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Castells, consejero de Economía de Montilla, se desmarca de los presupuestos de Solbes
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EXIGE QUE ANTES HAYA UN ACUERDO EN FINANCIACIÓN

Castells, consejero de Economía de Montilla, se desmarca de los presupuestos de Solbes

El ala catalanista del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) vuelve por sus fueros. El consejero de Economía catalán, Antoni Castells, insiste en convertirse en el

Foto: Castells, consejero de Economía de Montilla, se desmarca de los presupuestos de Solbes
Castells, consejero de Economía de Montilla, se desmarca de los presupuestos de Solbes

El ala catalanista del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) vuelve por sus fueros. El consejero de Economía catalán, Antoni Castells, insiste en convertirse en el referente de esta corriente y se ha desmarcado de las declaraciones efectuadas por el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, que el jueves descartó que los socialistas catalanes votasen en contra de los Presupuestos Generales del Estado. Así las cosas, Castells se ha rebelado contra el PSC y a ha dicho que no tine decidido si va a dar su apoyo para que los 25 diputados socialistas catalanes voten los presupuestos de Pedro Solbes.

Hasta el momento, nunca los parlamentarios del PSC han votado en sentido distinto a los diputados del PSOE, pero tampoco hasta hoy ningún miembro del Gobierno catalán se había atrevido a plantear tan abiertamente la posibilidad de discrepar en el seno del partido, y menos aún ante una votación tan importante para la estabilidad del Gobierno central y para la credibilidad del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y su capacidad de gestión.

Su principal tarea

Para Castells, es inverosímil que sus compañeros de formación voten favorablemente y sin condiciones los presupuestos sin haber conseguido un compromiso firme por parte de Madrid sobre el nuevo sistema de financiación de Cataluña. Y es que a Castells le escuece especialmente este retraso porque la elaboración del plan de financiación de Cataluña, recogido en el Estatut, ha sido una de las tareas que más tiempo y energía le han costado.

Por eso, el incumplimiento sistemático por parte del ministro de Economía, Pedro Solbes, de los plazos de negociación ha terminado por irritar hasta tal punto al consejero que no ha dudado en plantear un pulso de fuerza entre el PSC y el PSOE.

A la espera de la decisión de la ejecutiva, el desaire de Castells ha puesto nervioso al Gobierno central. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, ha manifestado que “una cosa son los presupuestos y otra la financiación autonómica”. Y le ha recordado al consejero catalán que están trabajando para cerrar un acuerdo antes de final de año que empiece a funcionar el 1 de enero. Algo que seguro que Castells entiende pero, a la vista de sus declaraciones, no se cree. Por contra, la actitud de Castells ha levantado elogios en las filas de ERC y de Unió Democrática, aunque nadie da por hecho nada y ambas formaciones coinciden en que “la discrepancia se demuestra a la hora de la votación, no apoyando los presupuestos. Ya veremos qué pasará”.

Llamado al orden

Que Castells está enfadado es un secreto a voces dentro del PSC y del propio Gobierno autonómico. “Se creía que, una vez fuera de la presidencia Pasqual Maragall, podría convertirse en el hombre fuerte del Gobierno. Pero se equivocó con Montilla. Desde la calle Nicaragua (sede del PSC) se le hizo llegar en varias ocasiones que su puesto era de consejero y no de vicepresidente o de hombre fuerte”, afirma una fuente de la dirección socialista.

No es la primera vez que se postula como referente, ya que a principios de la actual legislatura comenzó a marcar “perfil propio” hasta que fue llamado al orden. “Su intención era no sólo convertirse en el hombre fuerte del Gobierno -matiza otra fuente-, sino aspirar a ser el único recambio de José Montilla para el futuro”. Esta misma fuente reconoce que “Castells se encuentra con las alas cortadas dentro del Gobierno y eso no le gusta”. El motivo es muy sencillo: el presidente catalán no quiere que se aireen voces discordantes desde dentro del Gobierno, una disciplina que ha sido seguida a rajatabla por todos los miembros del Ejecutivo: nadie se separa de la doctrina “oficial” de la Generalitat. Otra cosa es lo que se diga desde los partidos, donde cada uno de los socios puede discrepar y opinar lo que le dé la gana.

Para controlar a Castells, Montilla maniobró con habilidad y creó una estructura por áreas que depende de Presidencia. Todos los temas que se traten en las consejerías pasan también por este equipo de confianza del president, incluidos los que atañen al díscolo Castells.

El ala catalanista del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) vuelve por sus fueros. El consejero de Economía catalán, Antoni Castells, insiste en convertirse en el referente de esta corriente y se ha desmarcado de las declaraciones efectuadas por el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, que el jueves descartó que los socialistas catalanes votasen en contra de los Presupuestos Generales del Estado. Así las cosas, Castells se ha rebelado contra el PSC y a ha dicho que no tine decidido si va a dar su apoyo para que los 25 diputados socialistas catalanes voten los presupuestos de Pedro Solbes.

José Montilla