Los clubes se ponen las pilas con las deudas ante la amenaza de la Liga

La barra libre para el fútbol parece estar tocando a su fin, al menos ésa es la sensación que dan las amenazas vertidas desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, con José Ignacio Wert a la cabeza, para con Hacienda y desde la Liga de Fútbol Profesional (LFP) por lo que respecta a los pagos con los jugadores. La sombra de los descensos administrativos y la retirada de puntos planea sobre aquellas entidades que no cumplan con los requisitos económicos exigidos. Donde antes había aplazamientos y más aplazamientos, ahora hay mano dura y una postura firme: hay que acabar con este desbarajuste.

Mañana martes, todos los clubes deberán estar ‘en paz’ con sus futbolistas. De no suceder así, la LFP tiene muy claro que será contundente, le pese a quien le pese. El máximo organismo de nuestro fútbol quiere copiar a la primera entidad futbolística que se puso seria con estos temas, la UEFA, que creó un sistema de control económico para que ningún club con pagos pendientes participara en sus competiciones. Y lo ha cumplido a rajatabla. De hecho, el ejemplo más cercano lo tenemos en el Mallorca, denunciado por el Villarreal, que no pudo disputar la Europa League de la temporada 2010-2011. El impago, entre otros, del millón y medio de euros por el traspaso de Aritz Aduriz dejó al club bermellón sin poder jugar la segunda competición continental.

Al igual que la situación económica del país, hay muchos clubes españoles con problemas, y no necesariamente son los denominados ‘pequeños’. Últimamente, el que más aparece en los medios de comunicación por su debilitada caja fuerte es el Málaga, del que se está negociando su venta, tal y como informaba ayer El Confidencial, y que baraja la venta de Santi Cazorla al Arsenal (unos 20 millones de euros) como solución a sus problemas.

También es verdad que, hecha la ley, hecha la trampa. De la misma manera que todas las entidades han negociado y llegado a acuerdos para realizar sus pagos con Hacienda, lo mismo ocurre con los futbolistas. Hay clubes que han llegado a acuerdos con sus ‘trabajadores’ para que retiren las denuncias y cumplir así con lo establecido por la LFP. Es el caso de varios equipos de Primera División.

Todos ajustan sus balances al máximo. Los clubes, por fin, se han tomado en serio las advertencias del Gobierno y de la Liga, porque ven que esta vez no es un farol. El día 31 de julio, mañana, está marcado en rojo en los calendarios de los equipos y ya quedan menos de 48 horas para el toque de queda. ¿Habrá sorpresas? Todo dependerá de que se cumpla la ley.