Mourinho, admirado por los aficionados, odiado por la prensa y temido por los dirigentes

No deja indiferente a nadie. El tiempo lo demuestra. Admirado y querido por la afición tanto como odiado por la Prensa. Mourinho acapara protagonismo allá dónde aparece. Los dirigentes, le temen, mientras que los jugadores le respetan aunque discuten algunas de sus decisiones. Ningún otro entrenador consigue poner de acuerdo a tres aficiones en tan sólo dos días. Primero fue la del Inter, después la del Chelsea, para terminar con la suya, la del Real Madrid. El técnico fue aclamado en tres estadios diferentes, en tres campeonatos y países tan dispares como Italia, Inglaterra y España en el plazo de veinticuatro horas. Y eso, lo quieran o no, solo es capaz de lograrlo Jose Mourinho. Odiado y querido como nadie. "Que animen a sus equipos porque necesitan estar todos juntos, unidos", señaló el portugués tras la victoria madridista ante el Racing y ser preguntado por lo sucedido en el Giuseppe Meazza y Stamford Bridge.

Mourinho habla como un aficionado lo hace en un bar a la hora del aperitivo, actúa como ellos. La escena del párking del Camp Nou, esperando a Teixeira Vitienes, es digna de cualquier forofo, como la rueda de Prensa posterior al partido de ida de la semifinal de la Champions pasada en la que puso en duda los éxitos del Barcelona, algo que repitió con anterioridad en el Inter hablando de los rivales o en el Chelsea cuestionando los triunfos del Manchester United. Son gestos que gustan al aficionado. No así lo sucedido el 17 de agosto con su dedo y el ojo de Villanova. Se dio cuenta. Dio un paso atrás y esquivó polémicas durante seis meses.

Su peor momento con la afición del Bernabéu llegó tras el partido de Copa ante el Barcelona de este campaña. El defensivo planteamiento y la renuncia a negociar el dominio del balón, le llevaron a ser censurado por la grada y que hasta él mismo cuestionara su continuidad en el club blanco. Un toque desde la zona noble sirvió para que rectificara y cambiara el planteamiento en el choque de vuelta. Un simple cambio de imagen valió el perdón de la grada. Ahora unos y otros viven en una luna de miel permanente. Las últimas encuestas hechas por el club apuntan a un respaldo del noventa por ciento. Todo vuelve a la situación que más le gusta: control total.

Mourinho y su mala relación con la prensa

La historia cambia con la Prensa. Se odian. No lo ocultan. Unos y otros están pendientes del fallo ajeno para saltar al cuello. Mourinho ha confesado a Florentino Pérez que el principal problema del club blanco son los medios de comunicación. Y tiene la solución: cuanto más lejos, mejor. Pretende evitar todo contacto con la Prensa, pero el problema que tiene es el doble discurso que mantiene. Cuando le interesa porque publican una información que no le gusta, dice que la ignora, que no la lee. Sin embargo, el pasado sábado atiza a un periódico deportivo por una información errónea. ¿Pero no decía que no leía los periódicos? ¿En qué quedamos? ¿Qué hacía con el dossier de prensa de las ocho de la mañana? 

Cierto es que odia a la Prensa, pero tampoco puede vivir sin ella. Y la Prensa tampoco sin él o sin personajes como él. La ausencia de entrevistas, el cerrar entrenamientos, el sacar a los periodistas del los viajes... factores que han distanciado a los periodistas del técnico. Muchos le quieren ver fuera, pero otros muchos te dicen que Mou vende y mucho. Todo lo que hace es reseñable.

En Inglaterra, en su etapa en el Chelsea, tuvo todo tipo de problemas con los periódicos sensacionalistas, que encontraron en él un personaje ideal para sus críticas. Sin embargo, las últimas grandes entrevistas concedidas por el entrenador han sido a medios ingleses, especialmente BBC y Sky. En la Premier los clubes desprecian a los medios de comunicación, por lo que la convivencia fue menos problemática. En Italia pasó de todo, incluso agresiones. Hay una denuncia por medio y un boicot de los periodistas. La afición de Chelsea e Inter, idolatran al portugués, tal y como quedó reflejado viernes y sábados pasados.

Con dirigentes y plantilla mantiene buenas relaciones

Los dirigentes sienten miedo y prefieren dar lo que pide o no hacer nada sin contar con su ok. "Mejor esto no lo hacemos no vaya a ser que se enfade", se ha escuchado en más de una ocasión en la zona noble del Bernabéu. Semanas después Valdano vio como le abrían la puerta de salida. Consigue lo que quiere y persigue, pero tiene la gran habilidad de saber ganarse al que manda, a los jefes de verdad. Le sucedió con Abramovich, con Moratti y ahora con Florentino Pérez. Con Pinto da Costa (Oporto) la relación quedó en suspenso.

En las plantillas intenta buscarse siempre el apoyo de un veterano, de un peso pesado. Materazzi fue el elegido en el Inter y Terry en el Chelsea, tanto que el central ya ha pedido su vuelta al magnate ruso. En el Real Madrid no ha encontrado a ese hombre fuerte. Su relación con Casillas no pasa de ser profesional, de ahí que se haya apoyado en exceso en jugadores de escaso poder como Pepe, Marcelo e incluso Cristiano Ronaldo, que en los últimos meses se acercó más a sus compañeros que al entrenador. Ahora mismo la tranquilidad es lo que preside la relación entre unos y otros. Quieren ganar y se necesitan. Otra cosa muy diferente es si continúa la próxima temporada y las decisiones que adopta, algunas pueden ser dolorosas y puede dejar tocados a pesos pesados del vestuario blanco.