Es noticia
¡Cuidado! Los folletos de los fondos de inversión también tienen letra pequeña
  1. Economía
EN EL MEJOR INICIO DE AÑO DEL SECTOR EN 10 AÑOS

¡Cuidado! Los folletos de los fondos de inversión también tienen letra pequeña

Que los fondos de inversión están siendo los grandes triunfadores de este año es algo de lo que ya nadie duda. La congelación a la que

Foto: ¡Cuidado! Los folletos de los fondos de inversión también tienen letra pequeña
¡Cuidado! Los folletos de los fondos de inversión también tienen letra pequeña

Que los fondos de inversión están siendo los grandes triunfadores de este año es algo de lo que ya nadie duda. La congelación a la que se han visto abocadas las rentabilidades de los depósitos tras la recomendación del Banco de España (que limita en el 1,75% el interés a un año) tiene buena culpa de ello. El trasvase de capitales de los depósitos a los fondos se cuantifica en unas entradas netas en fondos de más de 6.700 millones de euros durante los primeros cinco meses del año. Sin embargo, el blindaje que ofrecen unos y otros es bien distinto. En el caso de los fondos, el cliente se expone a comisiones y pérdidas que, salvo en productos garantizados, deben ser tenidas en cuenta antes de invertir en estos productos. Vamos, que hay riesgos, y muchos de ellos figuran desde el inicio en los folletos informativos de estos productos, cuya letra pequeña conviene leer como antídoto para evitar sustos en el futuro. 

Este documento es la ficha técnica de cada uno de estos productos y recoge detalles como la política de inversión, las comisiones, el perfil de riesgo y otros elementos esenciales. Antes de suscribir participaciones de un fondo, la entidad financiera debe entregar al inversor el folleto simplificado o el folleto completo, que incluye una información más detallada sobre el producto de inversión.

En el modelo simplificado, los asesores de Ahorro Corporación apuntan varios elementos clave. Para comenzar, en la parte superior, sobre un recuadro sombreado, se encuentran los datos relativos al nombre del producto, de la gestora, su código ISIN (código internacional para identificar cualquier valor mobiliario similar a un DNI para fondos) y el número de registro del fondo en la CNMV.

Por debajo de este recuadro conviene prestar atención a los objetivos y la política de inversión. En este apartado figura la categoría a la que pertenece el fondo. Entre las más habituales, según los registros de la CNMV, se pueden encontrar las de renta fija a corto y largo plazo, variable, mixta, internacional o garantizados. También se indica el objetivo de gestión, que indica la rentabilidad que se conseguirá (en caso de un garantizado) y el plazo para obtenerla. 

La política de inversión y los riesgos completan estos puntos informativos. En el primer caso, se indica qué parte del capital está expuesto a renta variable o fija u objetivos concretos vinculados a la evolución de un índice bursátil. También la exposición máxima al riesgo divisa o a determinados activos. En cuanto a los riesgos, muchos fondos indican este perfil con una escala numérica que va del 1 al 7. No obstante, tal y como recuerdan varios asesores financieros, a partir del próximo 1 de julio, según recoge la circular 2/2013 sobre DFI y folletos, esta numeración será sustituida por una o varias palabras tales como “moderado” o “conservador”, que irán acompañadas de una explicación del significado de esta apreciación.

En el formato simplificado también se incluyen varios vínculos que enlazan a información adicional. Estos hacen referencia a la rentabilidad histórica del fondo y también a los gastos corrientes, derivados de los costes de gestión y funcionamiento del fondo, entre los que se incluyen los relativos a comercialización y distribución.

Más datos en el folleto completo

Los inversores también tienen la posibilidad de solicitar o descargar desde la página web de la CNMV un folleto más extenso sobre el fondo de inversión en cuestión que les interesa. Esta opción incluye todos los puntos anteriores explicados con mayor detalle y también otros nuevos acerca del procedimiento de suscripción (entradas de dinero de los partícipes) y reembolsos (salidas de dinero), así como el proceso de tramitación de las órdenes de entrada y salida de capital.

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es la frecuencia del cálculo del valor liquidativo (valor que tiene cada participación de un fondo de inversión), que puede ser diaria (la más habitual), semanal, quincenal… El apartado relativo a información comercial también es reseñable al indicar la divisa a la que están referenciadas las participaciones, la inversión mínima inicial y la inversión que se debe mantener. También se explica cuáles son las principales entidades comercializadoras.

Por último, los expertos destacan la información relativa a comisiones y gastos, que se encuentran en la parte final del documento. Entre las más populares, destacan los gastos de gestión, que pueden alcanzar un 2,5% del patrimonio, las comisiones por depósitos (un máximo del 0,5% del patrimonio), de suscripción y reembolso (en función de la gestora) o de resultados (hasta un 9% del patrimonio si el balance es positivo y sólo en productos vinculados a la renta variable).

Que los fondos de inversión están siendo los grandes triunfadores de este año es algo de lo que ya nadie duda. La congelación a la que se han visto abocadas las rentabilidades de los depósitos tras la recomendación del Banco de España (que limita en el 1,75% el interés a un año) tiene buena culpa de ello. El trasvase de capitales de los depósitos a los fondos se cuantifica en unas entradas netas en fondos de más de 6.700 millones de euros durante los primeros cinco meses del año. Sin embargo, el blindaje que ofrecen unos y otros es bien distinto. En el caso de los fondos, el cliente se expone a comisiones y pérdidas que, salvo en productos garantizados, deben ser tenidas en cuenta antes de invertir en estos productos. Vamos, que hay riesgos, y muchos de ellos figuran desde el inicio en los folletos informativos de estos productos, cuya letra pequeña conviene leer como antídoto para evitar sustos en el futuro.