Tito Vilanova sale a despejar todas las dudas sobre su futuro

Las dudas carcomen al barcelonismo después del hundimiento de Múnich. Cinco temporadas después, el club se encuentra en la encrucijada de acometer cambios profundos para evitar la muerte lenta de un equipo campeón de todo y el aficionado quiere saber en qué manos están.

¿Será responsabilidad exclusiva de Sandro Rosell? ¿Qué jugadores serán los sacrificados? ¿Cuáles los fichajes? Y sobre todo: ¿Será Tito Vilanova quien esté al mando? La continuidad del entrenador condiciona el proyecto y cuanto antes se despeje la duda, mucho mejor. Todo hace indicar que así será, pero su enfermedad y el duro tratamiento al que ha sido sometido en Nueva York no son tema baladí.

El club se apresuró ayer a confirmar que su determinación es que Tito Vilanova sea el entrenador la próxima temporada. Las palabras del vicepresidente deportivo Josep María Bartomeu no dejan lugar a la duda: "Dirigirá al Barça el próximo año. Confiamos en él, no era fácil llevar la transición y lo ha hecho muy bien". Conocida la versión de una de las partes, hoy conoceremos la de la otra. Tito Vilanova, por primera vez desde que regresara de su tratamiento en Nueva York, se sentará ante la prensa para confirmar si, efectivamente, el mensaje del club es secundado por él.

Sabremos cómo está y qué fuerzas tiene para seguir adelante. La tarea que tiene ante sí requiere de un gran esfuerzo y necesita lo mejor de él. En este sentido, no queda duda de su profesionalidad porque como hemos ido contando en El Confidencial, el técnico trabaja codo con codo con Zubizarreta para remozar la plantilla. Un cambio de fisionomía que precisará de medidas drásticas y decisiones graves. Ahí es donde el Barcelona precisa de Tito Vilanova. Junto a Guardiola ya detectó alguno de los problemas, pero Pep no se atrevió a meter el cuchillo. Ahora es el momento de aplicar las soluciones y el peso lo todo recaerá sobre Vilanova.

El lógico respeto por su enfermedad no ha sido óbice para que todos le señalaran como uno de los grandes culpables de la debacle ante el Bayern. Su inmovilismo para alterar el curso del partido sembró la duda sobre sus capacidades en los grandes partidos. Falló en un momento clave y está marcado, algo que saben en el club pero que confían en que se pueda revertir. El estigma de Múnich puede perseguir al entrenador. Habrá que ver hasta dónde y en qué medida. Hoy sabremos un poco más sobre todo ello. Veremos, qué tiene que decir Tito.