El número uno Djokovic, una digestión difícil para Nadal… hasta septiembre

El tenis hizo justicia en Wimbledon… dependiendo del cristal con el que se mira. Roger Federer nadó para morir en la orilla, allí donde estaba su 18º Grand Slam y su octavo título sobre la hierba de Londres. Por el contrario, Djokovic levantó su segundo trofeo en la pista central del All England Club recuperando el liderato de la clasificación ATP, un puesto que perdió el pasado mes de octubre y que, desde aquel momento, ha estado en poder de Rafa Nadal. Djokovic ha servido su venganza fría, pero la digestión no va a resultar demasiado pesada: tras la gira americana, el de Manacor puede volver a convertirse en el mejor tenista del momento.

Djokovic tenía hambre porque desde hace año y medio sólo se alimentaba de la rabia que le producía no poder levantar el título en uno de los grandes. Hasta este domingo, la última vez que se le había visto en semejante escenario fue en Australia 2013. El sabor de la victoria se convirtió en algo extraño para un Djokovic que había mordido el polvo en las tres últimas finales de un Grand Slam; en dos, su verdugo fue Rafa Nadal. La herida se fue agrandando en cada final que pisaba pues de las últimas siete, Djokovic cayó en cinco. La rabia acumulada, las ganas de desquitarse o de demostrar que sigue siendo el Novak de siempre desembocaron este domingo en Londres. ‘Nole’ se sacó la espina que Murray le clavó en 2013 y, además, sirvió fría su venganza.

El pasado mes de octubre, Rafa Nadal disputaba las semifinales de Pekín ante Berdych cuando el checo se retiró. Esta acción no sólo le dio la victoria, también le aupó a lo más alto de la ATP. Poco importó que en la final de la cita china Djokovic pasara por encima del mallorquín, éste era el nuevo número uno. La eliminación de Nadal a manos de Kyrgios fue la mejor noticia que Novak ha podido recibir en Wimbledon. Por muchas nubes que hubiera sobre Londres, el cielo se abrió para el serbio: si ganaba, el liderato de la ATP sería suyo.

Lograrlo no se antojaba difícil pues tarde o temprano se produciría este intercambio de posiciones. La temporada entra en su etapa de pista rápida y sobre ella, Rafa Nadal debe defender 4.000 puntos por los 1.740 de Djokovic. ¿Dónde radica semejante diferencia? Durante el exitoso regreso del de Manacor a las pistas, levantó el título en el Masters 1.000 de Montreal y Cincinnati sin olvidar el US Open. Ganó todo y, en consecuencia, debe defender todo. Por ello, entre las previsiones de uno y otro entraba la posibilidad de que en esta guerra Nadal perdiese el trono en pleno estío.

Wimbledon ha sido una batalla más ya que a partir del 8 de septiembre, la situación puede experimentar un giro de 180 grados. Si desde ahora hasta dicha fecha, Nadal peleará por preservar los títulos que el año pasado colocó en su vitrina particular, una vez finalizado el US Open será Djokovic el que ostente semejante responsabilidad. El serbio tendrá que custodiar los triunfos que cosechó en el Masters 1.000 de Shanghái, en el de París, en la Copa de Maestros y el 500 de Pekín. China fue el escenario en el que el número uno cambió de dueño, una escena que puede repetirse un año después. Por muy fría que esté la venganza que Djokovic ha perpetrado en Londres, no es más que un entrante para un Rafa Nadal que está haciendo hueco para el postre que llegará a finales de año.