David Cal promete un chapuzón olímpico si logra su quinta medalla

David Cal no siente la responsabilidad de intentar ser el máximo medallista de la historia de España. Y eso que este miércoles tiene la gran oportunidad de su vida en la final de C-1 1.000 metros a la que accedió ayer tras una cómoda semifinal. Eso dice al principio, aunque luego se confiesa entre risas: “No, responsabilidad no, aunque bueno, un poco sí pero eso es algo positivo. Es positivo porque tienes que enfocarlo desde el lado bueno. Por esa parte voy bien”, explicaba a El Confidencial. Este gallego compite en Canoa C-1 en distancia de 1.000 metros. Especialista en las largas distancias, el cambio de disciplina de 500 a 200 metros le impedirá intentar otro metal.

La responsabilidad no es lo único que lleva bien David Cal en Londres 2012. El de Cangas do Morrazo llega repleto de confianza a la cita olímpica, y tiene motivos para ello: “Hace semanas fue el campeonato de Europa y quedé quinto en mil metros. Aunque tenía mucho que mejorar hasta la competición de Londres, en el anterior ciclo olímpico en ese campeonato no entré en las finales y luego mira, creo que eso es una buena señal. Y por eso las sensaciones son buenas”.

Cal sabe que está en el punto de mira de todo el país, más después de la sequía de medallas en estos Juegos. El palista se ha preparado a fondo durante estos cuatros: cuatro años que se deciden en 1000 metros y algo menos de cuatro minutos (3:46 es el récord olímpico y mundial). Una prueba que espera terminar en el agua del ‘Eton Dorney’: “Si gano me apuesto tirarme de la canoa y bañarme allí mismo”. Un chapuzón en las frías aguas londinenses sería el mejor final para este gallego acostumbrado “al tiempo frío y algo deprimente” de Lugo similar al de la capital británica y que le ha ayudado a preparar el asalto a las preseas.

Cal fue a Sidney 2000 de suplente y aprovechó para hacer turismo, sin presión por competir. En Atenas 2004 tuvo que ponerse serio y ganar un oro y una plata. Acostumbrado a los éxitos, dedicó otros cuatro años de su vida en cuerpo y alma para conseguir dos platas más en Pekín 2008. En Londres su objetivo está claro: pasar a la historia como máximo medallista español. Con la medalla en el cuello quizás podrá tener un año tranquilo, como tuvo tras Pekín, para viajar en una autocaravana, una de sus ilusiones.