Fondos atraídos por Sareb denuncian conflicto de intereses entre Belén Romana y Centerbridge

El arranque de Sareb, la Sociedad de Gestión Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, se está produciendo a tirones y con bastantes más complicaciones de las que pudieran haberse previsto en un principio. El último de los contratiempos que acechan al proyecto es el eventual conflicto de intereses que algunos fondos de inversión extranjeros están denunciando a raíz de las negociaciones que la presidenta del 'banco malo', Belén Romana, mantiene con la firma estadounidense Centerbridge para la contratación del negocio de servicing, que es básico en el funcionamiento de la nueva entidad pública.

Belén Romana firmó el pasado viernes la carta que declinaba la entrada de los llamados 'fondos buitre' en el accionariado de Sareb. La misiva estaba dirigida a los máximos ejecutivos de Cerberus, Fortress y la citada Centerbridge, que habían efectuado una propuesta conjunta de inversión por valor de 150 millones de euros. La presidenta del banco malo apelaba a la negativa de la troika, que vigila todo el proceso de rescate financiero, y justificaba su decisión en la imposibilidad de atender las contrapartidas adicionales impuestas por los fondos para disponer de ventajas competitivas en el desarrollo operativo y en la compra de activos de Sareb.

Es cierto que los tres fondos habían formulado su oferta con la condición de obtener un derecho de tanteo sobre los paquetes inmobiliarios que deberán ser colocados en el mercado. Pero en ningún caso la propuesta exigía privilegios que indujeran a la pérdida de negocio por parte de Sareb y prueba de ello es que la misiva de Belén Romana ha dejado la puerta abierta para que estas mismas firmas extranjeras accedan a la compra de activos e incluso puedan actuar como proveedoras de servicios al banco malo.

El doble lenguaje de la carta está dando que hablar en los medios internacionales, donde no se entienden muy bien las motivaciones reales que impiden la obtención de recursos por parte de unas instituciones que luego van a ser invitadas al gran pastel inmobiliario  cocinado con el rescate financiero. Los grandes fondos de inversión consideran que las reglas del juego no son muy claras dentro de Sareb y han empezado a criticar la singularidad de unas prácticas que amenazan con deteriorar la imagen de España en los mercados de capitales.

Del Consejo de Banesto a la presidencia del 'banco malo' 

El papel de Belén Romana es cuestionado incluso por su pasado reciente como administradora de Banesto, toda vez que fue esta entidad financiera la que otorgó hace pocos meses carta de naturaleza en el mercado español a Centerbridge. El fondo estadounidense pagó 100 millones de euros por la participación de control de Aktua, la gestora especializada en el recobro de las carteras de crédito de Banesto, en cuyo órgano de gobierno se sentaba hasta hace poco la presidenta de Sareb en calidad de consejera independiente.

La venta de Aktua fue cerrada por Enrique Dancausa, precisamente el ejecutivo que ahora representa a Centerbridge y quien negocia los pormenores del que puede ser el gran contrato de servicios de gestión de activos del 'banco malo'. Belén Romana va a tener que hilar muy fino si quiere evitar las suspicacias de todos los demás pretendientes que también aspiran a conseguir el favor de Sareb. La entidad estatal dependiente del Ministerio de Economía se muestra inmune a las críticas y considera que nadie puede tildar a su presidenta de incurrir en conflicto de intereses. El argumento de defensa se fundamenta en que Belén Romana ya había dejado el Consejo de Banesto cuando la filial del Banco Santander vendió Aktua. Habrá que ver si esta mera circunstancia temporal sirve para calmar a los fondos en el supuesto de que Centerbridge se convierta finalmente en el aliado preferente de Sareb.