Un rescate financiero a España pondría fin al sueño olímpico de Madrid 2020

La palabra rescate no figura en el diccionario en la candidatura olímpica de Madrid 2020. Alejandro Blanco, al frente de la misma, sabe que una intervención económica a España significaría el fin del sueño de una ciudad que bien podría ser hoy el centro de todo el mundo en caso de haber sido elegida como sede de los Juegos de 2012. La capital inglesa fue la ganadora en Singapur y en breves horas el pebetero del estadio lucirá la llama olímpica por la que pelea Madrid. Nuestra candidatura depende más que nunca de la gestión económica y política, la deportiva, la de trabajar el voto en el Comité Olímpico Internacional ya está en marcha y todo apunta a éxito, pero siempre y cuando la situación del país aguante y no tenga que ser intervenida. Si de aquí a septiembre de 2013 el rescate toma forma, Madrid tendrá que retirarse y esperar de nuevo.

A diferencias de otras ocasiones en las que se trabajó más el lobby político que el olímpico, que al fin y al cabo es el que termina decidiendo el voto y la elección definitiva de la sede, en esta ocasión y con Alejandro Blanco al frente, el primer objetivo de la candidatura ha sido la de ganarse el respaldo de los pesos pesados del COI, con Jacques Rogge a la cabeza. El presidente del Comité Olímpico se mostró firme en su decisión de no permitir unos juegos fuera del periodo Olímpico, descartando la opción de Doha en la reciente reunión de Quebec y en la que Madrid obtuvo la máxima nota entre todas las candidatas, que por cierto ayer presentó el proyecto a la prensa del mundo entero que se da cita en el parque olímpico de Londres.

El belga tiene claro que ha llegado el momento de ver a Madrid convertida en ciudad Olímpica. El discurso de Blanco y del gobierno español han convencido a Rogge y lo que es más importante han conseguido que la en otras ocasiones débil candidatura en cuanto al apoyo de la familia olímpica, pase a ser la más respetada y la favorita para muchos de los que toman la decisión final, es decir, los miembros del COI y que desde ayer cuentan con José Antonio Samaranch como un miembro más del ejecutivo.

Para que esta corriente de opinión esté calando entre la familia olímpica, los movimientos de Rogge están siendo definitivos, pero todos ellos están supeditados a que España no sea rescatada. Si se produce una intervención, el proyecto no tendría sentido alguno y será eliminado del mapa por los responsables y los que asumieran el papel de controladores de todo lo que sucede en el territorio español.

Rogge tiene en su mano elegir al que será su candidato. El belga no hará movimiento alguno públicamente, pero sí que ha dejado caer que el alemán Michael Vesper sería un buen sucesor, gesto que ha significó que el potente Comité Alemán retirara su apoyo a la candidatura de Doha, gran rival de cualquiera de las otras candidatas en caso de haberse quedado en la carrera olímpica. Y es que Madrid parece haber aprendido la lección al poner al frente de la candidatura a una persona con peso y presencia en la familia olímpica.