Ni Mata puede salvar ya a Villas-Boas, el peor proyecto de la 'era Abramovich'

André Villas-Boas está en la cuerda floja. El entrenador del Chelsea ha comandado a su equipo a una nueva derrota, y la cúpula directiva del conjunto inglés está cada día más convencida de que es necesario dar un giro a la situación. El técnico 'blue' ya ha tenido más de una oportunidad para revertir la situación, con resultado infructuoso, y Roman Abramovich no está dispuesto a conceder más oportunidades al luso.

Y es que el problema no es sólo que el conjunto inglés no encuentre la victoria, sino que el Chelsea está ofreciendo la peor imagen que se le recuerda en los últimos tiempos. De hecho, con la derrota por 3 a 1 ante el Nápoles de este martes, el equipo dirigido por Villas-Boas ha cumplido la peor racha de partidos de la 'era Abramovich', con sólo cuatro victorias en los últimos trece partidos.

Pero además de los resultados, la sensación es que el equipo se está desgajando partido tras partido. Didier Drogba -recién llegado tras la Copa de África- está de capa caída, David Luiz está más 'fallón' que nunca, Frank Lampard ha perdido su sitio en el once y Fernando Torres ha dejado de ver puerta. El caso del español es realmente preocupante: ni tan siquiera ayer, con 3 a 1 en el marcador, jugó un sólo minuto.

Sólo Sturridge y Mata se han convertido en un soplo de aire fresco para un equipo que está muy lejos de lo que fue hace escasas temporada. El ex del Valencia sigue demostrando ser el jugador más en forma del Chelsea: ante el Nápoles volvió a marcar, siendo el único jugador con capacidad de sorpresa y de inventiva en un equipo carente de ideas y con escasa creación, un conjunto demasiado ramplón.

El internacional español es la única noticia positiva de un equipo a la deriva, y uno de los pocos aciertos del técnico portugués desde que llegar al Chelsea. Abramovich se fijó en la gran labor de Villas-Boas en el Oporto -campeón de Liga, de Copa, Supercopa de Portugal y de la Liga Europa- para construir un equipo ganador, que no encuentra desde la marcha de José Mourinho.

Sin embargo, Villas-Boas no sólo no ha dado con la tecla, sino que no ha conectado ni con la afición ni con los jugadores. El conjunto inglés está en una situación límite, y la gota que ha colmado el vaso ha sido la derrota ante el Nápoles. Sólo la alta indemnización que Abramovich debería pagar en caso de despedir a Villas-Boas impide que el portugués ya haya sido cesado. Pero tiene la guillotina sobre su cabeza.