Phelps ya sabe que el talento también hay que entrenarlo

Michael Phelps ya sabe lo que es terminar una final olímpica lejos del podio. Mireia Belmonte, también. La diferencia entre uno y otro es que el norteamericano tiene en su mochila 14 medallas de oro y dos de bronce, mientras que la española se estrenaba y lo hizo en una prueba en la china Ye Shiwen de 16 años logró el primer récord del mundo de los Juegos de Londres dejando el listón de los 400 metros estilos en 4:28.43. La española solo pudo ser octava y última, empeorando el tiempo que hizo por la mañana y que le valió para entrar e la final como la quinta mejor marca. Phelps, sin embargo, avisó por la mañana al ser el último nadador en conseguir la plaza. 

El nadador norteamericano no es el de Pekín. Es algo que lo dicen sus marcas y el descuido que ha sufrido en los últimos meses. Su vida ya no gira alrededor de la natación y cuando el talento no se entrena y cuando uno ya no tiene 20 años, llegan otros más preparados y no perdonan ni el paso del tiempo, ni, sobre todo, el olvido de la dura rutina de un deportista de élite. Ayer Lochte demostró estar preparado para convertirse en la sensación de los Juegos o al menos en la alternativa pero lo que nadie esperaba es que el autor de seis de las diez mejores marcas de todos los tiempos en la distancia no pisara el cajón. El norteamericano con sus 4:05.18 se ha instalado en la segunda posición del ránking de todos los tiempos a tres décimas de Phelps. El brasileño Pereira fue segundo, seguido por el japonés de 17 años Hagino.

Belmonte se sentía segura, confiada por lo hecho por la mañana pero sólo en el parcial de mariposa transmitió posibilidad alguna de tocar metal. El giro lo hizo en tercera posición pero a partir de ese momento se desinfló con unos cien metros de espalda que la condenaron a luchar por algo que no pudo evitar, el último puesto en la final de los 400 estilos. Decepción en ella y en toda la embajada española que tenía puesta en Mireia todas las esperanzas de inaugurar la cuenta de medallas. Todavía tiene cinco oportunidades más. En Pekín, en su primera prueba terminó lejos de la final y ahora ha sido octava, finalista, pero con una marca lejos de sus mejores logros.

Lo mejor para Belmonte es que hoy tiene ocasión de demostrar que eso de ser octava en la final de los estilos no le pesa en la mente, esa de la que tantas veces se ha hablado de ella en las grandes citas, y conseguir la clasificación para otra final, en este caso los 400 metros líbres. Phelps tiene otras seis ocasiones para dejar en nada el fallo o para demostrar que su momento ya ha pasado.