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Nadie quiere deuda española
  1. Economía
EL MERCADO, SIN LIQUIDEZ; NI SIQUIERA LOS BANCOS COMPRAN TÍTULOS

Nadie quiere deuda española

El primer día después de las elecciones griegas no ha reflejado ni el resultado de los comicios helenos, claramente europeísta. Tampoco las garantías que daba el

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Nadie quiere deuda española

El primer día después de las elecciones griegas no ha reflejado ni el resultado de los comicios helenos, claramente europeísta. Tampoco las garantías que daba el rescate bancario español se han notado en el mundo real: las mesas de tesorería de deuda pública. La ausencia de operaciones fue la constante en un mercado que ha sido definido como “esencialmente ilíquido”.

En resumen, nadie quiere deuda española. Ayer ni siquiera los bancos españoles compraron los títulos del Reino de España. Si había alguna orden, ésta era de venta y proveniente de algún fondo de pensiones, según señalan diversos operadores consultados.

Fuentes del mercado cifraron el volumen de deuda pública española negociado hasta el mediodía de ayer en menos de 50 millones de euros, es decir, prácticamente inexistente. En un día normal a esa hora se han negociado más de 300 millones.

Para buscar un día peor hay que remontarse al martes de la pasada semana, 12 de junio, cuando los mercados de deuda europeos estuvieron prácticamente cerrados en los principales países del Viejo Continente, a excepción de Alemania y países del norte de Europa. Pero ayer, los mercados de Italia y Francia operaron con una relativa normalidad.

La banca y los fondos extranjeros ya no compran deuda española. Y las entidades españolas también han dejado de comprar. Comprensible, si se tiene en cuenta que acumulan en sus balances más de 191.000 euros, cuando a finales de diciembre eran poco más de 76.000 millones, según los datos del Banco de España.

Principales bancos

De esta cifra, son los grandes bancos los que más deuda pública tienen: Banco Santander (48.500 millones), BBVA (casi 44.000 millones), Bankia (casi 24.000) y CaixaBank (19.000 millones).

Además, en los últimos tres meses el Banco Central Europeo (BCE) no ha comprado deuda pública española. Y los inversores internacionales se han retirado desde el primer trimestre del año. La pasada semana habían sido los bancos nacionalizados los que en los últimos días habían salvado los muebles, pero ahora, ni eso.

 Por encima de Irlanda

La paradoja fue que ayer el bono español a diez años cerró a 7,18%, un interés históricamente alto y que colocó la prima de riesgo en 574 puntos. El comprador de deuda pedía más rentabilidad a España, que no ha sido rescatada como país, que a Irlanda, cuyos bonos ofrecían una rentabilidad del 7% pero que sí ha sufrido un rescate soberano.

¿Cuánto puede aguantar España en esta situación sin ser rescatada por la UE? Nadie lo sabe. La situación actual es inédita. Supuestamente, a unos precios de deuda del país del 7%, Irlanda fue rescatada. Pero, ahora, el manual ya no sirve. Estamos en la zona desconocida.

El primer día después de las elecciones griegas no ha reflejado ni el resultado de los comicios helenos, claramente europeísta. Tampoco las garantías que daba el rescate bancario español se han notado en el mundo real: las mesas de tesorería de deuda pública. La ausencia de operaciones fue la constante en un mercado que ha sido definido como “esencialmente ilíquido”.