Florentino Pérez deja en manos de la Champions el presente y el futuro del Real Madrid

Nada va cambiar en el Real Madrid hasta la primera semana de marzo. Hasta que no se resuelva la eliminatoria ante el Manchester United no esperen cambio alguno. Si siete días atrás se escucharon tambores de guerra, ahora la consigna habla de calma hasta el choque con los ingleses. Según confirmaron ayer a El Confidencial fuentes del club blanco, ni cayendo ante el Valencia hay posibilidades de un cambio de rumbo. Mourinho seguirá, al menos, hasta el desenlace del doble choque ante el equipo de su amigo Ferguson. Un adiós precipitado en la Champions marcaría el futuro de la entidad, que no pasaría por el portugués en el banquillo una temporada más. Florentino Pérez tendría en su mano todos los argumentos para hacer un nuevo Real Madrid. La balanza estaría de su lado en ese momento. Situación que se invertiría por completo en caso de un triunfo en la Champions. Todo quedaría en manos del técnico.

Una semana más el Real Madrid vuelve a sumergirse en el bucle que le coloca en el punto de mira de todos. La trayectoria en la Liga le sitúa en el centro de las críticas cada siete días. Directiva, jugadores y, por supuesto, técnico, hablan de las ausencias y de los errores arbitrales para justificar lo visto en Pamplona pero la realidad va más allá. La afición se pregunta qué sucede en la entidad, qué respuesta hay a esta trayectoria negativa.

La cercanía de la eliminatoria ante el Manchester United, una vez que la tempestad parece amainar con la vuelta a la titularidad de Casillas y con la eliminación del Celta, deja sin respuesta a los directivos que preside Florentino Pérez, que ya lo fían todo a la Copa de Europa. No hay otra. El equipo de Ferguson marcará el devenir de los acontecimientos en el futuro inmediato en el Real Madrid. Un año en juego en dos partidos. Ni la Copa parece importar más allá que el calmar la respuesta de los seguidores madridistas.

Por suerte para el madridismo, lo cargado e intenso del calendario, proporciona una nueva oportunidad de salir de esas dudas que generan los 18 puntos que aventaja el Barcelona. La sensación que se transmite por lo comentado en la zona noble del Bernabéu es que el tiempo juega a favor del entrenador. Se acerca el Manchester United y todo gira alrededor de esa eliminatoria de octavos. Ni la llegada esta noche del Valencia parece alterar el pulso de una entidad que en ocasiones transmite la sensación de estar esperando acontecimientos sin más. Y es que el poder que ha acumulado José Mourinho limita la capacidad de movimientos de la entidad. 

Todo lo relacionado con el primer equipo corre de su cuenta, tal y como demostró el episodio Sergio Ramos de hace una semana. La expulsión del andaluz y el posterior mensaje al árbitro, no tuvo rectificación por parte del club hasta que el propio jugador se percató de lo que ponía en el acta. La realidad dice que nadie mueve un dedo alrededor de la primera plantilla sin que el técnico lo diga, de ahí que no hubiese reacción en la entidad ante lo que se venía encima, en una demostración más de que este Real Madrid no tiene sentido sin el portugués es en el banquillo.