¿Caos o equilibrio? Los mercados miran hacia Jackson Hole para encontrar su rumbo

¿Nuevo escenario o la misma tónica de siempre? Los mercados de ambos lados del Atlántico han mantenido el compás de espera a lo largo de la última semana. Bien merece la pena esperar. No hay demasiadas referencias a las que aferrarse después de un largo mes de agosto en el que las bolsas se han movido al calor de contadas declaraciones y de las posibles actuaciones que acometerán los bancos centrales en un futuro próximo. Así, todas las miradas se centran en la localidad de Jackson Hole (Wyoming, EEUU), donde se celebrará el tradicional simposio de bancos mundiales.

Mucho se ha venido hablando en las últimas semanas de este encuentro en el que destaca la ausencia del presidente del BCE, Mario Draghi, a causa de la pesada carga de trabajo que acumula. En su lugar estará Vítor Constancio, vicepresidente del organismo. Los mercados esperan como agua de mayo concreción sobre las medidas que emprenderán los bancos centrales para reactivar la economía y aliviar las tensiones en torno a la crisis de deuda soberana europea.

Los focos apuntarán directamente a Ben Bernanke y su discurso como anfitrión de la reunión será analizado palabra por palabra para tratar de encontrar algún matiz que invite a pensar en medidas expansionistas a corto plazo. Sin embargo, los analistas prefieren insistir en mantener la cautela. “Nada invita a pensar que este viernes vaya a ser el día y el lugar para abrir la puerta a un QE3. Bernanke es especialista a la hora de jugar con los mercados y lo último que quiere es que se pierda la expectativa de los estímulos”, apuntan desde IG Markets.

Los expertos coinciden en que la aprobación de estas medidas se produciría en la reunión de la Fed prevista para mediados de septiembre. No obstante, las expectativas son muy altas en torno a esta reunión y todo apunta a que la ausencia de medidas concretas puede volver a desembocar en una nueva decepción para los mercados. Según apuntan desde el departamento de análisis de CIBanco, “las bolsas van a buscar señales inequívocas sobre el QE3, si no las hay se producirán nuevas contracciones que vendrán condicionadas por las decisiones que se tomen en septiembre y los ajustes en tipos de cambios y tasas de interés”.

El debate está abierto y ni siquiera desde la propia Reserva Federal hay una opinión unificada sobre los próximos pasos a adoptar. Algunos miembros consideran que, a la vista de los últimos datos macroeconómicos –esta semana el PIB estadounidense repuntó un 1,7% durante el segundo trimestre- no es necesario aplicar respiración asistida a la economía y conviene esperar a ver la evolución que vaya tomando durante los próximos meses.

“El buen dato del PIB debería haber enfriado las ansias para la aprobación de una nueva ronda de estímulos, además la precampaña electoral hace que no sea el mejor momento para aplicar estas medidas. Sin embargo en Europa el BCE debe comenzar a mover ficha porque se acaba el tiempo”, apuntan desde Renta 4. Este jueves el FMI ha recordado que el BCE tiene aún margen en materia de estímulo monetario ante la rebaja de las presiones inflacionarias e instó a avanzar en la integración bancaria y económica de la eurozona. 

Los inversores tienen puestas muchas esperanzas en el encuentro de mañana en Jackson Hole, un lugar en el que en el año 2010 Bernanke también dio numerosas pistas sobre la aplicación del QE2. En aquel momento, el presidente de la Fed defendió que “los estímulos serían eficaces para aliviar las condiciones financieras”. Hoy los focos vuelven a apuntar a Fed y BCE con unos inversores que imploran algo que llevarse a la boca. Si el grifo sigue cerrado, que tiemblen los inversores: no habrá paz para los mercados.