El Barça de Vilanova sabe ganar sin Messi... y golear con Messi

Getafe puede haber marcado un antes y un después para Tito Vilanova. Su osadía de prescindir de Messi el día que Iniesta se había quedado en Barcelona le salió cara con la goleada ante el Getafe, mal rival cuando los azulgranas pasan por el Coliseum. Vilanova salió líder del envite en todos los sentidos. Era jugar a la ruleta rusa, pero la bala se quedó en el tambor y su autoridad como técnico del Barça salió más que reforzada. Para celebrarlo, Messi le brindó dos tantos cuando decidió darle unos minutos. Para entonces, el heredero de Guardiola ya había ganado.

Y es que no se entiende una alineación del Barcelona sin que empiece por Messi. Este equipo, desde que Guardiola puso los pies en el Camp Nou, lo forman el argentino y diez más. Nada que objetar cuando se trata del mejor jugador del mundo. La apuesta de Vilanova, en cualquier caso, era de esas que traen consecuencias y parece que muy buenas. Getafe puede haber sido el espaldarazo definitivo para sofocar las dudas.

El atrevimiento, en cualquier caso, de Tito Vilanova de sentar de inicio a Messi, hasta la fecha el único junto a Valdés que había jugado todos los minutos en todas las competiciones, fue un órdago a sus jugadores. A los que tenían la dura prueba de hacer olvidar que éste, se quiera o no, es el Barça de Messi. Las ausencias de Dani Alves, Iniesta, Alba y Alexis Sánchez redoblaban el reto. Demasiada ‘vedette’ en el camerino como para hincarle el diente a un hueso duro como es el Getafe en el Coliseum, marco incomparables de algunas grandes pifias azulgranas como aquellas semifinales de Copa con Rijkaard…  

La hora de Fábregas

La noche invitaba, de este modo, a buscar una estrella dispuesta a asumir galones.  Y la hubo. Al frente de todo estuvo Cesc Fábregas. Después de su tournée de prensa (se agradece escuchar a las estrellas tantas veces ‘secuestradas’) en la que reivindicó su lugar en el equipo, el centrocampista catalán tenía ante sí la gran oportunidad de demostrar, por si alguien aún lo duda, que su puesto ha de estar siempre entre los once primeros. Bien respaldado por Thiago y Xavi –máxima fiabilidad-, Fábregas trabajo con clase y esmero en la paciente labor de echar abajo la muralla dispuesta por Luis García. Y aunque difícil, al final encontró el camino en una acción individual tan brillante como que generosa. En un eslalon sensacional, Cesc rompió las apretadas líneas del Getafe para plantarse en el área y brindarle a Adriano su minuto de gloria para que pusiera la pelota en la red. El brasileño, todo fe, acompañó muy bien la jugada.

Tampoco anduvo mal en este primer período el reaparecido Thiago Alcántara, que estrelló en el larguero un zapatazo desde de la frontal aprovechando una gran jugada de arrastre de Fábregas. Hasta Xavi se animó a probar suerte desde lejos en vista de que el Getafe, bien plantado, no iba a dar un paso al frente a menos que fuera absolutamente imprescindible. La táctica no les fue nada mal ante el Real Madrid y el fútbol del Barça le iba como anillo al dedo para repetir la jugada. De hecho, estuvieron cerca de dar en la diana en una par de acciones de Colunga e incluso si el árbitro hubiese visto una mano de Puyol (jugó con máscara) dentro del área podrían haber soñado con alcanzar el descanso con un empate que nadie hubiera podido dar por injusto.

El segundo periodo, contra pronóstico, arrancó con los papeles cambiados. Más posesión para el Getafe y más contemplativo el Barcelona. No se sabe bien si por cansancio o desidia o simplemente por orden estricta de Vilanova, el Barça dio un paso atrás esperando una buena contra. El marcador jugaba a su favor así que no pareció descabellado, aunque iba contra natura. El caso es que el Getafe hizo buena la táctica porque con el balón en los pies fue intrascendente el equipo de Luis García, que pronto desistió y pasó de nuevo las tareas que mejor conoce: defender. Tampoco tuvo suerte, sobre todo porque el tiempo de Messi en el banquillo tocó a su fin.

Messi y la goleada

Con Messi ya en el campo y Fábregas al frente de todas las operaciones, el segundo gol fue cuestión de tiempo. Llegó en un penalti sobre Pedro transformado, cómo no, por Leo. Pero pudo llegar un poco antes si el árbitro, mal toda la noche, no hubiera obviado otra pena máxima clarísima de Miguel Torres sobre Messi. Por suerte para el fútbol la jugada pasará al limbo. El segundo gol animó el cotarro y una buena incursión de Montoya, ayer sustituto de nuevo de Alves, sirvió para que el Messi firmara un doblete que sentenciaba el partido. La noche había tocado a su fin pese a que Mascherano, que entró por el lesionado Puyol, contribuyera a que un disparo de Sarabia acabara en la portería de Valdés. Un tanto sin trascendencia porque la entrada de Villa sirvió para culminar la goleada. El asturiano había avisado que estaba para ser titular y no descuidó la ocasión para dejar constancia de ello. Buenas noticias, sin duda, para el Barça; malísima para los rivales. Que se lo pregunten al Getafe.  

P.D: Una vez más el llamado ‘Virus FIFA’ no va con los equipos grandes, por más que se utilice como excusa cuando no ganan o las cosas no salen bien.

- Ficha técnica:

1 - Getafe: Moyá, Valera, Lopo, Alexis, Miguel Torres, Xavi Torres, Michel (Lacen, m.68), Abdel Barrada, Diego Castro, Pedro León (Sarabia, m.78) y Adrián Colunga (Álvaro Vázquez, m.60).

4 - Barcelona: Víctor Valdés; Montoya, Piqué, Puyol (Mascherano, m.57), Adriano, Busquets, Xavi, Thiago (Messi, m.59), Tello (Villa, m.76), Pedro y Cesc Fábregas.

Goles: 0-1, m.33: Adriano; 0-2, m.74: Messi, de penalti. 0-3, m.78: Messi; 1-3, m.80: Mascherano, en propia puerta. 1-4, m.90: Villa.

Árbitro: Teixeira Vitienes, del Comité Cántabro. Mostró tarjeta amarilla a Busquets (m.23), Piqué (m.37), Michel (m.61), Valera (m.62)

Incidencias: encuentro de la cuarta jornada de Primera División disputado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe (Madrid) ante unos 10.000 espectadores.