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Todo el mundo reniega de los Juegos pero ahora es Francia la que quiere organizar los de 2024
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HOLLANDE QUIERE UN PROYECTO GANADOR Y VE UNA INMEJORABLE OCASIÓN DE NEGOCIO PARA EL PAÍS

Todo el mundo reniega de los Juegos pero ahora es Francia la que quiere organizar los de 2024

Los sesudos analistas económicos no cesan en buscar los puntos negativos de la organización de cualquier evento deportivo. Nunca encuentran un dato positivo que anime a

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Todo el mundo reniega de los Juegos pero ahora es Francia la que quiere organizar los de 2024

Los sesudos analistas económicos no cesan en buscar los puntos negativos de la organización de cualquier evento deportivo. Nunca encuentran un dato positivo que anime a emprender la aventura a una ciudad, en este caso Londres, o un país entero cuando es el caso de un Mundial de fútbol. Lo peor de todo es que el tiempo suele terminar dando la razón a aquellos que hablan de la inconveniencia de estas arriesgadas empresas. Dicen que Londres ha pasado de los 4.000 millones de euros a 18.000 en inversiones pero político que viene, político que se hace la foto y habla de proyecto olímpico para su ciudad o incluso como el presidente de la República francesa que ha aprovechado su visita a la capital inglesa para avisar de sus intenciones. “Quiero los Juegos de 2024 para Francia”, afirmó François Hollande tras presenciar el empate de la selección femenina de balonmano ante España.

El presidente galo ha comprobado lo que se puede ver en cuanto pisas Londres. Miles de visitantes, movimiento y mucho dinero fluyendo por todos los rincones de la ciudad. El Parque Olímpico se convierte en uno de los puntos de encuentro y por allí pasan cerca de medio millón de aficionados o simplemente curiosos que llenan cualquier rincón de la zona de influencia, algo parecido sucede con ExCel, la otra gran zona de la capital y en la que se concentran los deportes de contacto. Los números serán os que dicten sentencia al final de los Juegos pero en ese sentido la cita de Londres está cumpliendo las expectativas. En los tres primeros días de competición, han acudido 2.200.000 espectadores a los que hay que añadir el otro millón que han acudido al Parque Olímpico.

El problema llega cuando algunos sectores no entienden la coyuntura. Algo así sucede con los dueños de los hoteles que multiplica por tres y cuatro el precio de las habitaciones, lo que sirve de freno a muchos de los posibles turistas. Ahora intentan rectificar, bajando los precios de las reservas. Más vale tarde que nunca.

Francia y Estados Unidos ya piensan en 2024

Hollande quiere los de 2024 pero pretende una idea más global, intentar que no sean patrimonio exclusivo de París algo más complicado de lograr por el problema de transporte. Son miles de desplazamientos diarios y si en Londres con movimientos que no van más allá de las horas están suponiendo el principal problema, la gravedad se podría multiplicar si la distancia entre las sedes crece. Incluso, los organizadores de Río de Janeiro 2016, de visita en Londres, han prometido una solución revolucionara para el transporte. Si lo ponen en manos de Romario, el helicóptero sería el medio elegido sin duda alguna.

El problema llega cuando terminan los Juegos, los Paralímpicos y la utilización posterior de todos los espacios creados. Londres ha resucitado para el uso público una de las zonas más deprimidas de la capital como es Stratford, construyendo el centro comercial más grande de Europa y un pasillo con las tiendas de las marcas más caras. La incógnita es saber qué pasará a partir del 15 de septiembre, justo cuando el barrio vuelva a su ser y el Parque Olímpico no se más que un espacio abierto sin más, con césped, jardines y riachuelos.

Hollande lo contempla: “La inversión siempre se dispara. No quiero hacer una candidatura que pierda como ha sucedido en las dos últimas ocasiones. París y Francia tienen que presentar una candidatura ganadora. La decisión final deberá salir del deporte pero el apoyo político, lo tendrá. Quiero un proyecto ganador”, afirma el  presidente francés.

Parecidos vientos soplan por Estados Unidos: Obama ya apoyó a Chicago en la carrera que ganó Río de Janeiro y ahora la presencia de su esposa Michelle en Londres, ha conseguido que el sueño olímpico aparezca de nuevo por Norteamérica. Madrid va por delante en esa carrera y en trece meses sabrá si esa caja de pandora que son unos Juegos, aterriza por la capital de España o no. Como bien saben, si hay intervención financiera, adiós al proyecto. Obama, Hollande... ya sólo falta Merkel.

Los sesudos analistas económicos no cesan en buscar los puntos negativos de la organización de cualquier evento deportivo. Nunca encuentran un dato positivo que anime a emprender la aventura a una ciudad, en este caso Londres, o un país entero cuando es el caso de un Mundial de fútbol. Lo peor de todo es que el tiempo suele terminar dando la razón a aquellos que hablan de la inconveniencia de estas arriesgadas empresas. Dicen que Londres ha pasado de los 4.000 millones de euros a 18.000 en inversiones pero político que viene, político que se hace la foto y habla de proyecto olímpico para su ciudad o incluso como el presidente de la República francesa que ha aprovechado su visita a la capital inglesa para avisar de sus intenciones. “Quiero los Juegos de 2024 para Francia”, afirmó François Hollande tras presenciar el empate de la selección femenina de balonmano ante España.

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