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El Nadal más serio y práctico comienza a lo grande su andadura en Montecarlo
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VICTORIA CONTUNDENTE SOBRE POUILLE (6-2 Y 6-1)

El Nadal más serio y práctico comienza a lo grande su andadura en Montecarlo

El tenista español, sin ser demasiado brillante, mostró una de sus versiones más prácticas para conseguir una cómoda victoria en su debut sobre la arcilla del Masters de Montecarlo

Foto: Nadal venció con solvencia a Pouille en su estreno en Montecarlo.
Nadal venció con solvencia a Pouille en su estreno en Montecarlo.

Rafa Nadal comenzó con buen pie su andadura en la temporada de tierra batida. El tenista español llegaba a Montecarlo con la necesidad de remontar el vuelo de un año que no está siendo demasiado bueno para él, en especial después de su tropiezo en Miami. La tierra batida se antojaba como la tabla de salvación para el balear, una superficie en la que se encuentra realmente cómodo y donde podía empezar a recuperar algunas de las sensaciones perdidas. Y así fue en su debut, donde no dio ninguna opción a un Lucas Pouille que no fue rival para el quinto jugador del mundo (6-2 y 6-1).

"Lo más importante para mí es sentirme bien en la pista de nuevo, tener confianza, y siento que estoy mejorando. Si soy capaz de ganar confianza, y encontrar mi tenis aquí en tierra batida, entonces todo será menos difícil", aseguraba el español antes del partido. Y lo cierto es que, en cierta manera, así lo consiguió ante el tenista francés, ante el que recuperó algunas de las sensaciones que lo han llevado a lo más alto. Nadal, así, dio su primer paso en busca de conseguir su noveno título en Montecarlo, a pesar de asegurar que no se siente el favorito para la victoria.

Sea como fuere, Nadal tenía claro que había llegado el momento de hacer las cosas bien, empezando por lo más fácil para ir cogiendo moral. Asi, durante las primeras bolas del partido, el español se centró más en no cometer errores que en buscar las líneas. No era tan importante ajustar y sacarse golpes impresionantes de la manga como asegurar bolas e ir cogiendo confianza punto a punto. Así, en los primeros compases de partido se vio a un Nadal con la necesidad de no arriesgar, tratando de asentarse en la pista y viendo hasta dónde podría aguantar Pouille su ritmo.

Y no sería hasta el sexto juego del partido cuando Nadal conseguiría su primer 'break', confirmado por su servicio, y definitivo tras lograr una nueva rotura para llevarse la primera manga por 6 a 2. Pero lo cierto es que buena parte de los puntos del español llegaron por errores no forzados de su rival más que de golpes ganadores de Nadal. Con sólo un 61 por ciento de acierto con primeros saques, cada vez que consiguió meter un primero Pouille se vio incapaz de hacer frente al español, que comenzaba a crecer con el paso de los minutos.

Tras una primera manga tranquila, sobre todo por la incapacidad de su rival para hacerle frente, el segundo set comenzaba con susto, pues Pouille se ponía a las primeras de cambio con 0 a 30. La tranquilidad del español y su cabeza para jugar con calma fueron suficientes para levantar el contratiempo y comenzar el segundo parcial de manera positiva. El balear sólo necesitaba tres juegos para conseguir un nuevo 'break' que le permitía poner el partido claramente a favor, confirmado un juego después tras conseguir frenar el ímpetu de un Pouille, que intentó devolverle la rotura sin éxito.

Mucho más suelto y más seguro, Nadal empezó a pegar más y mejor que en los primeros compases, consiguiendo algún punto realmente meritorio ante el francés, incapaz de encontrar la vía parta derrotar al español. Así, tal y como hiciera en el primer set, impuso su ritmo para desarbolar a Pouille y lograr cinco juegos seguidos para llevarse la primera victoria en Montecarlo (6-1). Sin ser un partido brillante, la seriedad y saber lo que se debía hacer en cada momento fue suficiente para que Nadal inicie a buen nivel su andadura en la arcilla monegasca, en la que ha sido campeón en ocho ocasiones.

Rafa Nadal comenzó con buen pie su andadura en la temporada de tierra batida. El tenista español llegaba a Montecarlo con la necesidad de remontar el vuelo de un año que no está siendo demasiado bueno para él, en especial después de su tropiezo en Miami. La tierra batida se antojaba como la tabla de salvación para el balear, una superficie en la que se encuentra realmente cómodo y donde podía empezar a recuperar algunas de las sensaciones perdidas. Y así fue en su debut, donde no dio ninguna opción a un Lucas Pouille que no fue rival para el quinto jugador del mundo (6-2 y 6-1).

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