Santander pone en marcha su mayor OPV en Wall Street por 5.000 millones

Banco Santander ha dado el primer paso para realizar su mayor oferta de acciones en Wall Street. El grupo presidido por Emilio Botín ha registrado en la Securities Exchange Commission (SEC), la CNMV estadounidense, la solicitud para poner en marcha la oferta pública de venta (OPV) de Santander Consumer USA (Scusa), su filial de financiación al consumo en el mercado más grande del mundo. Una compañía que puede alcanzar un valor de 5.000 millones de euros.

Se trata de una solicitud de autorización obligatoria para poder hacer una oferta de acciones en la Bolsa de Nueva York y que tiene un periodo de duración de doce meses. Aunque el registro de dicha petición no incluye ningún detalle en cuanto a los plazos, el tamaño de la OPV y los vendedores, fuentes financieras indican que la operación se llevará a cabo a la vuelta del verano si las condiciones del mercado lo permiten.

Tal y como adelantó El Confidencial a mediados de abril, Santander está barajando la opción de vender una parte de Scusa, cuyo capital comparte con Sponsor Auto Finance Holdings, participado por Centerbridge Partners, KKR y Warburg Pincus, y Dundon DPS. El banco español tiene el 65% del accionariado, mientras que estos cuatro fondos de capital riesgo son dueños del 35% restante, en la proporción de Sponsor Auto Finance con un 25% y Dundon DPS, con un 10%.

Un paquete que estos inversores tomaron en octubre de 2011 a través de una ampliación de capital de 1.150 millones de dólares, unos 835 millones de euros. La transacción supuso valorar Santander Consumer USA en 4.000 millones de dólares (2.907 millones de euros), una tasación que ahora puede ser significativamente mayor, según fuentes del mercado.

Santander Consumer USA cuenta con unos activos de más de 16.000 millones de dólares, más de dos millones de clientes, 2.800 empleados y comercializa sus créditos a través de una red de más de 13.000 concesionarios de automóviles. En 2012, obtuvo un beneficio de 670 millones de dólares (510 millones de euros), de los que el grupo español se apuntó 436 millones de dólares (330 millones de euros). El resultado creció cerca de un 30%, mejora que ha permitido elevar la valoración de la filial respecto al valor estimado cuando entraron los socios. 

Bancos coordinadores

Aquella operación incluía un acuerdo societario por el que los fondos tendrían asientos en el consejo de administración y que incluía una prima de 600 millones de dólares (458 millones de euros) a favor de Banco Santander si los resultados de la financiera superaban ciertos objetivos en los ejercicios 2014 y 2015. Por el contrario, si las cuentas no evolucionaban según lo previsto, sería el banco presidido por Emilio Botín el que abonaría una cantidad sin definir a Sponsor Auto Finance Holdings Series y Dundou DFS.

El pacto societario también especifica las ventanas de liquidez para que los dos inversores financieros puedan vender sus participaciones a Santander en el cuarto, quinto y séptimo aniversario del cierre de la operación. Es decir, en 2015, 2016 y 2018. Dicha cláusula está condicionada a que los accionistas decidan hacer previamente una oferta pública de venta de acciones.

La entidad ya ha contactado con varios bancos de inversión para actualizar el valor de la filial estadounidense y sopesar cuál es el mejor momento para hacer la OPV, previsiblemente en otoño. Merrill Lynch, Citi y JP Morgan son los designados para actuar como coordinadores globales.

Tras la crisis de liquidez vivida en los últimos años, Santander se ha propuesto como objetivo estratégico tener cotizadas a sus filiales más importantes. Por ese motivo, en 2012 sacó al mercado su banco en México, una OPV que fue un gran éxito. Ingresó 3.400 millones, que se sumaron a los algo más de 4.000 que obtuvo a finales de 2009 por la colocación de su subsidiaria en Brasil. En cartera tiene la división británica y la venta de una parte de su filial en Polonia.

El objetivo de estas desinversiones es financiarse y obtener liquidez para seguir engordando la hucha de las provisiones a nivel de grupo ante la expectativa de que el deterioro de la economía española siga afectando a la cuenta de resultados. Aunque el sector bancario no tiene que acometer este año grandes esfuerzos en dotaciones, como las que sufrió en 2012 por la aplicación de los dos reales decretos de Luis de Guindos, las entidades financieras dan por hecho que la mora seguirá al alza y que habrá que tener la despensa llena para cubrir la entrada de impagados.