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Londres se ha gastado 18.000 millones de euros en los Juegos que hoy se inician
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EN EL INICIO SE HABLÓ DE UNAS INVERSIONES DE 4.000 MILLONES DE EUROS

Londres se ha gastado 18.000 millones de euros en los Juegos que hoy se inician

Guste o no el deporte, vivamos o no la mejor coyuntura social y económica posible, hoy todo el mundo mira hacia Londres. Esta tarde, la ciudad

Foto: Londres se ha gastado 18.000 millones de euros en los Juegos que hoy se inician
Londres se ha gastado 18.000 millones de euros en los Juegos que hoy se inician

Guste o no el deporte, vivamos o no la mejor coyuntura social y económica posible, hoy todo el mundo mira hacia Londres. Esta tarde, la ciudad inglesa es la capital del planeta. No hay discusión posible. Siete años atrás, Londres fue elegida como sede de los Juegos de 2012 y hoy ha llegado el día de que todo lo planificado se convierta en realidad. Por el camino, muchos proyectos a la basura y, sobre todo, millones de euros en inversión para dotar a Londres de la infraestructura necesaria para dar cobijo a 10.500 deportistas que pondrán en juego el trabajo de cuatro años, 6.500 periodistas para contar todo lo que sucede y millones de visitantes que intentarán disfrutar de una ciudad que durante estos días se ha vuelto un poco más complicada si cabe.

Desfilarán por el estadio Olímpico 5.000 deportistas de las 26 especialidades que se verán durante los Juegos y, entre ellos, unos 200 españoles que no pasarán inadvertidos. Para la ocasión, Bosco ha preparado una chaqueta roja, acompañada de un pantalón azul, que garantizan, como sucede ahora por la Villa Olímpica, que los españoles se dejan ver con facilidad.

En sus inicios, allá por el verano de 2005, la candidatura que dirige Sebastian Coe habló de 4.000 millones de euros de gastos en las inversiones previstas. La realidad dice que esa cifra está camino de multiplicarse por cuatro, aunque no se descarta que al final los números digan que los gastos se han elevado hasta los 18.000 millones de euros. La seguridad se está llevando gran parte del presupuesto. Obsesión es la palabra que mejor define lo que sienten los políticos ingleses ante un posible atentado. Unos 18.000 soldados se mezclan con policías y deportistas. Metralletas y ropa de entrenamiento son fáciles de encontrar por todo Londres.

La principal preocupación ha sido la de crear un espacio y un entorno que una vez que la llama se apague el próximo 12 de agosto, con la prolongación de los Juegos Paralímpicos, sirva para algo, que los recintos no se conviertan en espacios abandonados y que se convierten en reliquias sin sentido como ha sucedido con muchos de los estadios construidos para los últimos Juegos o la pasada Copa del Mundo de Sudáfrica.

El debate de los últimos meses ha girado, precisamente, respecto al futuro del estadio Olímpico. Sin inquilino para el momento en el que terminen los juegos, se habló del West Ham, pero a los dueños del equipo de la Premier les asusta meterse en un estadio con una capacidad para 85.000 espectadores, sin barrio alguno que le garantice la presencia de seguidores. La lógica señalaba que el nuevo Wembley, obra de Norman Foster, podía haber sido el escenario ideal, pero su distancia con el parque olímpico, sepultó el proyecto. Algunos hablan de la ‘necesidad’ de construir un nuevo estadio como principal motivo de la negativa.

Algunos de los recintos, como el de balonmano, austero al máximo, se convertirá en polideportivo de barrio con la torre Orbit de testigo o el de baloncesto, que ha sido pedido por la organización de los Juegos de Río para su traslado hasta Brasil, se desmontará y no quedará rastro de ello. Lo cierto es que el Parque Olímpico ocupaba una de las zonas más deprimidas de Londres, arrasado por la Segunda Guerra Mundial, y ahora ha pasado a ser ocupada por el lujo de un nuevo centro comercial en el que las grandes firmas, al menos por ahora, se pegan por ocupar los mejores locales.

Las dudas se aparcarán durante los próximos 18 días. Hoy Londres cierra a las tres de la tarde. Comercios, oficinas y el resto de actividades se paralizarán para echar un vistazo a lo que sucederá en el Estadio Olímpico. Danny Boyle (ha prohibido a la BBC que se hagan comentarios durante los diferentes números), director de la película Slummdog Millionaire, es el encargado de sorprender a todo el mundo y de convertir la ceremonia de apertura en algo que no se olvide en la vida. De los 80 millones de euros que costó la de Pekín, se ha pasado a los 33 de la de Londres. Paul McCartney (pondrán fin a la ceremonia cantando Hey Jude), Keneth Branagh, David Beckham, Daley Thompson o Bradley Wiggins serán algunos de los que aparezcan por el césped durante las tres horas de ceremonia.

Guste o no el deporte, vivamos o no la mejor coyuntura social y económica posible, hoy todo el mundo mira hacia Londres. Esta tarde, la ciudad inglesa es la capital del planeta. No hay discusión posible. Siete años atrás, Londres fue elegida como sede de los Juegos de 2012 y hoy ha llegado el día de que todo lo planificado se convierta en realidad. Por el camino, muchos proyectos a la basura y, sobre todo, millones de euros en inversión para dotar a Londres de la infraestructura necesaria para dar cobijo a 10.500 deportistas que pondrán en juego el trabajo de cuatro años, 6.500 periodistas para contar todo lo que sucede y millones de visitantes que intentarán disfrutar de una ciudad que durante estos días se ha vuelto un poco más complicada si cabe.

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