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¿Y si Nokia y Blackberry fuesen dos grandes tapados de 2013?
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SUBEN MÁS DE UN 50% EN EL ÚLTIMO TRIMESTRE

¿Y si Nokia y Blackberry fuesen dos grandes tapados de 2013?

Lo dice una máxima de la bolsa, y también de la vida: todo lo que sube acaba bajando y viceversa. Algo así se puede decir a

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¿Y si Nokia y Blackberry fuesen dos grandes tapados de 2013?

Lo dice una máxima de la bolsa, y también de la vida: todo lo que sube acaba bajando y viceversa. Algo así se puede decir a la hora de hablar de RIM y Nokia. De valores defenestrados a perlas en auge. Los números no engañan. Mientras Apple atraviesa una crisis existencial que le lleva a luchar por mantener los 500 dólares por título, el fabricante finlandés se apunta un 50% en bolsa en el último trimestre y el canadiense más de un 55%. ¿Cambio de ciclo o mera corrección? Así se han ido cocinado los planes estratégicos de dos grandes firmas venidas a menos que tratan de reconquistar su sitio en el mercado.

Corría un mes de febrero en un despacho de Helsinki. A un lado de la mesa ocho altos directivos de Nokia, al otro cinco de Microsoft. El ambiente, cordial y distendido no podía ocultar la gravedad del fondo de la situación. Nokia, antaño compañía bandera de toda Europa y de buena parte del mundo, se jugaba todo a una carta: la de la alianza con uno de los grandes gigantes estadounidenses para sobrevivir. Las acciones no habían dejado de caer en los últimos años con cifras absolutamente mareantes. Dobles dígitos en rojo en una sola sesión y así en repetidos días durante demasiados meses. Las culpas se habían repartido a diestro y siniestro al compás de ceses y dimisiones sin sacar grandes conclusiones. Sólo una prevalecía sobre el resto. Ya lo decía el propio Darwin: hay que evolucionar o morir.

Dos meses después, en abril de 2011, Nokia y Microsoft anunciaban a bombo y platillo su matrimonio –de conveniencia, pero enlace al fin y al cabo- para aunar fuerzas en el mercado de la telefonía móvil. El reto no era sencillo. Tocaba saltar a un ring en el que, a un lado esperaba Apple y al otro Samsung como los dos colosos bandera en la fabricación de teléfonos móviles.

Sin embargo, la contienda se libra en dos frentes. El segundo va más allá de los simples terminales o, más concretamente, se mete de lleno en el cerebro de los mismos. Sistemas operativos. Los últimos datos de Comscore dejan bien clara la dualidad que impera en el mercado: casi el 90% de los usuarios tiene un teléfono que ‘piensa’ en clave Android (Google) o IOS (Apple). Las migajas del 10% restante se reparten entre Windows Phone o Blackberry con un pobre balance para ambas.

Al otro lado del Atlántico, concretamente en Canadá, Research in Motion (RIM para abreviar) tenía el mismo problema. Durante más de un lustro sus teléfonos habían marcado época. Un teclado QWERTY (llamado así por la disposición de las letras en un teclado de ordenador), mensajería instantánea entre Blackberry y un teléfono orientado, casi exclusivamente, al ejecutivo de hoy eran sus señas de identidad.

La apuesta por la tecnología táctil y por la modernización de su sistema operativo ha sido casi inexistente. Hoy la compañía está pagando todavía esta decisión con una constante pérdida de cuota de mercado. Sin embargo, en los últimos cuatro años RIM ha estado trabajando a fondo, rodeándose -y comprando- todo tipo de empresas que desarrollarán su sistema operativo Blackberry 10, del que hoy se sabe mucho y nada. Más rapidez, posibilidad de ejecutar operaciones multitarea, un sistema de mail como nunca antes se había visto. El próximo 30 de enero se levantará el telón y los usuarios repartirán suerte.

¿Qué tienen en común RIM y Nokia? “Están llamados a cambiar las tornas del mercado de la comunicación móvil o a morir en el intento”, apuntan los analistas especializados. No hay margen de maniobra. El objetivo de las dos compañías es arañar cuota de mercado utilizando todas las armas a su alcance o, de lo contrario, verse condenadas a desaparecer en el más absoluto ostracismo. El mercado ya no perdona errores y, prueba de ello es que los inversores se encuentran especialmente sensibles ante cualquier noticia que llega de una y otra compañía. Esta misma semana se conocía que los suscriptores de los servicios Blackberry habían caído por primera vez en la historia de la firma. La noticia se recibió con pérdidas de más de un 10% que, a lo largo de esta semana, se han corregido hasta dejar la cotización alrededor de los 12 dólares.

En opinión de los expertos, “RIM y Nokia son dos valores que tienen poco que perder y mucho que ganar por lo que cualquier buen gadget que lancen al mercado puede superar las expectativas e inflar notablemente su cotización bursátil”. Ante la pregunta de si pueden ser las grandes sorpresas en el sector tecnológico el año que viene, la respuesta no puede ser más contundente: “tienen todo para serlo aunque el mercado sea tremendamente competitivo. Obviamente no van a luchar de igual a igual con Google o Apple en un primer momento, pero pueden postularse como alternativa real en la industria”, añaden los analistas.

Ahora toca vender y, sobre todo, convencer. Los analistas se creen sólo a medias este lavado de cara que han tenido las cotizaciones de las dos firmas en el tramo final del año. En ambos casos, el precio objetivo a doce meses que le otorga el consenso de mercado de Bloomberg está por debajo de su cotización actual. En el caso de Nokia, el valor acumula en las últimas dos semanas tres recomendaciones de compra, una de venta y dos de infraponderar. Mientras, en RIM los expertos se mojan todavía menos a la hora de determinar un rumbo para el valor, a raíz de las últimas caídas registradas tras conocer el descenso en el número de suscriptores.

Lo dice una máxima de la bolsa, y también de la vida: todo lo que sube acaba bajando y viceversa. Algo así se puede decir a la hora de hablar de RIM y Nokia. De valores defenestrados a perlas en auge. Los números no engañan. Mientras Apple atraviesa una crisis existencial que le lleva a luchar por mantener los 500 dólares por título, el fabricante finlandés se apunta un 50% en bolsa en el último trimestre y el canadiense más de un 55%. ¿Cambio de ciclo o mera corrección? Así se han ido cocinado los planes estratégicos de dos grandes firmas venidas a menos que tratan de reconquistar su sitio en el mercado.