La plantilla del Athletic se distancia de las maneras y métodos de Marcelo Bielsa

Corren tiempos complicados para Marcelo Bielsa por Bilbao. Si el crédito deportivo sigue intacto por la presencia en las finales de la Europa League y de la Copa del Rey, no se puede decir los mismo en el aspecto social, tanto en la relación con sus jugadores como con los dirigentes y aficionados del Athletic. Algunas de las decisiones adoptadas por el argentino no gustaron en el seno de la plantilla rojiblanca, cuestión que ya han hecho llegar al presidente Urrutia.

La aventura del capataz de las obras de Lezama ha supuesto al técnico un desgaste público bastante importante entre la masa social del Athletic. Dejando de lado la distancia que ya existía entre la Junta que preside Josu Urrutia y el técnico, los acontecimientos de las últimas semanas de la pasada temporada y los primeros días de trabajo de esta campaña, no invitan a pensar en una relación estable. El máximo mandatario rojiblanco no va a tomar una decisión traumática alguna con la previa de la Europa League en el horizonte. La idea es intentar atemperar ánimos y lograr que todo vuelva a su ser o por lo menos al que sirvió para que la pasada temporada el Athletic cautivara a toda la Europa futbolística.

La exigencia, las maneras y lo que ellos consideran carga de trabajo fuera de lo normal para un determinado grupo de jugadores, han sembrado el malestar en el vestuario del Athletic. Urrutia lo sabe por boca de más de un jugador, pero cree que no es el momento de solucionar un conflicto que se ha ido aparcando ante la dispersión de algunos de los futbolistas más importantes del plante rojiblanco. Javi Martínez, Llorente, Muniain... o bien no han pisado Lezama o bien han vuelto al trabajo hace pocos días como es el caso del delantero centro campeón del mundo y de Europa.

Bielsa cedió durante esta pretemporada y permitió, tras la petición de los jugadores, de no apartar a los descartes, como también hizo cuando pensó buscar otro hotel de concentración a los descartados para la final de Copa del Rey que el Athletic disputó en Madrid ante el Barcelona. También dio marcha atrás ante el clamor del vestuario. En lo futbolístico, los jugadores no entran a valorar las charlas y los entrenamientos excesivamente largos que planea el técnico, pero sí que no reparta el esfuerzo durante la temporada, lo que llevó al equipo a llegar al final de temporada en la reserva, con jugadores muy tocados en lo físico como Fernando Llorente, circunstancia que algunos directivos reflejaron en sus comentarios en el mismo palco del Calderón tras la disputa del último partido de Copa.

Urrutia está intentando que las distancias se acorten. Algunos jugadores han acudido a él como mediador, algo que el técnico no hace desde semanas. La relación entre el técnico y los directivos se ha enfriado, pero los dirigentes saben que a día de hoy necesitan al entrenador argentino. Al menos hasta salvar la previa de la Europa League.