Rafa no puede con el 'nuevo Nadal' y cae en Wimbledon a la primera

Contra todo pronóstico, la historia se volvió a repetir en la pista central de Wimbledon. Un año después de haber caído ante Lukas Rosol en la segunda ronda de la cita inglesa, Rafa Nadal se despedía de Londres a las primeras de cambio. Su rival, Steve Darcis, firmó un partido perfecto y al mallorquín no le salió nada. Llegaba al All England Club “sin haber entrenado en hierba y, prácticamente, tras dos años sin jugar sobre esa superficie” y Rafa notó las consecuencias del ‘nuevo’ Nadal. Hace un año, en el mismo escenario, su rodilla dijo basta y después de siete meses alejando de las pistas, el de Manacor regresó a la acción con un plan diferente al que había llevado hasta ese momento: un calendario cuidadosamente escogido y periodos de descanso y recuperación para su rodilla que han tenido como consecuencia caer en Wimbledon ante un desconocido.

La elegancia de Wimbledon, la pulcritud del blanco sobre el cuidado césped de la cita londinense y la mística del All England Club se despidieron de Rafa Nadal prematuramente. Tras la derrota, el mallorquín no se escondió y fue claro: “Sólo quiero felicitar a Darcis, que jugó un partido fantástico. No quiero hablar de mi rodilla porque todo lo que pudiese decir sería una excusa”. Esta vez sus articulaciones no temblaron, como sucedió el año pasado. Su rodilla había llegado al límite, lo había traspasado y no podía seguir. Wimbledon volvió a quedarse con la boca abierta con el prematuro adiós de Nadal. Aquella eliminación marcó un antes y un después en la carrera del mallorquín.

Aquella tarde de verano, ante Lukas Rosol, Rafa se quitó la capa de ‘súperhéroe’ que muchos aficionados le han colocado para mostrarse más humano que nunca. Echó el freno de mano y el motor no volvió a arrancar hasta siete meses después. Esta prolongada ausencia sirvió para que Nadal se replantease el ritmo de su carrera teniendo en cuenta el estado de su maltrecha rodilla. El mallorquín eligió cuidadosamente las citas que forman parte de su calendario apostando fuerte por la tierra batida, su superficie fetiche, donde su rodilla sufre menos porque las frenadas no son tan secas como sobre la hierba. Su relación de torneos se hizo teniendo en cuenta los periodos de recuperación. Y precisamente el descanso al que le obliga su rodilla ha impedido que preparase como debía su participación en Wimbledon.

Entender la hierba

Rafa Nadal renunció al torneo de Halle para dar tiempo a su cuerpo y él mismo confesaba la semana pasada que tendría que “esforzarse al máximo en cada entrenamiento porque es la única manera de llegar a bien a la primera ronda”, mientras que asumía que debía empezar de cero sobre la hierba de Wimbledon: “Es una superficie que tienes que entenderla, aprender de nuevo a saber cómo jugar los puntos y enfocar de manera correcta determinadas situaciones”. Sin la preparación adecuada y sin el ritual previo que solía seguir, las piernas de Rafa Nadal no dibujaron los movimientos adecuados para hacer frente al agresivo saque de Steve Darcis: 13 aces por los 6 del mallorquín.

"La vida sigue"

Las consecuencias del nuevo ritmo que impera en la carrera de Rafa Nadal han impedido que firme un regreso perfecto, en el que ha ganado siete de los nueve torneos que ha disputado, incluyendo Roland Garros. La prematura eliminación le da tiempo de descanso con el que no contaba antes de volver a desenfundar su raqueta, un destino que, por el momento, se desconoce: “No tengo ninguna intención de no jugar el US Open. No puedo decir cuál va a ser mi calendario. Mentalmente me siento bien, con ilusión. El tiempo que tengo, estas dos semanas extra, lo he ganado para hacer otras cosas. En parte me puede ayudar para poder llegar mejor a lugares a los que no confiaba llegar bien. No es algo dramático, es deporte, un juego. La vida sigue”.