Realia pierde los 100 millones de valor en bolsa y ‘apuntilla’ a sus grandes accionistas

Las grandes familias del ladrillo y del transporte que ya en los estertores del boom inmobiliario apostaron por Realia están pagando un duro peaje. El grupo participado mayoritariamente por FCC y Bankia perdió ayer por primera vez desde que cotiza el nivel de los 100 millones de euros de capitalización bursátil. La compañía cerró ayer en un nuevo mínimo histórico en los 0,36 euros después de perder un 11,1% de su valor.

Poco más de cinco años después de la salida a bolsa, Luis Canales Burguillo ( Inmobiliaria Lualca), la familia andaluza Romero González (Prasa) y la familia Cosmen ven reducidas a cenizas sus participaciones del 5% cada uno en el grupo. Como la familia Sánchez Ramade, que vendió gran parte de sus acciones en junio de 2010, cada accionista pagó alrededor de 90 millones de euros para construir su participación. Ahora, cada una, vale apenas cinco millones de euros.

El asalto de las grandes fortunas al capital de Realia ejemplifica bien cómo era la España de hace apenas un lustro. Por ejemplo, el grupo cordobés Sánchez Ramade compró justo antes de la crisis el 5% de la inmobiliaria. Pecata minuta en comparación con los 425 millones pagados por el 1% de Iberdrola o la adquisición de más de 300.000 acciones de Banco Santander adquiridas a más de 13 euros por acción. El banco cántabro cerró ayer a 4,03 euros.

La salida a bolsa de Realia fue la última de una empresa del ladrillo antes del pinchazo del boom inmobiliario. La operación generó extraordinarias tensiones entre el equipo gestor y el banco que dirigió la colocación, JP Morgan, ya que los inversores solicitaron al grupo un gran descuento para comprar las acciones que salían a la venta.

Finalmente, Esther Koplowitz y Miguel Blesa dieron su brazo a torcer porque sabían que era la única oportunidad de sacar adelante la operación y vendieron a 6,5 euros por acción títulos a los que asignaron inicialmente una valoración máxima de 9,70 euros. En cualquier caso, el precio suponía valorar Realia en algo más de 1.800 millones de euros. Aunque el comienzo de la crisis arrasó desde el primer momento con esta valoración, 2012 está siendo el año más duro para Realia, que marca cada día nuevos máximos históricos.

En los dos últimos días, la cotización de Ignacio Bayón se ha desplomado un 20%, cifra que amplía la pérdida anual al 67%, unos dígitos sin precedentes desde el gran tsunami de 2008, cuando todo el sector se vino abajo sin contemplaciones y los bancos acreedores tuvieron que tomar el capital y el mando de las operaciones en las principales empresas cotizadas.

Antes de los resultados

El fuerte retroceso de la inmobiliaria en bolsa se produce antes de la publicación, hoy, de los resultados de la primera mitad del ejercicio. Los analistas prevén unos resultados discretos, con una caída de los ingresos y del beneficio después de impuestos de doble dígito.

Hasta marzo, el grupo perdió 4,9 millones de euros con una caída de los ingresos del 11,4% hasta los 52,9 millones de euros. Además, el grupo está a la espera de alcanzar un acuerdo con varias entidades financieras para alargar la deuda que vence en 2012 y que suma unos 850 millones de euros.