Xavi pierde pase, gana en presencia

Algo está cambiando en el Barcelona. Una mutación lenta, pero segura que avanza inexorable al calor de los resultados. Tito Vilanova no lo oculta: “Ahora no aburrimos” confiesa el técnico cuando le hablan del vértigo con el que su equipo se entrega en los partidos. La pausada elaboración del juego que instauró Guardiola empieza a quedar en anécdota. Mejor dicho, en un recurso más para huesos duros como el Celtic la pasada semana en Champions.

Lo que empieza a parecer evidente en este camaleónico Barça es que la alta velocidad toma protagonismo promovida por locomotoras como Pedro y Messi y con Cesc Fábregas en la sala de mandos. El de Arenys, fiel a lo aprendido en Londres, le imprime un estilo ‘Premier’ a su juego y por extensión al Barça. Y por lo visto no le va nada mal. Vallecas fue un ejemplo claro de la apuesta por el fútbol directo e impetuoso que parece estar inoculando Vilanova al líder intratable de la Liga. “Los rivales nos conocen bien, tenemos que trabajar para cambiar esto”. El preparador azulgrana ha detectado el problema y en ello está. El laboratorio de ideas se encuentra a pleno rendimiento.

Las sensaciones, en cualquier caso, necesitan datos para convertirse en realidades. Y el partido ante el Rayo dejó uno revelador. Un síntoma de esos que explican que todo está cambiando en Can Barça para que en el fondo no cambie nada. Si en la era Guardiola el catalizador del juego era Xavi Hernández, en la actual el papel protagonista del ‘cerebro’ azulgrana parece estar pasando a uno secundario. Ese era el plan cuando se le recuperó del Arsenal. Poco a poco, sin traumas, pero el juego va cambiando de manos y Fábregas es el elegido. La demostración que certifica todo esto es que Xavi sólo armó 63 pases en el encuentro frente al Rayos, muy lejos de su media de 100 por partido que ha ido acumulando estos años. Y a años luz de los 183 pases –con un 97% de efectividad- que dio en el duelo de Champions ante el Celtic en el Camp Nou.  El dato, por lo tanto, no hace más que corroborar que el estilo del Barça está cambiando.

La evolución inteligente

La pregunta ahora es clara: en ese cambio, ¿qué papel desempeñará Xavi? También en este caso las pistas las da el partido de Vallecas, donde el internacional español tuvo un importante influencia en el juego pese a no sobar la pelota como acostumbra. Xavi, todo inteligencia, supo leer a la perfección lo que el equipo necesitaba de él y acudió con el mismo empeño a la presión –por el ejemplo en la jugada que propicio el gol de Villa- como en la cobertura, donde mezcló bien con Alex Song. Para redondear la noche acudió al área para hacer su gol 50 con la camiseta del Barcelona. La respuesta, por lo tanto, está clara: Xavi sigue siendo el socio de todos… aunque con menos contacto con la pelota.