Los tres gramos que han convertido a Nadal en un tenista aún más temible

Rafa Nadal no ha podido comenzar de mejor manera la temporada. Tras alcanzar las semifinales del torneo de Doha -en las que cayó eliminado ante Gael Monfils-, el español ya puede presumir de haber alcanzado la final del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada. ¿Cuál es el gran secreto de la mejora de juego del número dos del mundo? Pues tres gramos de plomo son la respuesta a los interrogantes.

El manacorense ha decidido cambiar su raqueta para mejorar su juego y, además, tratar de minimizar sus lesiones. Para ello, Nadal anunció a principio de la temporada que iba a cambiar su raqueta, con el fin de modificar ciertos hábitos de su juego que, a la larga, terminaban castigando a su físico. Aunque anunciaba que le costaría adaptarse en sus primeros partidos, lo cierto es que parece más acostumbrado que nunca.

Los plazos que Nadal tenía previstos se han cumplido a la perfección: "Teóricamente tengo que entrenar con mi nueva raqueta unas tres semanas para llegar a sentirme cómodo con ella", aseguraba. Pues dicho y hecho, el español ha conseguido superar con creces lo esperado y ha logrado asumir con efectividad el "riesgo" que asumió al realizar un cambio tan importante a principio de campaña.

¿Pero en qué se basa realmente este cambio? Nadal ha incluido tres gramos de plomo en la cabeza de su raqueta, un hecho a priori sin importancia pero que resulta fundamental a largo plazo. Esa 'ligera' modificación le servirá a medio plazo para ser más agresivo en el golpeo, mejorar sustancialmente en el saque y, sobre todo, minimizar el riesgo de lesiones a la hora de atacar la bola.

Gran mejora en el saque y en el revés

Según ha podido saber El Confidencial, aunque Nadal ha perdido algo de velocidad angular a la hora de pegar a la bola, la potencia de golpeo se ha visto incrementada realizando menos fuerza. De igual manera, la mecánica del saque se ve mejorada, así como la fuerza que el hombro soporta a la hora de absorber el impacto del golpe rival, pues el mayor peso de la raqueta disminuye el efecto en el físico.

Este hecho ha 'obligado' a Nadal a cambiar algunas rutinas de su juego, que a la larga favorecerán la repercusión que la acumulación de partidos pueda tener en hipotéticas lesiones. El español se ha adaptado bien, y ya ha alcanzado la final de Australia, que disputará ante Novak Djokovic tras eliminar a Andy Murray en la otra semifinal del torneo.

De hecho, las seis finales que perdiera el español contra el serbio la pasada temporada han sido uno de los factores determinantes para que Nadal decidiera cambiar algunas cosas, y la principal modificación radica en su arma de trabajo, la raqueta. Tras su primer mes de competición, Nadal está contento y, en palabras suyas, "me ayuda a golpear más fuerte, sobre todo con el revés".

El español está a un solo partido de llevarse el primer Grand Slam de la temporada, aunque para ello deberá vencer a Djokovic. El español no lo tendrá sencillo, pero el gran juego que está mostrando en estos primeros comienzos de temporada es su mejor aliado para llevarse el torneo. Eso y su raqueta, que le ha hecho pegar más fuerte y estar más dentro de la pista con algo menos de esfuerzo.