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El vestuario blanco reconoce su inferioridad: "Hemos sentido una impotencia total"
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EL REAL MADRID HA RECIBIDO 18 GOLES EN 11 PARTIDOS EN CHAMPIONS

El vestuario blanco reconoce su inferioridad: "Hemos sentido una impotencia total"

"Hemos sentido impotencia, no hemos podido hacer nada. Nos han superado en todo", sentenciaban diferentes jugadores del Real Madrid en el día después de la debacle en Alemania.

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El vestuario blanco reconoce su inferioridad: "Hemos sentido una impotencia total"

"Hemos sentido impotencia, no hemos podido hacer nada. Nos han superado en todo", sentenciaban diferentes jugadores del Real Madrid en el día después de la debacle en Alemania. Las palabras se escucharon en Valdebebas, minutos antes de iniciar el entrenamiento que programó José Mourinho, y resume a la perfección el sentir de una plantilla que está intentando convencerse de que es posible la remontada o de que al menos existe la posibilidad de tirar de heroica para soñar con el milagro. Wembley se ha quedado muy lejos tras el partido de ida, pero pretenden engancharse a esa hipotética opción de estar en la final antes de bajar los brazos.

Esa falta de actitud de la que habló Sergio Ramos al término del partido, ha pasado a ser falta de aptitud, de no saber jugar a un equipo que ha superado en tres ocasiones al Real Madrid en lo que va de temporada. Los dos partidos en Dortmund terminaron con victoria amarilla, mientras que el empate del Bernabéu llegó en el último minuto y tras un fallo de Weindenfeller. Las charlas de ayer antes, durante y después del trabajo intentaban encontrar explicación a lo sucedido. "Lo intentamos, pero no sabíamos qué hacer y ellos aparecían por todos lados", afirmaban al intentar encontrar explicación a lo que ha pasado en los tres partidos disputados al ya excampeón de la Bundesliga. Algunos, pese a reconocer que ellos son los primeros culpables, hablan de nula capacidad táctica, de nula reacción y de caer en tres ocasiones en los mismos errores. 

La pregunta que se hacían ayer dentro de la plantilla blanca y en diversos sectores del madridismo es si el equipo realmente tiene el nivel suficiente como para triunfar en Europa, algo que se viene repitiendo desde 2002. Y es que pese a la mejora experimentada de la mano de Mourinho, el once del Real Madrid sigue fallando en los momentos clave o, incluso, en los partidos de la fase de grupos, tal y como ha sucedido esta temporada y que le ha llevado al equipo a ser segundo de grupo por detrás del citado Borussia Dortmund que no sabe lo que es perder un partido en la presente Copa de Europa. 

El Real Madrid ambiciona la conquista de la Décima, pero para lograr ese objetivo el equipo concede demasiado a los rivales. En la actual temporada, el equipo de Mourinho ha recibido 18 goles en 11 partidos de la Champions (24 a favor) y tan solo ha dejado la puerta a cero en la ida de los cuartos ante el Galatasaray. En el resto de encuentros, cierto es que el nivel de los rivales ha sido alto en todos los casos, ha recibido al menos un gol. Ajax, los dos equipos de Manchester y el propio equipo turco, han sido capaces de marcar y de poner en jaque a la defensa blanca. 

En los dos últimos partidos, con todo en juego, el Real Madrid ha recibido siete goles, cifra excesiva para un equipo que pretende luchar por la Champions, capítulo en el que sí que puede entrar esa falta de actitud a la que hizo referencia el segundo capitán blanco sobre el césped del Signal Iduna Park. Diego López ha recibido 9 de ellos, por 8 de Casillas y tan solo uno Antonio Adán.

Ahora el vestuario está en la fase de mentalización, de creer en la remontada. Los veteranos saben de lo que hablan, pero a otros muchos ni les suena eso de las noches épicas. Ahora, durante estos días, están en fase de aprendizaje de parte de la historia del Real Madrid, algo que desconocen.

"Hemos sentido impotencia, no hemos podido hacer nada. Nos han superado en todo", sentenciaban diferentes jugadores del Real Madrid en el día después de la debacle en Alemania. Las palabras se escucharon en Valdebebas, minutos antes de iniciar el entrenamiento que programó José Mourinho, y resume a la perfección el sentir de una plantilla que está intentando convencerse de que es posible la remontada o de que al menos existe la posibilidad de tirar de heroica para soñar con el milagro. Wembley se ha quedado muy lejos tras el partido de ida, pero pretenden engancharse a esa hipotética opción de estar en la final antes de bajar los brazos.