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El Gobierno flexibiliza a la banca sus provisiones para que no deje de pagar impuestos
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PERMITE QUE LAS DOTEN EN DOS AÑOS CONTRA BENEFICIOS

El Gobierno flexibiliza a la banca sus provisiones para que no deje de pagar impuestos

El Gobierno ha dado marcha atrás en otro elemento de la reforma financiera: el plazo en el que podrá dotarse la 'megaprovisión' para rebajar el valor

Foto: El Gobierno flexibiliza a la banca sus provisiones para que no deje de pagar impuestos
El Gobierno flexibiliza a la banca sus provisiones para que no deje de pagar impuestos

El Gobierno ha dado marcha atrás en otro elemento de la reforma financiera: el plazo en el que podrá dotarse la 'megaprovisión' para rebajar el valor de los ladrillos que las entidades tienen en balance. Hasta ahora, pretendía que fuera de sólo un año y que sólo se ampliase a dos en caso de fusión. Pero ahora permitirá que todo el mundo se apunte a los dos ejercicios siempre que dote esta provisión contra resultados.

El motivo del nuevo cambio de los planes gubernamentales es el impacto que tendrían en las cuentas públicas. Más allá de quién paga la fiesta -no será el Estado y el objetivo es que sea el fondo de rescate europeo, como adelantó El Confidencial-, si se deja a la banca sin beneficios este año no pagará Impuesto de Sociedades... y la recaudación de este tributo se desplomará, lo que hará inviable definitivamente el cumplimiento del objetivo de déficit público del 4,4%.

Distribuir este impacto en dos ejercicios es, por tanto, más razonable a juicio del Ministerio de Luis de Guindos. Como es sabido, la prioridad absoluta del Ejecutivo es cumplir el compromiso de 2012 como sea, y una vez conseguido, se planteará cómo rebajar el desfase de las arcas públicas hasta el 3% del PIB en 2013.

A cambio, la exigencia es que estas provisiones se doten contra resultados. Porque el Gobierno ha abierto la puerta a que también se pueda hacer contra fondos propios, pero en ese caso tendrá que ser en un solo año. Esto tiene lógica, porque ambas medidas persiguen el mismo fin: flexibilizar la aplicación de la nueva exigencia para evitar que toda la banca que opera sólo en España entre en pérdidas, con la negativa imagen que eso daría en el exterior.

Los objetivos del Gobierno frente a los del sector

Es decir, los bancos y cajas tendrán que elegir entre provisionar en dos años o provisionar contra capital, pero no las dos cosas a la vez. "El Gobierno quiere que los bancos provisionen cuanto antes y contra resultados, para que se evidencie cuanto antes qué entidades son viables y cuáles no, y para que bajen ya el precio de los inmuebles", explica una fuente cercana al ejecutivo. "El problema es que los números son distintos para cada una de las entidades, de ahí que esté haciendo tantas simulaciones para ver el impacto", añade.

"Frente a ese deseo, el Ejecutivo tiene que ponderar si quiere que todo el sector entre en pérdidas con la nefasta imagen que eso daría en Europa, que nos compararía inmediatamente con Irlanda", advierte un observador del sector. "Eso es lo que están aprovechando las cajas para pedir una relajación de las exigencias del Gobierno e incluso recuperar la idea del 'banco malo', mucho más beneficiosa para ellas -sobre todo para Bankia- aunque más perjudicial para el contribuyente".

Por tanto, la extensión a dos años del plazo para provisionar es una victoria de las cajas, al igual que la posibilidad de hacerlo contra capital en vez de contra beneficios (en realidad es un artificio contable, porque el capital consumido debe reponerse con beneficios futuros). 

Saltarnos las normas de capital

Ahora bien, esto no está exento de obstáculos: las normas contables de capital prohiben dotar provisiones contra capital. En España, tenemos una excepción en los casos de fusión cuando se crea una entidad nueva, cuando se permite "aflorar el valor de los activos para la fusión" y provisionar la diferencia con su valor en libros. Algo que han hecho todos los SIPs de cajas. Pero no permite hacer lo mismo en casos de fusión por absorción, ya que en teoría la única que puede apuntarse esas minusvalías es la absorbida.

En consecuencia, permitir que ahora la 'megaprovisión' del Gobierno se dote en parte contra fondos propios exige hacer una nueva excepción a las normas internacionales, algo que puede provocar la reacción del Comité de Basilea precisamente cuando sus esfuerzos por endurecer las normas de capital están cuestionados por los propios Gobiernos de Alemania y Francia.

El Gobierno ha dado marcha atrás en otro elemento de la reforma financiera: el plazo en el que podrá dotarse la 'megaprovisión' para rebajar el valor de los ladrillos que las entidades tienen en balance. Hasta ahora, pretendía que fuera de sólo un año y que sólo se ampliase a dos en caso de fusión. Pero ahora permitirá que todo el mundo se apunte a los dos ejercicios siempre que dote esta provisión contra resultados.