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Vilanova, como Pep, tampoco necesita defensas para ganar partidos
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PIQUÉ SE LESIONÓ Y ES DUDA PARA EL CLÁSICO LIGUERO

Vilanova, como Pep, tampoco necesita defensas para ganar partidos

Dejando aparte los colores y más allá de resultados, cualquier análisis sensato del fútbol que hace el Barcelona actual tiene que destacar su papel revolucionario. Si

Foto: Vilanova, como Pep, tampoco necesita defensas para ganar partidos
Vilanova, como Pep, tampoco necesita defensas para ganar partidos

Dejando aparte los colores y más allá de resultados, cualquier análisis sensato del fútbol que hace el Barcelona actual tiene que destacar su papel revolucionario. Si Pep Guardiola abrió nuevas vías tácticas demostrando que no tiene por qué jugar con arietes puros (le llegaron a sobrar dos de los mejores de la última década, Eto’o e Ibrahimovic, y a Villa lo acopló en una banda), el de Santpedor también llegó a disputar algún partido sin centrales reales. Pues ya se puede decir que tanto lo primero, que es marca de la casa, como lo segundo se ha visto en el poco tiempo que lleva andando el proyecto continuista de Tito Vilanova.

Eso sí, el riesgo que se corrió ayer en defensa tras la lesión de Gerard Piqué (sufre un esguince de tobillo y habrá que esperar su evolución para comprobar si llega al Clásico del 7 de octubre) pudo costarle caro al Barça. En un partido típico del Camp Nou, con los locales dominando toda la posesión del balón y la iniciativa, el Spartak de Moscú estaba por encima del marcador a falta de veinte minutos del final.

Lo del 'falso nueve' ya se ha instalado como normal en las tertulias futbolísticas, pero se trata de un cambio que sólo la distancia del tiempo y la generalización de esta opción (que ya usa Del Bosque sin problemas en la Roja, por ejemplo) demostrará que seguramente estemos ante un punto de inflexión en la historia de este deporte. Quizá a la altura de la aparición de la defensa zonal o la prohibición de que el portero recogiera con sus manos una cesión de un compañero.

Y en la misma línea se puede clasificar la propuesta culé de atreverse a no contar con defensas puros. Ayer miércoles, en un partido de la Liga de Campeones y ante el primer contratiempo, Vilanova optó por repetir la osadía que ya usara su exjefe. Con Puyol lesionado, la defensa de cuatro que salió de inicio la formaban Dani Alves (que es reconocida su predilección por el ataque sobre la retaguardia), Gerard Piqué, Javier Mascherano y Adriano (un futbolista polivalente que cuando juega de lateral también marca diferencias ofensivas). Piqué sufrió un problema físico y abandonó el terreno de juego antes de cumplirse el cuarto de hora. Su sustituto, ante un Spartak que ya había dejado a las claras que venía a encerrarse y a contratacar, fue Alexander Song.

Más de uno puede pensar que Song y Mascherano han jugado en su carrera varios partidos de central, pero tanto el camerunés como el argentino serían en prácticamente la totalidad de equipos del planeta referentes en el centro del campo. Arsene Wenger, con una filosofía similar a la del Barça, usó en alguna ocasión al africano de zaguero, pero basta con decir que Song destacó la pasada campaña como uno de los mayores asistentes (14) de la Premier League para comprobar que ese no es ni mucho menos su mejor sitio. Y tres cuartos de lo mismo ocurre con Mascherano, jugador tan inteligente que viéndose inferior a Busquets no se le cayeron lo anillos para reinventarse como defensa. No cabe olvidar que Yayá Touré, que el martes ante el Real Madrid dio en la medular un recital de poderío al alcance de muy pocos, en este Barcelona llegó a jugar finales de defensa. 

Cierto es que la defensa estuvo algo mansa

Tener de baja a los dos centrales campeones del Mundo en Sudáfrica es solucionado en Can Barça sin trauma y mediante la siempre llamativa opción de inventar nuevas retaguardias. Por el contrario, hay que destacar que la 'defensa de cuatro sin defensas puros' se mostró este miércoles realmente falta de contundencia, de hecho dio alas a más de un contragolpe de los de Emery y estuvo blanda en el segundo gol visitante. Y Emenike, delantero de los moscovitas, ganó demasiadas acciones a la última línea azulgrana. Problemas similares le achacaron varios críticos a Guardiola la pasada temporada cuando le daba por cerrar con tres. Y es que en alguna ocasión, como en San Siro ante el Milan, el planteamiento llegó a parecer un auténtico suicidio.

Aun así, Vilanova rizó el rizo y con 1-2 sacó a Alexis por Alves, por lo que pasaron a una defensa de tres con Adriano por la izquierda, Song por el centro y Mascherano por la derecha. Fue con esta formación 1-3-4-3 (que Tito no había ensayado siquiera en amistosos) con la que se remontó el encuentro, gracias una vez más al delantero centro de este revolucionario Barça, un tal Messi de apenas 169 centímetros.

Tras el partido, el argentino deseó públicamente que lo de Piqué no fuera nada porque "él y Puyol son jugadores muy importantes, aunque hay más". Y claro que los hay, y si no, ya volverá a sorprendernos este Barça en el próximo partido con una nueva apuesta revolucionaria de máximo riesgo. Palabras mayores será si se llega al partido ante el Real Madrid sin Puyol (baja seguro) y sin Piqué. Tito dijo tras jugar con los rusos que, en ese caso, "tiraremos del filial".

Dejando aparte los colores y más allá de resultados, cualquier análisis sensato del fútbol que hace el Barcelona actual tiene que destacar su papel revolucionario. Si Pep Guardiola abrió nuevas vías tácticas demostrando que no tiene por qué jugar con arietes puros (le llegaron a sobrar dos de los mejores de la última década, Eto’o e Ibrahimovic, y a Villa lo acopló en una banda), el de Santpedor también llegó a disputar algún partido sin centrales reales. Pues ya se puede decir que tanto lo primero, que es marca de la casa, como lo segundo se ha visto en el poco tiempo que lleva andando el proyecto continuista de Tito Vilanova.