De soñar con la final de Champions a volver a ser un 'estadio fantasma'

El Valencia ha visto cómo se ha vuelto a frustrar su sueño de construir el Nuevo Mestalla a corto plazo. Después de ver cómo hace unos meses alcanzaban un acuerdo con Bankia para poder terminar la contrucción de su feudo, este viernes se hizo público la rotura del acuerdo, lo que deja al club 'ché' en graves problemas. Ahora, el equipo que preside Manuel Llorente se ve abocado a buscar nuevas soluciones.

Sin duda, el golpe recibido ha sido muy duro. Las acuciantes deudas que sufre el Valencia habían encontrado una solución perfecta con la operación firmada con Bankia Habitat. La construcción del estadio 'ché' se llevaría a cabo a través de Newcoval, sociedad creada por la entidad financiera y por Aedifica, que además llevaría a cabo una serie de operaciones urbanísticas.

Pero los pactos que se refieren a estas segundas operaciones no se han cumplido, lo que ha provocado que Bankia haya decidido no entrar en la operación. Esta situación ha provocado una crisis en el Valencia, ya que se ve obligado a replantear la estrategia para condonar su deuda. Ahora, no queda otra opción más que buscar otro acuerdo, vender jugadores... y esperar al Nuevo Mestalla.

Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, aseguraba hace poco menos de un año que, al reanudación de las obras del estadio, "era una gran noticia". Incluso aseguró que el gran objetivo no era que "acoger la final de la Liga de Campeones" ya que, según Ángel María Villar le había comentado   "hace poco", Michel Platini "le debe una", siendo el Nuevo Mestalla el gran candidato escogido.

Escasos meses después de esta declaración de intenciones, el sueño se viene abajo y Mestalla vuelve a convertirse en un 'estadio fantasma'. Según confirmó este viernes Llorente, el Valencia ha cambiado su relación inmobiliaria con Bankia por una relación puramente financiera. Esto ha provocado que se pueda llegar a un acuerdo para acabar con la deuda, pero que el nuevo estadio no vea ni un sólo ladrillo más.

Ahora, tal y como confirmó el presidente valencianista, la única opción para reducir la deuda pasa por vender jugadores. Pero el problema radica en que no quedan jugadores del nivel de David Villa, David Silva o Juan Mata que saneen las arcas. Los Roberto Soldado, Adil Rami o Diego Alves son grandes activos, pero no al nivel de las grandes estrellas con las que otrora contó el equipo.

El Valencia está obligado a buscar una pronta solución para no verse envuelto en más problemas. De momento, sabe que debe centrarse en solucionar el problema de la deuda y que, el sueño de terminar su nuevo estadio, vuelve a quedar totalmente parado. Un campo que soñaba con ser cinco estrellas y que se ha quedado en un 'estadio fantasma'. Al menos, de momento.