La política de 'cero euros' funciona en Vallecas

"Quien quiera ganar al Rayo Vallecano tiene que demostrar que es mejor sobre el campo. Somos el presupuesto más bajo con mucha diferencia, pero una vez que empiece el balón a rodar eso no es lo más importante. Queremos ser esa sorpresa con la que no cuenta nadie". Paco Jémez, entrenador franjirrojo, ha convertido su opinión en una realidad. Colíder de la Liga junto al Valladolid y el FC Barcelona, que el año pasado manejó un presupuesto de 461 millones.

Dejando al margen el Real Madrid, quizás el equipo de Vallecas sea la mayor sorpresa en estas dos primeras jornadas ligueras: 7,5 millones de presupuesto para afrontar todos los gastos que el club vaya a generar esta temporada y uno de los dos únicos equipos que han logrado un pleno. La fórmula de no gastarse ni un euro en incorporar futbolistas está teniendo el mejor de los resultados.

Alex Gálvez (Sporting Gijón), Jordi Amat (Espanyol), Nicki Bille (Villarreal), José Carlos (AEK), Adrián González (Racing de Santander), Rubén Martínez (Málaga), 'Chori' Domínguez (Valencia) y Franco 'El Mudo' Vázquez (Palermo) son las caras nuevas que se han dejado caer este año por Vallecas y que han aterrizado gratis. El Rayo se ha convertido en un equipo-escaparate. Tiene un atractivo que el año pasado provocó que futbolistas como Michu (Swansea), Armenteros o Arribas (Osasuna) dieran un salto de calidad en su carrera profesional y otros como Diego Costa, Joel, Pulido (Atlético de Madrid) y Pacheco (Liverpool) regresasen a sus clubes de procedencia con el estatus renovado y mejorado.

Equipos distintos de un año para otro

Esta política de fichajes ‘gratuitos’ está mezclada con la de dar salida a jugadores que puedan dejar en las arcas algo de dinero. Michu, el mejor jugador de la pasada campaña, abandonó el club dejando 2 millones de euros. En diciembre se marchó de la entidad otro titular, Figueras, en este caso a Brujas por 700.000 euros. Más operaciones de un calado similar fueron la del año pasado del lateral Coke (al Sevilla por 1,7 millones) o la de hace tres años, cuando el Wigan contrató a Diamé y Antonio Amaya (ahora en el Betis) por 3,8 millones.

No son cifras que vayan a solucionar de un plumazo la tesorería franjirroja (en junio del año pasado su deuda ascendía a 80 millones) pero sí importantes para la subsistencia del club. Con este hándicap debe trabajar el entrenador que se siente en banquillo. José Ramón Sandoval, técnico del Rayo durante las dos últimas campañas (previamente estuvo otras dos en el filial vallecano) vio cómo figuras de su equipo venían y se iban de un año para otro, teniendo que partir prácticamente de cero de una temporada a otra.

Este año, del once titular que arrancó la temporada sólo cuatro lo eran ya el año pasado (Lass, Casado, Tito y Javi Fuego). Casi un equipo nuevo sólo tres meses después (entrenador nuevo incluido). Y para el año que viene, el técnico Paco Jémez y el director deportivo Felipe Miñambres tienen muchas papeletas de repetir la misma labor el próximo verano ya que los titulares Amat, Bille, 'El Mudo' y Rubén vienen cedidos, ‘Chori’ Domínguez ha firmado por un solo año y canteranos como Lass, Tito y Leo Baptistao seguramente sean del interés de otros equipos…

La afición se queja por otros motivos

El Rayo, de momento, es así. Lo tomas o lo dejas. La afición lo sabe y por eso, más que por dejar marchar a la estrella del equipo, se queja de volver a pagar dos días del club (ante Real Madrid y Barcelona), el fútbol los lunes o la suciedad y dejadez en la limpieza del estadio. Asume que la humildad, la cantera, el trabajo y el esfuerzo son las mejores armas para pelear por sobrevivir en una Liga económicamente desigual.

Con los pies en el suelo, la confianza forjada en dos jornadas espera que también sume para afrontar los complicados tres próximos encuentros. Ante Sevilla, Atlético de Madrid y Real Madrid, cualquier punto será bienvenido.