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La cuarta caída consecutiva sitúa al Bovespa a punto de perder el 45.000
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DESCIENDE OTRO 0,4%

La cuarta caída consecutiva sitúa al Bovespa a punto de perder el 45.000

La bolsa brasileña prolonga en la sesión de hoy el golpetazo superior al 4% que sufrió ayer. De hecho, encaja su cuarto descenso consecutivo, esta vez

La bolsa brasileña prolonga en la sesión de hoy el golpetazo superior al 4% que sufrió ayer. De hecho, encaja su cuarto descenso consecutivo, esta vez de, 0,4%, y se sitúa al borde de los 45.000 puntos, con lo que camina en sus niveles más bajos desde 2009. En lo que va de año, acumula un retroceso del 26%.   

El desencadenante del último desplome resulta llamativo teniendo en cuenta el pasado cercano de Brasil y que se trata de uno de los integrantes del exclusivo club de los BRIC, del que solo forman parte Brasil, Rusia, India y China: el temor a que el país entre en recesión. Este miedo se abrió paso a partir del mal dato de producción industrial que se conoció ayer. En mayo sufrió una caída intermensual del 2%, por encima del descenso del 1,1% que recogían las previsiones y de la subida del 1,9% registrada en abril. Ampliando la resonancia del dato, y según difundió ayer Bloomberg, Nomura envió una nota a sus clientes en la que pronostica que Brasil podría entrar en recesión durante el último trimestre de 2013 porque el endurecimiento de la política monetaria en EEUU podría reducir los flujos de capitales hacia América Latina. 

De hecho, esta causa es la que viene castigando a los mercados brasileños en las seis últimas semanas. En concreto, desde que el presidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, Ben Bernanke, sugirió el pasado 22 de mayo que la entidad podría reducir los estímulos monetarios "en una de las próximas reuniones". Desde entonces, y como consecuencia de la salida de capitales del país, el Bovespa se ha hundido cerca de un 20% y se ha dejado más de 11.000 puntos por el camino.

En paralelo, el real brasileño ha caído con fuerza. Desde la reducción del apetito por el riesgo a raíz del viraje estratégico de la Fed, la divisa brasileña se ha depreciado más de un 10% contra el euro y el dólar estadounidense, hasta los 2,93 reales y los 2,26 reales, respectivamente. O lo que es lo mismo, ha descendido hasta los cambios más bajos contra ambas divisas desde 2009. 

Aunque la fuga de capitales también ha dejado una clara huella en la deuda pública, hoy los inversores dan una tregua. Las compras -con el consiguiente descenso de los rendimientos, que bajan cuando el precio de los títulos sube- permiten que la rentabilidad de los títulos a 10 años retroceda del 11,05 al 10,87%. 

Problemas a la vista

Para añadir más leña al fuego, la inflación, que se encuentra de nuevo por encima del 6%, preocupa cada vez más en Brasil. Como respuesta, el banco central ya ha subido los tipos de interés en las dos últimas reuniones, para llevarlos del 7,25 al 8%, y las previsiones contemplan que los elevará otra vez, hasta el 8,5%, en la reunión del 10 de julio. 

Las autoridades, por tanto, pueden verse atrapadas entre la inflación y la recesión, es decir, entre la necesidad de aplicar medidas que frenen los precios o de activar políticas que reactiven el crecimiento, todo ello con la creciente tensión social como trasfondo. La estanflación -estancamiento e inflación- acecha, y los mercados tiemblan sólo con intuir su sombra. 

La bolsa brasileña prolonga en la sesión de hoy el golpetazo superior al 4% que sufrió ayer. De hecho, encaja su cuarto descenso consecutivo, esta vez de, 0,4%, y se sitúa al borde de los 45.000 puntos, con lo que camina en sus niveles más bajos desde 2009. En lo que va de año, acumula un retroceso del 26%.