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Mourinho deja un legado de mucho ruido y pocos títulos
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EL PORTUGUÉS FUE LA APUESTA DE FLORENTINO PARA ACABAR CON EL BARCELONA

Mourinho deja un legado de mucho ruido y pocos títulos

Florentino Pérez lo hacía oficial en la tarde de ayer, José Mourinho abandonará el Real Madrid el próximo 2 de junio. Ese día el técnico portugués

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Mourinho deja un legado de mucho ruido y pocos títulos

Florentino Pérez lo hacía oficial en la tarde de ayer, José Mourinho abandonará el Real Madrid el próximo 2 de junio. Ese día el técnico portugués dirigirá por última vez un partido del conjunto blanco y se marchará. Mourinho se va después de tres temporadas al frente del conjunto blanco como entrenador y mánager, cargo este último que le dio Florentino después de despedir a Valdano, y tras haber logrado tres títulos, una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España. El luso cumplió con uno de los deseos del presidente: acabar con la hegemonía del Barcelona. Pero en el camino se dejó una Champions, la ansiada Décima, y una actitud más que desafiante en numerosas ocasiones que desembocó en un vestuario totalmente fracturado y en una afición que terminó silbándole en el último encuentro en el Bernabéu. Mucho ruido para el técnico luso que cavó su propia tumba.

Se acabaron las especulaciones, Mourinho se marchará del Real Madrid y dejará atrás más de 1000 días como entrenador blanco. En total, 176 partidos, que se saldaron con 127 victorias, 27 empates y 22 derrotas, y con 468 goles a favor y 162 en contra hasta la fecha. El técnico luso llegó al Madrid después de que Florentino desembolsara 12 millones de euros. El presidente creyó que era el entrenador adecuado para acabar con el Barça de Pep y después con el de Tito. Aunque sin llegar a dominarlo, Mou y su Real Madrid fueron capaces de tutear al conjunto azulgrana. En títulos, el Barcelona siguió por delante, con cinco logrados por tres del Madrid de Mourinho, pero sobre el terreno de juego fue capaz de ganarle hasta en cinco ocasiones. El balance de los 17 encuentros que disputó ante los culés se saldó con cinco victorias, seis empates y seis derrotas. 

Aunque en esto sí cumplió Mourinho, no lo hizo en el reto de lograr la Liga de Campeones. La Décima, que todo el madridismo todavía sigue esperando, no llegará a las arcas del Bernabéu de las manos del técnico luso. Se marcha sin haber conseguido el título que más ansía el club y la afición blanca. Sí es cierto que llegó a tres semifinales consecutivas de la Champions y que la última la perdió ante el Borussia de Dortmund dejándoselo todo sobre el campo, pero esto no ha sido suficiente para Florentino Pérez y su directiva.

En la decisión de poner fin a la etapa de Mourinho como entrenador del Real Madrid han pesado más otros motivos, razones por las que Florentino había fichado al portugués y que han terminado en su contra. En los anteriores clubs donde Mou ha estado, siempre ha destacado por su mano izquierda con sus jugadores, por el respeto que estos le procesaban. En el Madrid este respeto se convirtió en una fractura total de un vestuario que, como ha quedado demostrado en la final de Copa del Rey ante el Atlético de Madrid, prácticamente ni le dirige la palabra. Su ‘autoexpulsión’ durante el partido y ver como los jugadores hacían más caso a las indicaciones de Casillas desde el banquillo que a las del propio Karanka, evidenciaron una vez más que las relaciones están totalmente rotas entre jugadores y cuerpo técnico.

La relación de Mourinho con Casillas, inexistente, fue el punto de inflexión para que muchos futbolistas de la plantilla del Real Madrid se pusieran de parte del capitán y no de la del entrenador. Ni siquiera jugadores como Cristiano, Özil, Benzema, Pepe o Khedira, entre otros, que se mostraron al lado del portugués en todo momento, siguieron al lado de Mou en las últimas semanas. El desencuentro con el capitán, llevó a la fractura total del vestuario y a una situación insostenible para el conjunto blanco. El técnico luso tampoco estuvo con sus jugadores para recoger la medalla de subcampeones de Copa del Rey. Karanka hizo de mensajero y se la llevó al vestuario. Una muestra más de que entre vestuario y entrenador ya no había nada más que hacer. 

Después de 185,5 millones de euros invertidos en fichajes en los tres años de Mourinho como técnico, Florentino hará borrón y cuenta nueva en el Real Madrid. Mientras todos los focos se centran en Carlo Ancelotti, en el recuerdo quedará el Mourinho de las polémicas y de las ruedas de prensa con más tensión del conjunto blanco en los últimos años. 

Mou siempre será recordado como aquel técnico que se quejó del calendario por tener menos descanso que el Barcelona, que prohibió a Valdano subir al avión y tener acceso al vestuario del primer equipo, que enumeró (papel incluido) en rueda de prensa los trece errores de un árbitro en un partido,  que quiso compaginar sus tareas de entrenador del Real Madrid con seleccionador de Portugal, que atacó a Toril y a la cantera madridista, que encerró a un periodista (Antón Meana, Radio Marca) en un cuarto para recordarle que él era un entrenador “top y tú un periodista de mierda”, que criticó a la afición, que esperó a un árbitro en el parking del Camp Nou para recordarle su mal arbitraje ante el Barça, que le metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova en una trifulca sobre el césped del estadio azulgrana, que no fue a la gala de la UEFA porque sabía que no iba a ganar el Balón de Oro, que marginó a Pepe por pedir más respeto hacia Casillas, en definitiva un técnico que hizo demasiado ruido en el Real Madrid y que se marchará sin cumplir las expectativas que Florentino Pérez y el madridismo depositaron en él. 

Florentino Pérez lo hacía oficial en la tarde de ayer, José Mourinho abandonará el Real Madrid el próximo 2 de junio. Ese día el técnico portugués dirigirá por última vez un partido del conjunto blanco y se marchará. Mourinho se va después de tres temporadas al frente del conjunto blanco como entrenador y mánager, cargo este último que le dio Florentino después de despedir a Valdano, y tras haber logrado tres títulos, una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España. El luso cumplió con uno de los deseos del presidente: acabar con la hegemonía del Barcelona. Pero en el camino se dejó una Champions, la ansiada Décima, y una actitud más que desafiante en numerosas ocasiones que desembocó en un vestuario totalmente fracturado y en una afición que terminó silbándole en el último encuentro en el Bernabéu. Mucho ruido para el técnico luso que cavó su propia tumba.

José Mourinho