Tarjetas de crédito: ‘plástico’ con letra pequeña que puede salir caro

Lo dicen los datos: el español medio, a la vista de la incertidumbre del actual escenario económico, tira menos de tarjetas de crédito para realizar sus compras. Según un informe de la Asociación de Bancos, Asbanc, actualmente en España hay en circulación casi 7 millones de tarjetas de crédito, una cifra que no ha dejado de crecer en los últimos dos años por el gran esfuerzo que hacen los bancos para intentar extender sus productos. Sin embargo, en ocasiones el ‘dinero de plástico’ acarrea consigo letra pequeña y el cliente acaba pagando comisiones y gastos adicionales por los servicios.

“Si antes un español tenía una media de entre cuatro o seis tarjetas ahora tiene dos o tres”, afirma el gerente general Asbanc, Enrique Arroyo. Los bancos suelen anunciar a bombo y platillo que ofrecen tarjetas de débito y crédito a coste cero, sin comisiones por emisión o renovación. Pero los grandes eslóganes suelen quedar en papel mojado. El cliente se puede encontrar con un producto que, generalmente tras un primer año de gracia, llega a tener costes de entre 10 y 80 euros anuales.

Conseguir tarjetas a coste cero en los grandes bancos puede resultar una tarea complicada. Los clientes de Santander pueden contar con una tarjeta de débito gratuita si forman parte del plan ‘Queremos ser tu banco’. Esto implica tener domiciliada la nómina o pensión, así como contratar una hipoteca o un plan de pensiones, tener un saldo medio mensual de 12.000 euros o más o mil acciones de Santander. Los clientes no adscritos a este plan deberán abonar 15 euros anuales por su tarjeta de débito. En el caso de la modalidad de crédito, la Master Card Box Gold tiene un coste de 35 euros al año.

En el caso de BBVA las condiciones deben negociarse en la propia entidad, dependiendo de las características de cada cliente y de los productos que tenga contratados. En caso de domiciliar la nómina, las tarjetas de débito contarán con coste cero (entre 10 y 25 euros en caso de no adquirir este compromiso). En el caso de las tarjetas de crédito, su coste oscila entre los 25 y 45 euros anuales dependiendo de la modalidad contratada.

En CaixaBank las tarjetas de débito y crédito son gratuitas hasta los 26 años y a partir de los 65 años, para aquellas personas que tengan domiciliada su pensión. La alternativa para aquellos que por edad no cumplan estas condiciones es abrir una CuentaCero y domiciliar la pensión para obtener una tarjeta de débito gratuita. Esta cuenta obliga a realizar por Internet o en los cajeros las operaciones habituales, tales como ingresos o transferencias. En caso de no operar con dicha cuenta la cuota de la tarjeta de débito Visa Electrón está entre los 23 y los 26 euros al año y la de crédito Visa Classic entre 43 y 52 euros.

Entre las entidades que ofrecen sus tarjetas a coste cero destaca ING Direct. La entidad holandesa ofrece sus tarjetas de débito y crédito de forma gratuita año tras año y sin contar con comisiones de emisión, renovación o tarjetas adicionales. Este producto ofrece un descuento en gasolineras BP y Galp y permite comprar a plazos con un interés del 14% TAE.

Banesto cuenta con una amplia gama de este tipo de productos. Entre los más habituales destaca la tarjeta 123, que devuelve un 3% de las compras realizadas en gasolineras, un 2% en grandes almacenes y un 1% en supermercados. Si el cliente domicilia la nómina el coste es cero (25 si no es así), si bien la tasa de renovación asciende a 43 euros.

En el resto de entidades, Bankinter ofrece su tarjeta básica de débito a un coste de 20 euros anuales y la de crédito a 30 euros. Citibank ofrece sus tarjetas de débito Blue y Gold a coste cero y Banco Popular cuenta con la Visa Hop que devuelve un 3% de las principales compras (5% hasta el 20 de marzo) y es gratuita si se realiza un consumo mínimo de 300 euros al año.