Barcelona sube sus transportes públicos hasta un 6,9% y lo justifica con un informe de un solo folio
Recaudar, que todo es poco. Éste podría muy bien ser el lema del Ayuntamiento de Barcelona, que trata de paliar la escasez de financiación que afecta
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Recaudar, que todo es poco. Éste podría muy bien ser el lema del Ayuntamiento de Barcelona, que trata de paliar la escasez de financiación que afecta tradicionalmente a todos los consistorios españoles con medidas económicas que alimenten sus arcas.
La principal medida es la subida del transporte público: viajar en autobús, metro o taxi será mucho más caro. Y si la grúa se lleva el coche, lo mismo. La tarjeta de diez viajes, por ejemplo, experimentará una subida del 6,9%. Otras tarjetas moderan este crecimiento hasta dejarlo en poco más de 4%. Los taxis suben, a partir de este fin de semana, el 6,2%. Y la grúa, el 3%. Y eso sin hablar de otros servicios, como luz o agua, cuyas subidas triplican o casi cuadruplican el IPC.
Para CiU, la subida media de los transportes se sitúa en torno al 3,5%. “Hemos pedido los informes en los que se basan estas subidas y sólo nos han dado uno... ¡que era de un solo folio!”, afirma el concejal Eduard Freixedes. Su grupo municipal está elaborando un informe sobre las subidas del transporte que espera tener finalizado en quince días. De momento, subraya que hace poco, nuestro grupo presentó una iniciativa para mejorar la velocidad comercial de los autobuses. Desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento, nos dijeron que era muy buena y positiva, pero que tenían que votar en contra porque ya se estaba haciendo. Ayer, sin embargo, ERC presentó una moción para instar a la Autoridad del Transporte Metropolitano a que revise el sistema tarifario. Lo que le falta a este equipo es sensibilidad social”.
Pero el portavoz convergente critica también especialmente la subida de entre el 30 y el 40% de los precios de los equipamientos públicos. “En las residencias de ancianos, los precios se han disparado y desde el Ayuntamiento dicen que, aunque son dependencias municipales, la gestión la llevan empresas que no son públicas. Pero eso no es justificación. El tema es muy grave porque, además, estamos en un momento de crisis económica y estas instalaciones dan servicio a segmentos sociales bastante desfavorecidos”.
“Todo por la pasta”
El presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández Díaz, es taxativo en este tema: “El alcalde se apunta al ‘todo por la pasta’ y se ha creado en la ciudad un entramado de negocios del gobierno y asociados”. Fernández Díaz se refiere al bipartito que rige el Ayuntamiento, formado por Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) e Iniciativa per Catalunya (ICV), a quien se suma Esquerra Republicana (ERC), que aunque no forma parte del equipo de gobierno, apoya muchas de las medidas que se llevan a pleno o a comisión.
Para Eduard Freixedes, “existe un afán recaudatorio del Ayuntamiento” que se manifiesta en varios frentes. Por un lado, la ampliación del área verde, que en principio debería ser gratis para los vecinos, pero que “no deja de ser un área azul camuflada. Es más, sale más caro aparcar en zona verde que en zona azul. En estos momntos, la ciudad se ha transformado en una inmensa zona azul”. Fernández Díaz es del mismo parecer. “Los parquímetros son las tragaperras del Ayuntamiento”, afirma. El concejal popular afirma también que “sólo en los seis primeros meses del año se recaudaron por multas lo que se pensaba recaudar en todo el año”.
No es extraño: el Ayuntamiento ha ampliado las zonas verdes a los barrios periféricos. El 1 de enero, los barceloneses sufrirán con 46.302 zonas verdes, 10.365 zonas azules, 3.350 parquímetros y 380 vigilantes. en estos momentos, se prepara una nueva fase de área verde con 11,326 nuevas plazas. “Pero es un caos. Cada área verde tiene sus propias reglas. Las hay que son sólo para los vecinos, las hay que son mixtas, las hay que funcionan en domingo y las hay que no”, dice Freixedes.
Los “árboles-timo”
El portavoz convergente critica que muchas iniciativas de ICV significan derroche. “Los ‘biopijos’ comenzaron ya hace años una campaña contra la Navidad, por poner un ejemplo. En el 2006, se hizo el tradicional pesebre en la plaza de Sant Jaume en el que San José era un butanero, etcétera. El fiasco fue tan grande que logramos hacer aprobar una iniciativa para que la Unión de Pesebristas, que son los que saben del tema, lo se encargase de montar el pesebre todos los años. Y ahora ya no hay lugar para excesos”. Otra cosa son los cinco árboles de la concejala Imma Mayol (ICV) de estructura metálica, “que costaron 240.000 euros y que tenían que funcionar con energía solar o pedaleando una bicicleta. Pero han sido otro fiasco. La alternativa es conectarlos a la red eléctrica. Son unos árboles-timo”.
Para Fernández Díaz, “aunque el impacto presupuestario de estos árboles es relativamente pequeño, sí es un indicador del modo en que se malgasta el dinro público”. Otra cosa es el blog del alcalde, Jordi Hereu, cuya puesta en marcha ha costado al erario público este año 262.000 euros. “Y sólo es para lucimiento personal. Lo mismo podemos decir del dinero destinado a publicidad. Cada día, el Ayuntamiento de Barcelona se gasta en publicidad casi 40.000 euros y el coste anual se acerca a los 20 millones de euros. Hereu es el alcalde anuncio”.
El líder municipal del PP denuncia también el próximo encarecimiento de los servicios funerarios. “La empresa municipal que gestiona los entierros tuvo 84 millons de euros de beneficios en sólo cinco años. Es caro morirse en Barcelona”, ironiza. Pero, mientras, “se permiten el lujo de perder más de 600.000 euros en la gestión del hotel Miramar, a lo que hay que añadir 2,3 millones de euros gastados para ajardinar los entornos. Todo es un absurdo”.
CiU, por su parte, echa en cara que “se gastan auténticas fortunas en fiestas que acaban con una paella o una fideuá. Hace poco, para celebrara que Barclona había sido elegida sede de la Unión por el Mediterráneo, se montó una fiesta que costó a las arcas municipales 40.000 euros. Sin embargo, ahorran en otros campos donde no se debería ahorrar, como en transportes: hace unos meses, redujeron la frecuncia de los autobuses por falta de personal. Y al mismo tiempo, sacaron una gran campaña de anuncios del transporte público. Pedimos los datos de lo que había costado esta campaña pero no nos han dado ni uno”, denuncia Freixedes.
Recaudar, que todo es poco. Éste podría muy bien ser el lema del Ayuntamiento de Barcelona, que trata de paliar la escasez de financiación que afecta tradicionalmente a todos los consistorios españoles con medidas económicas que alimenten sus arcas.