Montoro rechaza la emisión de los 'hispabonos' que defiende Guindos

Cristóbal Montoro arrojó ayer un jarro de agua fría a los gobiernos autonómicos y a su propio colega de gabinete Luis de Guindos. Uno más. El ministro de Hacienda puso en cuestión la puesta en marcha de los llamados hispabonos, la fórmula en la que trabaja Economía y que anhelan las autonomías para armonizar las emisiones que realizan las diferentes administraciones públicas. Todo con el fin de evitar el sobrecoste que afrontan las emisiones de deuda regionales. Montoro no sólo se mostró contrario a esta herramienta, sino que dejó claro que “no se puede compartir el riesgo de una comunidad autónoma en el conjunto de España”

El político añadió que el Ejecutivo buscará vías para apoyar a las autonomías, pero siempre contando con que éstas asuman sus obligaciones. En este sentido y durante unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y PwC, advirtió que no se pueden “diluir” las responsabilidades que tienen las comunidades y los ayuntamientos con sus procesos de endeudamiento. Tras el rejón, la de arena. El titular de Hacienda pidió a las comunidades que hoy acudan al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) sin “recelos” ni “rechazos” y que se comprometan a hacerse una radiografía de su situación financiera.

El rechazo frontal de Montoro a los hispabonos contrasta con los esfuerzos que el Ministerio de Economía realiza desde el pasado mes de marzo para ponerlos en marcha. Es más, el propio Luis de Guindos anunció para este año la creación de un ente que empezaría a emitir deuda para el conjunto de las comunidades autónomas. Incluso a principios de febrero, el ministro cifró en unos 1.000 millones de euros el sobrecoste que pagan las autonomías cada vez que emiten deuda con un interés mayor que el que paga el Estado en sus subastas a través del Tesoro.

Según publicaba el diario El Mundo a finales de marzo, el Tesoro Público habría sondeado al mercado para poner en marcha una fórmula legal que permita a las comunidades autónomas captar entre 25.000 y 30.000 millones de euros anuales en los próximos dos años para hacer frente a sus necesidades de financiación. Según los datos facilitados por el rotativo, las autonomías afrontan en vencimientos 9.400 millones de euros, de los que más de la mitad corresponden a Cataluña, precisamente una de las autonomías que más ha presionado para que salga adelante la iniciativa.

Las comunidades opinan: sí, pero…

Los datos del Banco de España revelan que Cataluña es la comunidad que acumula más deuda, tanto en términos absolutos (41.778 millones de euros) como en proporción a su PIB (20,7%); de hecho, concentra ya el 30% de la deuda pública de todas las autonomías. Le sigue la Comunidad Valenciana, la segunda autonomía con mayor deuda, 19,9% del PIB, y Castilla-La Mancha, con el 18%. Un escenario que avala el apoyo general de las comunidades a cualquier mecanismo de ayuda que alivie las necesidades de obtención de fondos “en un entorno de restricción crediticia como el actual”, aseguraban recientemente a Efe fuentes autonómicas extremeñas.

Claro que hay autonomías que tienen prevenciones. Por ejemplo, el Gobierno de Aragón apuntaba que puede ser una buena herramienta, "pero no necesariamente para todas las comunidades". En esta línea, Canarias se alineaba con la reflexión de Montoro y pedía que "no se trate a todas las comunidades autónomas por igual” a la hora de establecer las condiciones de estos hispabonos. "El Estado debe distinguir entre aquellas, como la canaria, que responsablemente han contenido su déficit y su deuda pública y que, además, mantienen un rating idéntico al del Gobierno de España, a diferencia de otras autonomías", aseguraban fuentes del Ejecutivo de Paulino Rivero.

Madrid también escenifica el visto bueno, pero sin desechar la vía Montoro. "Todo instrumento que pueda mejorar la liquidez de financiación de las administraciones públicas y a mejores precios siempre puede ser positiva", se arranca. Pero, dicho esto, recuerdan que su gobierno "tiene acceso a los mercados, tanto en volumen de demanda por parte de los mismos como a los mejores precios que consigue una autonomía, gracias a su solvencia". El nuevo desencuentro Montoro-Guindos se une a la falta de encaje escenificada entre ambos desde que el PP accedió al poder. De hecho, ya en los primeros días se sucedieron las correcciones, tanto en la cuantía de los primeros recortes como en el control ex ante de los presupuestos de las comunidades autónomas.