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José Mourinho pide a sus jugadores un último esfuerzo antes del divorcio definitivo
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EL TÉCNICO QUIERE UN REAL MADRID AGRESIVO CAMINO DE WEMBLEY

José Mourinho pide a sus jugadores un último esfuerzo antes del divorcio definitivo

José Mourinho lo dejó bien claro en la rueda de prensa de ayer. Los preparativos que han orquestado los dirigentes del Real Madrid los respeta, como hace también

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José Mourinho pide a sus jugadores un último esfuerzo antes del divorcio definitivo

José Mourinho lo dejó bien claro en la rueda de prensa de ayer. Los preparativos que han orquestado los dirigentes del Real Madrid los respeta, como hace también con la historia del club blanco, pero su cabeza no está centrada en los números de alrededor y sí en el fútbol, en su equipo, en cómo motivar a unos jugadores que le decepcionaron el pasado miércoles por su actitud y también, todo hay que decirlo, por su aptitud. El Borussia Dortmund pasó por encima del equipo blanco en los noventa minutos de juego y, por eso, ha pedido un último esfuerzo antes de que el matrimonio de conveniencia que forman salte por los aires.

Mourinho quiere creer en la remontada que le lleve a su tercera final de Champions, y busca hacerlo a partir del fútbol que puedan generar sus jugadores, en ese juego en el que cree y que pasa por la calidad, entrega y agresividad por partes iguales. Circunstancias estas que no vio por ningún lado en la ida del pasado miércoles. Así se lo reprochó a los jugadores dos días después del partido. El portugués esperó a que pasara un tiempo para evitar problemas. No quiso hacer un análisis en caliente porque sabe que necesita a la plantilla. Busca un último servicio de unos jugadores y, tal y como evidenció Sergio Ramos, el equipo ha asumido los errores cometidos y quiere ofrecer otra imagen bien distinta a la de Dortmund.

La diferencia con anteriores episodios vividos entre el vestuario y el entrenador es que en esta ocasión el grupo ha asumido los errores, la falta de intensidad y la escasa aplicación sobre el terreno de juego. Las dos partes, jugadores y técnico, saben que está en juego la posibilidad de pisar Wembley, de tocar la Décima y para ello se necesitan, aunque sólo sea para un par de partidos más. Mourinho ha pedido un último esfuerzo, solidaridad, complicidad, algo que se supone que los jugadores siempre tienen, pero que en la ida no apareció por ningún lado. Y el vestuario ha asumido su fallo, su ausencia de respuesta cuando la final estaba a dos pasos. Saben que se equivocaron, pero también son conscientes que la situación todavía tiene remedio.

Mourinho cree en el fútbol que tiene su equipo. Se habla de Modric como compañero de Xabi, de la posible presencia de Higuaín y Benzema en el once, pero el portugués no quiere salirse de su ideario para buscar la remontada. Incluso se ha llegado a especular con el golpe moral que significaría la presencia de Casillas en el once, en especial a raíz de que el técnico no confirmara ayer la presencia de Diego López, pero todo hace indicar que Mou va a morir con sus ideas. A la plantilla le ha pedido compromiso, unión y agresividad bien entendida.

Florentino Pérez y el resto de directivos comparten la idea de la escasa respuesta del equipo en Alemania, pero las señales que emiten los jugadores han elevado el grado de optimismo de los dirigentes. Días atrás señalaban a algunos por su reducido compromiso, por pensar en el mañana más que en el presente, por hipotecar el futuro del club por la demora en las negociaciones por las renovaciones de contrato... Ahora, ya con el Borussia Dortmund y su amarillo y negro autobús merodeando por el Bernabéu, la idea es otra y vuelven a creer en unos jugadores que ya han dado la vuelta a dos eliminatorias en lo que va de temporada. Primero ante el Barcelona y después ante el Manchester United.

José Mourinho lo dejó bien claro en la rueda de prensa de ayer. Los preparativos que han orquestado los dirigentes del Real Madrid los respeta, como hace también con la historia del club blanco, pero su cabeza no está centrada en los números de alrededor y sí en el fútbol, en su equipo, en cómo motivar a unos jugadores que le decepcionaron el pasado miércoles por su actitud y también, todo hay que decirlo, por su aptitud. El Borussia Dortmund pasó por encima del equipo blanco en los noventa minutos de juego y, por eso, ha pedido un último esfuerzo antes de que el matrimonio de conveniencia que forman salte por los aires.

José Mourinho