El sufrimiento mereció la pena; España luchará por las medallas ante Hungría

Otra medalla en el horizonte. Las chicas del waterpolo cumplieron con los pronósticos, se deshicieron en el último duelo de cuartos de final al equipo anfitrión, Gran Bretaña, y a partir de este martes lucharán por un puesto de podio en este torneo olímpico de Londres. El equipo español, dirigido por el medallista Miki Oca, se enfrentará a Hungría, a la que ya vencieron en la fase de grupos (13-11) para encaramarse a la primera posición y disfrutar de un cruce algo más sencillo en cuartos, como así fue.

Sin embargo, el partido ante las británicas comenzó muy igualado y con un temor en el seno de las españolas, el arbitraje. Y en los primeros minutos, ese miedo de las jugadoras se hizo patente. Los cinco primeros ataques de las anfitrionas se saldaron con sendas exclusiones de las españolas, aunque afortunadamente sólo uno de ellos acabó en gol. A partir de aquí, España se sacudió la tensión propia de un duelo de cuartos y del gran ambiente que presentó el Centro Acuático de Londres y comenzó a dominar del partido. Aun así, la diferencia al final del primer cuarto era tan sólo de un tanto (3-2).

Las chicas de Miki Oca se dieron cuenta entonces de que había que meterle una marcha más al partido, y así lo hicieron. El segundo cuarto fue de absoluta superioridad española, tanto en defensa como en ataque. En los ochos minutos de este período, España no encajó ni un solo tanto y marcó 3. Ese parcial dejaba a las nuestras con una cómoda ventaja al descanso (6-2) y, lo que es más importante, con unas magníficas sensaciones de tranquilidad y control de la situación.

Reacción local y sufrimiento español

Sólo un arreón patriótico del equipo local, acompañado por los ánimos de la grada, hizo mantenerse en el partido a las británicas. Un 2-0 de salida en el tercer cuarto espoleaba al público, pensando en una posible remontada. Pero nada de eso. España no perdió el norte y supo administrar cada una de los pequeños contratiempos que se dieron a lo largo del encuentro. Con la experiencia de Miki Oca en la grada, expulsado en el partido anterior ante Hungria, el segundo de abordo, Claudio Camarena, pedía calma a las suyas. Pero no era necesario, las nuestras son jóvenes pero sobradamente preparadas, como decía el eslogan de aquel famoso anuncio.

A pesar de perder el tercer período (3-2), España mantenía ventajas de entre tres y cuatro goles, colchón más que tranquilizador. Entrábamos así en los últimos ocho minutos con la sensación de que las semifinales estaban muy cerca. En su primera participación olímpica, el equipo nacional femenino está cumpliendo con creces en una competición tan igualada como ésta.

Pero como todo partido a vida o muerte, como era este caso, el sufrimiento va intrínseco. De modo que Gran Bretaña se puso a un gol a falta de 2 minutos, para ponernos en corazón en un puño. La semifinal que tocábamos con las manos en el ecuador del último cuarto, se complicaba por momentos. Un gol de Maica García, al más puro estilo Iván Pérez (fue exactamente igual al que anularon al jugador cubano contra Croacia), selló el pase de las españolas a toda una semifinal olímpica. Se sufrió, pero mereció la pena. Ahora, a colgarse un metal.