgado, que "nadie mejor que Chaves puede cambiar el modelo de financiación"? ¿Cómo se entiende que, casi a la misma hora, el ex presidente andaluz afirmase irónicamente, en una entrevista radiofónica, que "la que controla las pelas" de la financiación es Salgado? ¿Será cierto, como dijo Arenas en el Senado, que el vicepresidente tercero "no pinta nada" en el Gobierno?

De la Vega, cuya continuidad en el Ejecutivo parecía colgar de un hilo antes de la última remodelación, es, paradójicamente, la que más reforzada ha salido de la crisis. Todo parecía indicar, cuando se produjeron las primeras filtraciones sobre la composición del nuevo Gabinete, que la vicepresidenta primera perdería poder y competencias en favor de Chaves, que llegó a Madrid con la grandilocuente pero vaga tarea de coordinar la política territorial, impulsar la cooperación entre el Gobierno y las comunidades autónomas y recomponer las relaciones con los partidos nacionalistas para acabar con la debilidad parlamentaria del Ejecutivo.

Sin embargo, De la Vega no sólo ha conservado las atribuciones que ya ejercía antes de la crisis de Gobierno, sino que ha arrebatado a Chaves algunas de las que, a priori, le habrían correspondido, como las relacionadas con la función pública.

En cuanto a Salgado, está por ver qué papel desempeñará en el nuevo organigrama gubernamental. Fuentes socialistas consultadas por El Confidencial sostienen que quien de facto va a dirigir la política económica en general, y la financiación autonómica en particular, es Zapatero, y que Salgado, a diferencia de su predecesor, Pedro Solbes, será una disciplinada ejecutora de las órdenes del presidente del Gobierno.

Más que el "cambio de ritmo" anunciado por José Luis Rodríguez Zapatero para justificar la última remodelación del Gobierno, lo que sus tres vicepresidentes parecen protagonizar estos días es una alocada carrera en busca de competencias con las que acotar sus respectivas parcelas de poder. Y el escenario de esa pugna es la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, supuestamente a cargo de Manuel Chaves, pero en la que también participan, de forma decisiva, tanto Elena Salgado como María Teresa Fernández de la Vega.