Es noticia
Del apagón de la llama olímpica a la pérdida de las llaves de Wembley
  1. Deportes
  2. Juegos Olímpicos
LA ORGANIZACIÓN COMETE FALLOS DE PRINCIPIANTE

Del apagón de la llama olímpica a la pérdida de las llaves de Wembley

El innovar demasiado tiene, en ocasiones, sus consecuencias. Los Juegos Olímpicos se vienen celebrando desde siglos atrás y desde 1896 en la época moderna.

Foto: Del apagón de la llama olímpica a la pérdida de las llaves de Wembley
Del apagón de la llama olímpica a la pérdida de las llaves de Wembley

El innovar demasiado tiene, en ocasiones, sus consecuencias. Los Juegos Olímpicos se vienen celebrando desde siglos atrás y desde 1896 en la época moderna. Cada edición busca sorprender a todo el mundo con imágenes espectaculares, con detalles insospechados. Pues bien, en esta ocasión, el invento ha salido rana, tanto que la llama del ¿pebetero? olímpico ha tenido que ser apagada ante el traslado del fuego a un lugar visible desde el exterior del estadio olímpico. No es que los juegos tocaran a su fin, pero en la noche del domingo al lunes, el pebetero dejó de lucir, pasando el fuego a una antorcha durante el tiempo que duró el traslado, tal y como confirmó ayer el Comité Organizador.


La llama olímpica lucía en el centro del estadio desde el pasado viernes. Sólo los que trabajaban en el interior del mismo o los espectadores de la BBC tenían la fortuna de poder contemplar el símbolo por excelencia de los juegos. Los aficionados, el pueblo de Londres y los miles de turistas que se han acercado hasta la capital inglesa para sentirse olímpicos a su manera, exigían ver la llama, por lo que la organización accedió a su traslado a su nueva ubicación. Las críticas se han multiplicado, aunque curiosamente la Prensa británica, tan cáustica siempre, está siendo especialmente benévola con la organización. La decepción llegó cuando el fuego olímpico tuvo que dejar de dar brillo al pebetero. Rota la tradición.

No es el único descuido que está sufriendo la organización. Y es que la semana pasada, la policía perdió un juego de llaves del estadio de Wembley, que será sede de la final Olímpica de fútbol. Según han confesado, la seguridad no ha corrido riesgo alguno, pero dice muy poco de una organización que te hace pasar un control similar al de un aeropuerto cada vez que entras en uno de los recintos deportivos, si luego son ellos los que dejan las llaves de una de las joyas de los Juegos en manos de cualquiera. La solución fue llamar a un cerrajero y cambiar las cerraduras. Tal cual. El visor laser que perdió un militar todavía lo están buscando.

La organización ha prometido abrir investigación por lo sucedido, tal cual han hecho con la aparición de una extraña en el desfile inaugural. De origen hindú, la aficionada se colocó al lado de la abanderada y allí que desfiló junto a la bandera de su país. Sebastan Coe prometió esclarecer todos los hechos... abriendo una nueva investigación, que se unirá a la del cambio de bandera en la dos Coreas o la de desaparición de la de Taiwan en Regent Street.

El innovar demasiado tiene, en ocasiones, sus consecuencias. Los Juegos Olímpicos se vienen celebrando desde siglos atrás y desde 1896 en la época moderna. Cada edición busca sorprender a todo el mundo con imágenes espectaculares, con detalles insospechados. Pues bien, en esta ocasión, el invento ha salido rana, tanto que la llama del ¿pebetero? olímpico ha tenido que ser apagada ante el traslado del fuego a un lugar visible desde el exterior del estadio olímpico. No es que los juegos tocaran a su fin, pero en la noche del domingo al lunes, el pebetero dejó de lucir, pasando el fuego a una antorcha durante el tiempo que duró el traslado, tal y como confirmó ayer el Comité Organizador.