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A pesar de Alves, el Barcelona salva el orgullo con un empate ante un Betis que mereció más
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UNA DURÍSIMA ENTRADA SOBRE MONTERO DEJÓ A LOS CULÉS CON DIEZ Y CASTRO DIO UN GIRO DE 180º

A pesar de Alves, el Barcelona salva el orgullo con un empate ante un Betis que mereció más

Por primera vez en toda la temporada, por mucho que hicieran los jugadores de uno y otro equipo sobre el césped del Benito Villamarín los focos

Foto: A pesar de Alves, el Barcelona salva el orgullo con un empate ante un Betis que mereció más
A pesar de Alves, el Barcelona salva el orgullo con un empate ante un Betis que mereció más

Por primera vez en toda la temporada, por mucho que hicieran los jugadores de uno y otro equipo sobre el césped del Benito Villamarín los focos se centraron en el banquillo azulgrana. Allí se sentó por última vez Pep para dirigir a los suyos. La imagen no volverá a repetirse en el campeonato doméstico. En Sevilla se escribió el último capítulo de la ‘era Guardiola’ que tendrá su epílogo perfecto el día 25 con la final de la Copa del Rey frente al Athletic. Antes de pensar en ese título, tenían que resolver el último asalto de la Liga y sufrieron para lograr un empate que sabe a mucho para los culés y a poco para los béticos.

Con el ‘Pichichi’ y el ‘Zamora’ decididos y decantados a su favor, el partido era perfecto para disfrutar. Ni béticos ni culés se jugaban nada pero no se tomaron las cosas con calma. Al menos los jugadores azulgrana cuyas ansias de superación siguen intactas: con su récord de puntos establecido en 90, querían aumentar la cota a 93 y finalmente se quedó en 91. El partido adquirió velocidad en los primeros compases con dos equipos que peleaban por hacerse con el balón que en la primera parte no se resistió al buen trato del Barcelona. Con un Messi un tanto individualista al que parece que los 50 goles le saben a poco, Xavi desempolvó sus botas para volver a ser el mariscal del centro del campo culé. Un par de detalles sutiles antes de ejecutar un saque de esquina perfecto en el minuto nueve dando su séptima asistencia de gol que aprovechó Busquets en el primer palo de Casto. Rápido, fácil y silencioso.

La comodidad se adueñó del equipo visitante que dejó de buscar la profundidad con juego movido mientras los jugadores permanecían estáticos consecuencia de un marcador que estaba a su favor. A pesar de la escasa movilidad, la posesión era única y exclusivamente de un Barça al que el Betis intentaba sorprender con rápidas contras elaboradas por un centro del campo en el que Beñat y Cañas eran los únicos capaces de hacer daño a los azulgrana. Sus intenciones no llegaron a buen puerto gracias un gran Mascherano que provocó que Valdés vagase plácidamente por su portería, echando de menos algo de acción ya que ésta se centraba en el área defendida por Casto que se hartó de despejar los intentos del Barcelona por ampliar su cuenta goleadora. La tranquilidad anuló la tensión y la emoción y el ritmo lo marcó el Barcelona que no tenía prisa ya que dejaba pasar el tiempo según le convenía.

Locura de Alves y giro de 180º

Con esa sensación resolvieron la primera parte aunque el Betis intentó cambiarla y las primeras consecuencias no tardaron en llegar: Valdés tuvo que entrar en acción y el Barcelona se quedó con diez. Vayamos por partes. El portero azulgrana tuvo que hacer frente a la primera ocasión de peligro que tuvo el Betis en el encuentro cuando Castro se plantó solo ante él y, aunque dudó, resolvió correctamente el mano a mano. Un minuto después, Alves sufrió un ataque de locura transitoria que le condenó un poco más ante los que quieren verle fuera de este Barcelona. El lateral brasileño no tuvo piedad a la hora de ir a por Montero, en ningún momento se le pasó por la cabeza pelear el esférico y Ayza Gámez no dudó, segunda amarilla y expulsión. Guardiola se vio obligado a volver a trazar su esquema táctico y Montoya entró sustituyendo a Afellay.

A partir de ese momento, el Betis intentó aprovecharse de su superioridad numérica. Le costó pero acabó lográndolo. Tras un par de avisos previos en los que Valdés tuvo toda la actividad que echó en falta en los primeros 45 minutos, Castro materializó las intenciones béticas que no eran otras que marcar. El delantero lo logró gracias a un pase en largo de Nacho para Santa Cruz que peinó el balón dejando solo a Castro ante Valdés. No se lo pensó, picó el balón y puso el empate en el luminoso. El resultado no tardaría en ser transformado por el mismo autor que con un doblete colocaba por encima al Betis que puso más ganas que un Barcelona que desconectó en el minuto nueve. El centro del campo bético hiló, una vez más, y esta vez obtuvo recompensa. Beñat sirvió un pase en largo para Castro que volvió a quedarse solo ante el portero azulgrana que no pudo evitar el segundo tanto. Los compañeros de Valdés pusieron en duda la legalidad de la acción pero Montoya había habilitado a su rival para que el gol fuera limpio y subiera al marcador verdiblanco.

Por primera vez en toda la temporada, por mucho que hicieran los jugadores de uno y otro equipo sobre el césped del Benito Villamarín los focos se centraron en el banquillo azulgrana. Allí se sentó por última vez Pep para dirigir a los suyos. La imagen no volverá a repetirse en el campeonato doméstico. En Sevilla se escribió el último capítulo de la ‘era Guardiola’ que tendrá su epílogo perfecto el día 25 con la final de la Copa del Rey frente al Athletic. Antes de pensar en ese título, tenían que resolver el último asalto de la Liga y sufrieron para lograr un empate que sabe a mucho para los culés y a poco para los béticos.

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