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España mantiene el pulso y sigue en el mismo lugar cuatro años después
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EL ATLETISMO HA QUEDADO SEÑALADO Y TODOS MIRAN A ODRIOZOLA Y SU GESTIÓN PATRIARCAL

España mantiene el pulso y sigue en el mismo lugar cuatro años después

España sigue en el mismo sitio. No se ha movido. Pese a las catastróficas predicciones tras la primera semana de competición, la delegación española ha repetido

Foto: España mantiene el pulso y sigue en el mismo lugar cuatro años después
España mantiene el pulso y sigue en el mismo lugar cuatro años después

España sigue en el mismo sitio. No se ha movido. Pese a las catastróficas predicciones tras la primera semana de competición, la delegación española ha repetido la actuación de Pekín, y tal cual dice el Gobierno, en boca del presidente del Consejo Superior de Deportes, “las predicciones apuntaban a menos medallas”.

 

El fallo, el estrepitoso fracaso de la selección de fútbol, la tardanza en arrancar a captar medallas y el más que mediocre arranque del atletismo, llevaron al desánimo y a ver todo negro. Las perspectivas no invitan a pensar en una mejora en Río de Janeiro en 2016. Al contrario, el recorte del 30% de la subvención pública y la desaparición de empresas que han retirado su apoyo al deporte, cuestiona el futuro y la preparación de muchos deportistas, aunque ayer quedara ratificada la continuidad del plan ADO.

 

Las tres federaciones que han sido las triunfadoras son taekwondo, piragüismo y vela. Esta última sigue acumulando oros pese al fallo de Iker y Xabi. Dos primeros puestos. Uno previsible, el de Marina Alabau. El otro, sorpresa hasta para ellas, las chicas de la clase Elliot. En taekwondo todos han pisado podio. Tres de tres. Sobresaliente, al igual que piragüismo, cuyo trabajo de la federación, ha colocado a España en la elite una vez más. Tres medallas y cinco finalistas. Mejor, imposible. Matrícula de honor.

 

El deporte que peor ha salido parado, sin duda, ha sido el atletismo. El inicio, con el episodio Mullera, y el final, con el enfrentamiento abierto entre algunos atletas (alguno de mal gusto, especialmente el de Bragado) y su presidente, José María Odriozola, obliga al Consejo Superior de Deportes a intervenir, o mediar que queda más suave a la hora de decirlo. La situación no puede continuar así y Odriozola debería poner su cargo a disposición de la Asamblea. No hay otra. De 49 atletas, tan solo cuatro se han metido en finales. Ruth Beitia tuvo la medalla en la mano, pero se le escurrió entre los dedos. Frank Casañas y los marchadores Miguel Ángel López y Beatriz Pascual han sido los otros que han quedado entre los ocho primeros. Triste balance.

 

Al nivel del atletismo se sitúa el judo. Otrora medallista impenitente, ahora se conforma con el cuarto puesto de Sugoi Uriarte. Son ya tres los Juegos sin subir al podio. El ciclismo ha fallado. La pista reparte menos metales, pero la ausencia de Llaneras parece marcar el futuro. No se atisba en el horizonte un relevo. Ni de lejos. La final de Isaac Botella es muy poco en el haber de la gimnasia. El equipo estuvo muy lejos de entrar entre los ocho mejores, pero es muy poco para otro de los deportes que marca el desarrollo de los Juegos.

 

La hierba de Wimblendon y la ausencia de Nadal no eran las mejores compañeras de viaje, y aún así Feliciano y Ferrer se quedaron a una bola de estar en la final. Hay problemas y el entendimiento entre los capitanes de los equipos (Corretja y Arancha) y la Federación no es el mejor. Hípica y tenis de mesa  no han pasado de la anécdota de los 50 años de Juanito. Pues eso. Tiro vino con ambición y se hablaban de medallas. Tres diplomas. Mejor estuvo la halterofília. Dos presencias y ambos regresan con puesto de finalista. Eso se llama realidad y coherencia. El voley playa cumplió con la presencia de ambas parejas en octavos.

 

Las dos medallas de Mieria Belmonte han tapado el fallo de la natación. Erika Villaécija con su octavo puesto en aguas abiertas y Melanie Costa con tres novenos puestos son las únicas notas positivas. El resto, ninguno pasó de las semifinales. Lo único coherente de su caso es que tan solo acudieron once nadadores, con los 46 del atletismo. De la sincro sólo se puede decir que sigue en la élite, que es una potencia mundial y que Ana Tarrés puede estar orgullosa del trabajo hecho.

 

El waterpolo femenino ha protagonizado la gran sorpresa, la alegría por su frescura y por su presencia en la final olímpica. Prometen más porque son jóvenes y tienen ganas. La selección masculina cumplió terminando en el sexto lugar. Es una selección que siempre está.

 

Gasol y compañía han vuelto a triunfar. Su presencia en la final ya justifica todo y hace olvidar historias extrañas que han deparado la competición. El equipo llegó tocado en lo físico, sin Ricky y casi sin Navarro. En la final dieron la cara y eso era lo que podía exigir a una generación de oro, que acumula premios, títulos y medallas.

 

El balonmano se lleva la medalla más emotiva, la de las chicas lograda ante Corea del Sur tras dos prórrogas y de manera agónica. Los de Valero Rivera se quedaron a un segundo de pelear las medallas, pero pese a ello estuvieron notables, a gran nivel. Algo parecido sucedió con el hockey hierba. Al segundo día de competición se encontraron sin sus dos mejores jugadores como son Freixa y Amat, pese a ello se quedaron a un paso de luchar por las medallas. Sextos.

“Gracias por venir a vernos y por estar a nuestro lado”, lo dijo José Miguel Pérez tras terminar una prueba como la del triatlón y hacerlo en el lugar vigésimo cuarto. Para Gómez Noya fueron los focos y la atención mediática de manera justificada con su plata, pero Josemi resume lo que son los Juegos, lo que es el espíritu olímpico, ese que le llevó a Benjamín González a terminar los 50 kilómetros marcha en el puesto 50, sin fuerzas para nada más que para pisar la línea de meta. Esta es la grandeza del deporte, pero el éxito o el fracaso lo miden, nos engañemos o no, las medallas y los puestos de finalistas, que en esta ocasión han sido 17 metales y 27 diplomas, por los 18 y 36 de Pekín.

España sigue en el mismo sitio. No se ha movido. Pese a las catastróficas predicciones tras la primera semana de competición, la delegación española ha repetido la actuación de Pekín, y tal cual dice el Gobierno, en boca del presidente del Consejo Superior de Deportes, “las predicciones apuntaban a menos medallas”.

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