Es noticia
Henry, cuando los dólares vencen al cariño
  1. Deportes
  2. Fútbol
REGRESA A EE.UU., DONDE GANA 5 MILLONES

Henry, cuando los dólares vencen al cariño

Thierry Henry (34 años) ha pasado seis semanas de vacaciones pagadas en Londres, donde es algo más que un ídolo. Aunque sea de prestado, el Arsenal

Foto: Henry, cuando los dólares vencen al cariño
Henry, cuando los dólares vencen al cariño

Thierry Henry (34 años) ha pasado seis semanas de vacaciones pagadas en Londres, donde es algo más que un ídolo. Aunque sea de prestado, el Arsenal ha vuelto a disfrutar durante ese tiempo de su juego y los hinchas han podido incluso cantar tres goles más del, elegido por ellos mismos, mejor jugador de la historia del club. Pero el pasado viernes, este paréntesis se cerraba y el delantero se despedía del club de sus amores para regresar a la liga norteamericana, poseedora de sus derechos.

El campeón del mundo con Francia en 1998 decidió hace dos veranos abandonar el FC Barcelona y aceptar un contrato millonario en Estados Unidos, con lo que venía a anunciar al 'Planeta Fútbol' que se batía en retirada de Europa, es decir, del primer nivel. Pasaba de ser un gran futbolista a convertirse en otro exótico jugador de soccer, siguiendo los pasos del pionero David Beckham.

La diferencia con el centrocampista inglés, producto de mercadotecnia a la par que deportista, es que Henry sí tenía un destino mejor donde ir, por lo menos más llamativo. El máximo anotador de la selección francesa fue durante los primeros años de este siglo sinónimo de Arsenal. Allí lo tenía todo, y sólo se fue para conseguir ganar de una vez por todas la Liga de Campeones, lo que logró en Barcelona. Pero en las últimas semanas se ha puesto de manifiesto que el sitio de Henry está en el Arsenal y no en ningún otro lugar.

Sus tres campañas en el Barça, club que pagó 24 millones por él cuando estaba a punto de cumplir 30 años, se caracterizaron por los altibajos en su estado de forma, aunque dejó varias muestras de su clase durante el histórico 2009, colaborando de manera decisiva en el pleno de títulos azulgrana. Y cuando anunció que se marchaba a los Red Bulls de Nueva York junto a su compañero Rafa Márquez, se entendió que aceptaba así su último gran contrato (cuatro temporadas a 5,6 millones de dólares por cada una de ellas) y que empezaba a poner fin a una carrera profesional que comenzó muy joven, a los 17 años.

Arsene Wenger, técnico que guía al Arsenal desde hace 15 años, apostó muy fuerte por 'Titi', a quien ya había hecho debutar en la Primera francesa cuando dirigía al Mónaco, y alrededor de él construyó un equipo campeón. Tras un breve y frustrado paso por la Juventus de Turín, los Gunners ficharon a Henry en 1999 a cambio de 15 millones de euros. Y desde ese momento se empezó a forjar una auténtica leyenda.

Lloró al ver su estatua en el Emirates Stadium

El francés es un semidios para la afición del club londinense, que le considera el mejor jugador que jamás vistió esa camiseta. El pasado 12 de diciembre, durante los actos que celebraron el 125 aniversario del club, Henry fue homenajeado y convertido en inmortal a través de una bella estatua de bronce situada en el Emirates Stadium, campo que sustituyó en 2006 al mítico Highbury. El atacante pasa por ser el máximo goleador histórico de la entidad, con 229 dianas, de ahí que la escultura le muestre para siempre celebrando de rodillas uno cualquiera de aquellos tantos.

Henry no pudo evitar las lágrimas durante el homenaje, quizá reviviendo las grandes alegrías que compartió con este equipo, con el que fue doble campeón de la Premier League (2002 y 2004), triple ganador de la Copa de Inglaterra (2002, 2003 y 2005) y subcampeón de Europa en 2006. El amor recíproco que siente, lo ha hecho público en multitud de ocasiones. Nada más llegar el pasado enero, y tras redebutar marcando el gol de la victoria en Copa ante el Leeds United, Henry, conocido por su carácter hosco, aseguró sin tapujos: "Amo este club, tanto si el jefe me necesita para treinta segundos como para un minuto. Y si no me necesita, estaré con los chicos y trataré de ayudar en el vestuario".

El delantero ejerció ese liderazgo espiritual en el discurso que ofreció en su entrevista de despedida publicada por la web del Arsenal el viernes. El proyecto de Wenger pasa por sus horas más bajas, después de encajar un 4-0 en Milán el pasado miércoles en la ida de octavos de la Champions y caer en Copa ante el Sunderland el sábado, justo el año que fue incapaz de retener a jugadores de la talla de Cesc Fábregas y Samir Nasri. Por ello, Henry quiso animar a club y afición: "No siempre fue bonito y agradable, tenéis que recordar que también tuvimos momentos en los que solo queríamos que terminara el partido para irnos a casa. La diferencia está en que este equipo puede reaccionar, estoy convencido de que puede hacerlo", afirmó el delantero.

Desde la distancia, lo más sorprendente de esta historia de amor es que los protagonistas de la misma no acaben juntos. Henry ha demostrado que puede ser aún de gran ayuda para el Arsenal, y arrimar el hombro junto a un entrenador que le dio mucho de lo que es y que ahora está en entredicho. Sin embargo, Titi tuvo que regresar a Estados Unidos tras sus bonitas vacaciones para pasar a la segunda línea deportiva un año más. Será que esta vez, en el eterno dilema, los dólares pudieron más que el cariño.  

Thierry Henry (34 años) ha pasado seis semanas de vacaciones pagadas en Londres, donde es algo más que un ídolo. Aunque sea de prestado, el Arsenal ha vuelto a disfrutar durante ese tiempo de su juego y los hinchas han podido incluso cantar tres goles más del, elegido por ellos mismos, mejor jugador de la historia del club. Pero el pasado viernes, este paréntesis se cerraba y el delantero se despedía del club de sus amores para regresar a la liga norteamericana, poseedora de sus derechos.