Las ventas en los centros comerciales caen hasta un 30% en lo que va de año

“Hay centros comerciales como Plaza Norte, en Madrid, en el que han llegado a estar cerrados un 25% de los locales. En general, la caída de las ventas durante estos primeros meses del año puede estar entre un 20 y un 30%”, aseguran a El Confidencial fuentes del sector inmobiliario. Aunque no es fácil de cuantificar, la propiedad -que por lo general cobra un fijo por el alquiler de cada local y un porcentaje por las ventas- ha visto cómo sus ingresos se desploman por la caída del consumo, lo que ha disparado las alarmas además de paralizar más de un proyecto.

“Los propietarios han tomado medidas y están ayudando a sus inquilinos con bonificaciones de, por ejemplo, un 20% mensual de lo que pagan al mes. Claro que muchos no pueden ni así”, explica Borja Reig, analista de Jones Lang LaSalle.

Una debacle que se produce después de un año récord. En 2008 se inauguraron 1.195.000 metros cuadrados de superficie bruta alquilable entre nuevos centros -se abrieron más de 30- y ampliaciones de los ya existentes. La superficie total casi duplica la construida en 2007, año en que se quedó en 664.325 metros. Además, la tipología de grandes centros se impone. Sólo Islazul, en Madrid, supuso 90.700 metros cuadrados.

¿Una caída del 30% en las ventas? “Demasiado poco me parece -apunta Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio-. La crisis ha hecho que se apueste por una compra repetitiva, cotidiana, para controlar más el gasto. La estimación me parece prudente en tanto el descenso medio del consumo a nivel nacional se sitúa entre un 12% y un 15%. Por ejemplo, el descenso de las ventas en mobiliario y equipamiento del hogar está entre el 50% y el 70%; en electrodomésticos  cae entre un 25% y un 30%; en textil entre un 15% y un 25%, y en alimentación un 5% o un 6%”.

Fraile apunta directamente al exceso de aperturas y la regulación existente en determinadas comunidades autónomas. “Cataluña, País Vasco y Navarra, sin ir más lejos, son las autonomías que están aguantando mejor, porque hay menos centros operando. Los poceros de los centros comerciales se habían hecho fuertes en Madrid o Valencia. Ahora vemos cómo se renegocian las rentas y cómo proyectos como el de Las Arenas, en Barcelona, o varios en torno a Port Aventura se han paralizado. Sobre todo en casos de grandes firmas, con 15 o 20 tiendas, parece lógico que abandonen locales y frenen su expansión en centros”, añade.

A la espera de Navidad

La reflexión de Fraile no es del todo compartida desde la Asociación Española de Centros Comerciales (AECC). Según un portavoz de la asociación, “siempre tiende a exagerarse la cifra de caída de las ventas”. No obstante, sí se admite que hay algún caso, como el citado de Plaza Norte, en las proximidades de La Moraleja, en que puede no haberse acertado con el target. “Es un centro muy grande enclavado y pensado para una zona de alto poder adquisitivo, que sin embargo tal vez prefiera entornos más exclusivos”. Aunque se dice no disponer de cifras de negocio en este arranque de año, sí se recuerda que “los centros comerciales han crecido en paralelo al auge del consumo en la clases medias en unos últimos diez años”.

En todo caso, desde la AECC prefieren mantener una cierta cautela: se asevera que los niveles de afluencia se están manteniendo y que todo dependerá de cómo se afronte la campaña navideña. “El año pasado la crisis era ya fuerte, pero en esas fechas se bajaron los precios y se vendió. Es cierto que reduciendo márgenes, pero se cerró bien el año. De la facturación del conjunto del comercio en todo el ejercicio, que llega a 250.000 millones de euros, 40.000 correspondería a centros comerciales. Puede que en 2009 nos quedemos en 38.000 millones, pero no creo que la caída de las ventas llegue al 20%”, se calcula.

La problemática ya la ponía de manifiesto CB Richard Ellis en su último informe sobre el mercado. “El riesgo de desocupación en los centros comerciales se incrementa a medida que la demanda se contrae y aumenta el número de operadores que deciden reducir espacio y ralentizar o cancelar sus planes de expansión”, se apuntaba, añadiendo que el mayor poder de negociación está ahora en los inquilinos. “Ello se refleja en mayores periodos de carencia, bonificaciones en renta o mayores aportaciones por parte de los propietarios de centros a los obras privativas de los inquilinos”, explicaba el documento.