Es noticia
Rajoy salva las presiones internas para llevar a Bankia "al borde del precipicio"
  1. Economía
LA FUSION CON LA CAIXA SE DESVANECE

Rajoy salva las presiones internas para llevar a Bankia "al borde del precipicio"

El fuego amigo ha estado a punto de llevarse por delante a Rodrigo Rato. La reforma del sistema financiero anunciada el viernes pasado por el ministro

Foto: Rajoy salva las presiones internas para llevar a Bankia "al borde del precipicio"
Rajoy salva las presiones internas para llevar a Bankia "al borde del precipicio"

El fuego amigo ha estado a punto de llevarse por delante a Rodrigo Rato. La reforma del sistema financiero anunciada el viernes pasado por el ministro de Economía, Luis De Guindos, ha marcado las líneas de juego en las que tiene que definirse el nuevo mapa de bancos y cajas. Sin tener que dar nombres, todos los protagonistas han entendido el mensaje de que Bankia podrá jugar un rol independiente, sin necesidad de entregarse a los brazos salvadores de La Caixa o trocear su balance entre los más grandes. Más aún, la resultante de la fusión entre Caja Madrid y Bancaja podrá integrar alguna nueva entidad y gracias a ello acceder a nuevo dinero del Frob para asumir la depuración de su 'ladrillo'.

Un par de semanas antes de que la criatura legislativa de Luis De Guindos estuviera cerrada, la figura de La Caixa como entidad salvadora de Bankia comenzó a tomar forma. Desde Barcelona, como en otras ocasiones, asumían el esfuerzo como gesto de compromiso con el nuevo Gobierno, siempre que el sacrificio de salvar a la entidad presidida por Rodrigo Rato estuviera acompañado por el pertinente colchón gubernamental, entiéndase, un esquema de protección de activos (EPA) que cubriera el potencial agujero que fuera necesario aflorar del balance. De un plumazo, la todopoderosa caja catalana absorbería a la tercer grupo financiero del país y convertiría a Isidre Fainé en primer banquero del Reino.

Como reconocen con asombro desde los aledaños del consejo de ministros, durante las últimas semanas hubo quienes desde dentro del propio PP y sus alrededores quisieron llevar a Bankia "al borde del precipicio". La aparición en escena de La Caixa como salvavidas de Rodrigo Rato, en teoría "uno de los nuestros", a pesar de que no despierte ya adhesiones inquebrantables entre las nuevas generaciones del poder, puso en alerta a la guardia de corps de Mariano Rajoy. Una cosa es dejar caer a los más débiles y otra entregar la única gran caja afín al partido en manos del poder catalán, que un día ejerce de socio en Madrid y al siguiente de fiero opositor nacionalista sin solución de continuidad.

Este bache en el camino del diseño de la reforma financiera ha vuelto a despertar suspicacias sobre la figura del propio Luis de Guindos, un outsider del partido, profesional de altas retribuciones durante los años de travesía por el desierto de la oposición, al que los verdaderos ejecutivos del Gobierno no consideran miembro de pleno derecho del núcleo duro de La Moncloa. Si la talla de Bankia y su famosa condición de sistémica obligaba a unas costuras especiales en el nuevo traje legislativo no había que andarse con paños calientes. Además, como han recordado desde el equipo de Rato con mosqueo, otros como el Banco Sabadell han conseguido ayudas más onerosas con la excusa de quedarse con la CAM.

A partir de ahora y hasta que acabe el mes de mayo, Bankia tendrá tiempo para jugar sus bazas. Primero, deberá agotar todos los recursos a su alcance para capitalizarse, como ya recordó el mismo jueves la propia entidad, que apeló a su capacidad de maniobra vía deuda subordinada, conversión de preferentes y provisiones genéricas. Y segundo, participando como aglutinador en las fusiones que se avecinan, sobre todo después de que el Banco de España modificara la norma que impedía a las entidades ayudadas por el primer Frob, en su caso con un préstamo de más de 4.000 millones, participar en planes de expansión. Eliminada la traba, la solución pasa por crecer aún más.

Aunque algunas informaciones apuntan a la catalana Unimm, caza menor que se disputan Banco Popular e Ibercaja, como la excusa perfecta para que Bankia apuntale su proceso de reestructuración en la nueva prórroga de dos años concedida por Luis De Guindos, puede que la ficha que Rodrigo Rato tenga que integrar sea NovaGalicia, la entidad gallega impulsada por collons al dictado del presidente de la Xunta, el popular Alberto Núñez Feijoó. Una vez dispuestas las herramientas para que las piezas del mecano vayan encajando, la rebaja de los sueldos es pura anécdota, aunque oportuna, dentro del gran proceso de concentración que acaba de ponerse en marcha. Y ahí, Bankia bailará sin La Caixa.

El fuego amigo ha estado a punto de llevarse por delante a Rodrigo Rato. La reforma del sistema financiero anunciada el viernes pasado por el ministro de Economía, Luis De Guindos, ha marcado las líneas de juego en las que tiene que definirse el nuevo mapa de bancos y cajas. Sin tener que dar nombres, todos los protagonistas han entendido el mensaje de que Bankia podrá jugar un rol independiente, sin necesidad de entregarse a los brazos salvadores de La Caixa o trocear su balance entre los más grandes. Más aún, la resultante de la fusión entre Caja Madrid y Bancaja podrá integrar alguna nueva entidad y gracias a ello acceder a nuevo dinero del Frob para asumir la depuración de su 'ladrillo'.

Mariano Rajoy