La marcha de Guardiola desencadena una serie de cambios que incluso afectan a la camiseta

Cristiano Ronaldo afirmaba ayer que el cambio de ciclo en el fútbol español sí que existe y que éste empezó en el momento en el que ganaron al Barcelona en el Camp Nou. Gerard Piqué le contestaba más tarde comentando que si querían ese ‘título’ se lo daban. Lo que es cierto es que la marcha de Pep Guardiola ha provocado una serie de cambios en el club: desde la desbandada de sus hombres de confianza hasta la camiseta del club. Se pone fina  una etapa y es algo que hay que dejar claro.

Tras el técnico culé, Manel Estiarte, Lorenzo Buenaventura, Paco Seirul-lo, Aureli Altimira y Juan Carlos Unzúe también atravesaron la puerta de salida azulgrana. Algo que también ha imitado Óscar García, entrenador de los juveniles. Tito Vilanova, el sustituto del de Sampedor, tiene ante sí el papel de su vida y su designación tampoco ha estado exenta de polémica. Si a esto añadimos los enfrentamientos vividos en la plantilla culé, la innovación que ha decidido introducir Nike en la indumentaria del Barcelona culmina los bandazos que ha dado últimamente un equipo al que le cuesta mantener su impecable línea de estos años.

Este martes, la marca deportiva presentaba la equipación que ha preparado para la próxima temporada y, desde luego, ha apostado fuerte por la innovación dejando a un lado la tradición azulgrana. Nike ha diseñado una camiseta rompedora, tanto que las rayas verticales que el Barcelona ha lucido siempre han desaparecido dando paso a una sola banda procedente de la fusión de los colores azul marino y granate. La segunda camiseta también ha sorprendido ya que no hay rastro del negro que los jugadores culés han lucido esta temporada; cuando visten a sus rivales la próxima campaña lucirán unas vistosas camisetas naranjas, un color que nace del amarillo de la parte inferior. La equipación es diferente, podrá gustar más o menos, pero la tradición en el fútbol apunta a que los cambios drásticos no suelen ser bien recibidos por mucho que Sandro Rosell se encargara de recordar que la camiseta de su club será la más vendida. Las compras, con toda seguridad, estarán causadas más por el amor a un club que por el lavado de cara de la indumentaria.