El retorno de las tensiones complica la primera subasta de julio para el Tesoro Público

El Tesoro Público encara hoy la primera subasta de julio en un entorno que ha vuelto a enturbiarse al calor de la crisis política abierta en Portugal. Con la incertidumbre de vuelta y constatando que la crisis de la deuda soberana -y, por tanto, la crisis del euro- sigue viva, el organismo emisor intentará captar hoy entre 3.000 y 4.000 millones de euros. 

Para estrenar el mes y el semestre, el Tesoro sólo saldrá al mercado con dos referencias: bonos con vencimiento el 30 de julio de 2016 y con vencimiento el 31 de octubre de 2018. Hasta la fecha, en 2013 venía exprimiendo las subastas de deuda a medio y largo plazo con la colocación de tres referencias distintas, pero esta vez sólo recurrirá a dos. 

La última vez que subastó los títulos con vencimiento en 2016 fue el pasado 6 de junio. Entonces los adjudicó con un rendimiento medio del 2,70%. Ayer, la rentabilidad de estos bonos en el mercado secundario, en el que cotizan tras haber sido emitidos, se encontraba en el 2,89%, con lo que todo indica que el Tesoro tendrá que afrontar unos costes de financiación mayores en esta ocasión. 

En cuanto a los bonos con vencimiento en octubre de 2018, será la primera vez que sean subastados por el Tesoro. Ayer, la rentabilidad de los bonos españoles a cinco años se situaba en el 3,55% en el mercado secundario. 

Fuertes subidas en la prima y los CDS

La subasta vendrá marcada por la fuerte sacudida que sufrió ayer la deuda española por el contagio derivado de la crisis política en Portugal. Las ventas -con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos baja- provocaron que la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años pasara del 4,62 al 4,77%. A su rebufo, la prima de riesgo, que mide la diferencia entre el rendimiento de los bonos españoles y alemanes a 10 años, se amplió desde los 292 hasta los 311 puntos básicos. 

También se tensó la situación en los seguros de crédito para protegerse de un posible impago (CDS) de España. Las compras provocaron que el precio para cubrirse de ese riesgo subiera casi 20 puntos básicos, hasta los 295, aunque durante la sesión llegó a superar los 300 puntos por vez primera desde abril.